J-06

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Eran muy pocas las veces que ella había sido capaz de escuchar esa voz tan gruesa o eran apenas la ocasiones que ella ponía atención a otra cosa que no fuera el alquimista de hielo, su ahora "novio", esa voz que a muchos provocaría miedo que el usaba cada vez que alguien se metía con su familia o amigos y que en ese momento hacía que el grupo de hombres claramente más fornidos y altos con aspecto espeluznante que se encontraba enfrente de ella y al escuchar tales palabras salir de su boca dieron un paso atrás alejándose un poco de todos ellos con un temor visible en su ojos, rápidamente todos giraron un poco su rostro provocando diferentes sentimientos en Chirs y en los niños una sensación de alivio y tranquilidad que provocaba su sola presencia en ese pasillo, en Juvia por alguna razón desconocida felicidad y preocupación al verlo aun rodeado con la infinidad de vendas que cubrían su cuerpo mientras que en los cinco hombres molestia y un poco de temor, tras unos segundos más el ya se encontraba enfrente de todos ellos mirándolos de forma seria y con molestia.

- Habíamos acordado que nos veríamos dentro de una semana, que haces aquí?- Preguntó Natsu al más pequeño de ellos, Juvia nunca lo había escuchado hablar de esa forma tan madura, pero mirándolo bien en ese momento transmitía madures, seriedad y una fina aura de "no me jodas", algo como no te atrevas a meterte con migo.

- Me surgieron más compromisos la siguiente semana a si que decidí venir el día de hoy... No hay problema verdad?- De un momento a otro la voz de ese hombre se volvió arrogante, su mirada se concentró en ella provocando molestia en Juvia.

-Si la hay, tu sola presencia aquí es un problema- contestó Natsu ganando la atención del hombre,  que rápidamente regreso su mirada a él.

-Lamentó escuchar eso, ya que me e tomado la molestia de venir personalmente, pero negocios son negocios, tienes mi dinero?- 

- Te dije que la siguiente semana-

-Lo tienes o no?, sabes que pasara si no...- interrumpiendo su hablar un saco de tela se impacto en su rostro haciéndolo caer por la fuerza del golpe, los hombres que se encontraban resguardando lo se apresuraron para ayudarlo a ponerse de pie, en su rostro una marca roja apareció y un hilo de sangre escurrió de su nariz, pero para sorpresa de Juvia el hombre no dijo nada solo miro furioso al peli rosa, seguido guió su mirada al sacó que en sus manos tenia, lo abrió y con una sonrisa que apareció en su rostro dejo a la vista cientos de gemas de distintos colores.

-Por favor eres un mago de un gremio muy reconocido no puede ser verdad que no hayas juntado esa miserable cantidad, donde esta el resto-

Hablo sorprendiendo a la maga de agua, a lo que ella se acercó al peli rosa.