Reflexión 23

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1 de agosto año 2018

Mamá, mi depresión cambia de forma constantemente, un día es tan pequeña como una luciernaga sobre la espalda de un oso, al siguiente día es el oso, esos días juego a que yo hago el muerto hasta que el oso se va. 
A los días malos los llamo "Días oscuros". Mamá dice

"Intenta encender velas"

cuando veo una vela, en la flama veo la forma de un iglesia, el movimiento de la llama, chispas de una memoria más joven que la mañana, estoy de pie a lado de su ataúd abierto, así entendi que todas las personas que conozco y conoceré morirán, además Mamá, no me asusta la oscuridad, quizá eso sea parte del problema. Mamá dice

"¿Creí que el problema era que no podías salir de la cama?"

No puedo, la ansiedad me secuestra en mi habitación, en mi propia cabeza. Mamá dice

"¿De dondé viene esa ansiedad?"

La ansiedad es la prima de la depresión y es la obligada de invitarla a la fiesta, Mamá, ¡Yo soy la fiesta!, una fiesta en la que no quiero estar. Mamá dice

"Intenta ir a fiestas de verdad" "Ve con tus amigos"

, ¡Claro!, hago planes pero no quiero ir, hago planes porque sé que debería querer ir

Y sé que aveces sí quería ir, pero, mamá, no es tan fácil pasarlo bien cuando no tienes ganas de pasarlo bien. Mamá, cada noche el insomnio me toma en sus brazos, y me tira en la cocina, en el pequeño brillo del horno. El insomnio tiene una manera romántica de hacer que la Luna sea la compañía perfecta. Mamá dice

"Intenta contar ovejas"

Pero mi mente sólo puede contar razones para estar despierta, así que salgo a caminar. Pero mis rodillas débiles suenan como una cuchara de plata cuando las tomas con brazos fuertes y muñecas sueltas, suenan en mis oídos como torpes campanas de Iglesia, y me recuerdan que estoy caminando, sonámbulo, en un océano de felicidad en el que no me puedo bautizar. 

Mamá dice que ser feliz es una decisión

Pero mi felicidad está tan vacía como un huevo perforado por un alfiler. Mi felicidad es como una fiebre alta, que me está matando. 

Mamá dice que soy muy bueno para armar un alboroto de la nada y de la nada me pregunta si tengo miedo de morir.

¡No! ¡Tengo miedo de vivir! ¡Mamá, me siento solo! 

Creo que cuando crecí aprendí en convertir la rabia en soledad y la soledad en estar ocupado. Así que cuando te digo que he estado muy ocupada ultimamente es que he estado quedándome despierta hasta las 6 am, sólo para evitar encontrarme con el lado vacío de la cama. Pero mi depresión siempre me arrastra de nuevo a mi cama, hasta que mis huesos se hacen los fósiles olvidados de una ciudad de de esqueletos. Mi boca, un cemento de dientes, rotos de morderse a si mismos. El auditorio vacío de mi pecho, se desvanece en ecos de un latido, pero yo soy un turista descuidado aquí. Jamás sabré coherentemente adónde he estado.

Reflexiones Nocturnas [Mi Mente y Yo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora