J-02

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-Lo siento pero ese era el último tren del día- Tras ver partir al tren en donde Natsu iba montado, el resto de magos que lo siguieron rápidamente fueron en busca de boletos para ir detrás del DS, encontrándose con un pequeño hombre que vestía uniforme que salía de una pequeña habitación.

-Y cual es su destino?- pregunto Lucy.

-Mmm... No tiene un destino, recorre la mayoría de las estaciones de Fiore - Desepcion inundó el rostro de Lucy y de sus amigos que la acompañaban -bueno muchas gracias- Dijo Lucy despidiéndose del encargado que vendía los boletos, a pasó lento y resignación los magos salieron del edificio y deteniéndose en las escaleras miraron el cielo oscuro.

-Entonces no importa si lo seguimos, no podríamos saber en que estación bajo - Happy voló a los brazos de Lucy en busca de calor, el frío comenzaba a azotar los cuerpos de cada uno de ellos y pequeñas gotas comenzaban a caer a las afueras de la estación.

-De cualquier forma hay que regresar al gremio, tuvimos suerte de que la lluvia se calmara un poco pero no creo que se mantenga así por mucho tiempo- Dijo Erza observando las finas gotas de agua impactar el suelo.

-Si...- contestaron todos y acelerando el paso por la lluvia, regresando al edificio principal de fairy tail.

-Que sucedió? - Preguntó el maestro al verlos llegar.

-Lo siento maestro lo perdimos...- contestó Erza mientras se sentaba en una silla de una mesa vacía.

-Saben a donde fue? - al escuchar la respuesta dada por Erza el gremio entero guardó silencio y puso todo su atención en lo que decían.

-Fue a la estación y ahí fue donde lo perdimos- el maestro se acercó a ellos escucho atentamente y dio media vuelta de nuevo a la barra en donde minutos antes se encontraba.

-Todos pongan atención,  la próxima vez que Natsu Dragneel regrese no se le permitirá marcharse hasta que rinda cuentas con nosotros... Si es necesario usar la fuerza... lo autorizó- Juvia como todos los demás escucho atentamente las palabras del maestro muy en el fondo tenia curiosidad por lo que ocurría con el mago de fuego pero al ver que Gray ya se encontraba en el gremio, su preocupación se esfumó y una sonrisa apareció directamente en su rostro, a pasó acelerado fue a donde el se encontraba y lo abrazo por la espalda sorprendiendo lo.

-Que haces Juvia? - Pregunto un poco sonrojado.

-Juvia lo ama, Gray-sama - dijo ella con una sonrisa que se hizo más grande al sentir los brazos del alquimista de hielo rodear su cuerpo.

-yo también...- contestó el mago, provocando un gran sonrojo en Juvia. -Vamos a casa?- pregunto Gray, por lo que un gran sonrojo apareció en las mejillas de la maga.

-Si- contesto ella y ambos salieron del gremio.

La mañana llego junto a un cielo un poco despegado una maga despertaba de su letargo y como ya era costumbre amaneció sola y completamente desnuda, tomo una sabana cubrió su esbelto cuerpo y recorrió el piso en busca de su novio pero como en las otras ocasiones se encontraba completamente sola, dejó salir un gran suspiro pesado, fue a la habitación en donde despertó y tomo sus cosas, -Juvia otra vez amanece sola- se dijo en voz baja, se dio un baño y ya vestida salio del hogar de su novio rumbo a Fairy Hills, lugar donde cambio su vestimenta.

Tres días habían pasado desde la desaparición del mago de fuego y dos días desde que el mago de hielo y todo su equipo fueron a buscarlo pero a Juvia solo le importaba él,  despertó y se preparo lo más rápido que pudo no quería que el llegara y ella no estuviera ahí para recibirlo, a las afueras del complejo el cielo se encontraba levemente nublado dejando entrar cálidos rayos de luz del sol, al llegar al gremio revisó con la mirada si se encontraba su novio llevándose la sorpresa de que no se encontraba entristeciendo la, fue al tablón de Misiones y tomo una local para poder desocuparse rápidamente por si veía a su novio llegar, de esa forma pasó el día, para su mala suerte la tempestad que había parado regresó gruesas y oscuras nubes cubrieron el cielo y la lluvia de nuevo azotó toda la ciudad pero por ciertos rumores que había escuchado todo el reino se encontraba igual,  la fría lluvia había regresado impidiéndole llegar impune a su preciado gremio, solo al llegar y ver en el estado que estaba pidió una toalla de la enfermería, se quito la ropa y seco su cuerpo, solo al terminar salio con una sonrisa la cual se volvió más grande al ver a su novio entrar por la puerta principal pero al notar que se encontraba empapado rápidamente entro a la habitación en donde segundos antes estaba y tomo otra toalla, con la cual salio corriendo.

-Maldita lluvia, termine todo empapado!- grito Gray molesto, la maga de agua al escuchar las palabras dichas detuvo su paso, la sonrisa que tenía desapareció.

-No seas exagerado- dijo Erza ignorando la presencia de la maga.

-Si, como tu solo cambias de ropa con pensarlo... Yo tengo que ir a mi casa a cambiarme... Es una molestia! - dijo Gray más molesto, Gajeel que se encontraba ahí escuchaba atentamente lo que el mago decía solo al ver a Juvia dejar  la toalla cerca de donde el estaba, dio un leve golpe a la mesa.

-Espera mujer!- grito él a su considerada hermana pero ella ignorando sus palabras tomo una misión de la pizarra sin ver verdaderamente cual era y salió del edificio.

-Ya vez lo que causas... -Dijo Gajeel un poco calmado.

-Yo ni hice nada!- grito Gray en su defensa.

-Ya calmados..- dijo el mayor de todos.-Alguna noticia de Natsu? - Preguntó  a los recién llegados. 

-No maestro...- dijo Lucy.

- Yo dejare de buscarlo, por mi que la tierra se lo trague-

La maga de agua al salir del gremio fue a su habitación en donde dormía, recostó su cuerpo en la almohada y dejo salir pequeñas lágrimas que contuvo todo el camino, después de unos minutos reviso la misión que había tomado y preparo las cosas   que supuso serían necesarias, la misión era sencilla solo buscar y entregar flor una extraña, con todo ya preparado tomo la pequeña maleta,  su paraguas y salió rumbo a la estación de trenes, al llegar compro un boleto y después de esperar unos minutos el tren que la llevaría a su destino llegó, subió a el, buscó por los bajones un asiento vacío y sin mas espero a que llegará a su destino para cumplir la misión ese mismo día.

-Bien, perfecto es la flor que he estado buscando- dijo un viejo hombre.

-Entonces la misión esta completa- contestó Juvia con una sonrisa.

-En efecto, aquí está tu pago - el hombre se acercó a una repisa acomodo la foro en un jarros y de un pequeño escritorio saco un pequeño fajo de dinero. -Y muchas gracias- dijo extendiendo el dinero a la maga el cual lo tomo y después de despedirse salió. Aun era temprano pero la lluvia y nubes cubrían el cielo oscureciendo lo como si fuera más avanzado el día engañando a más de uno, Juvia se dirigía a paso lento a la estación mientras pensaba en que haría después pero al ver algo peculiar entre la gente salio de sus pensamientos.

-Natsu-san? - se preguntó al ver una melena rosa caminar entre la multitud. -Si es Natsu-san - confirmó para sí misma al ver el rostro del sospechoso pero su sorpresa aumento al notar que este se  veía demasiado concentrado en lo que hacía pero aun con eso su expresión era cansada y para ella algo enferma, no había puesto tanta atención como para percatarse de que entre sus manos llevaba varias cajas con contenido desconocido para la maga.

-El gran salamander haciendo este tipo de trabajos- una extraña voz que Juvia no era capaz de reconocer comenzó a reír. -no creí que llegarás tan bajo-

-Solo dame mi dinero- dijo Natsu con notorio enojo.

-Si si... Tu dinero - algo cayó al suelo -toma, por cierto se te acaba el tiempo, o pero creo que eso ya lo sabes- volvió a reír.

-Cállate... antes de que te convierta en cenizas- contestó Natsu, habían pasado unos cuantos minutos desde que Juvia lo había empezado a seguir por curiosidad y este la había guiado por toda la ciudad hasta unos pequeños callejones.

-Creo que será mejor decirle a los demás antes de que Natsu-san...-

-Juvia?, Que haces aquí?-

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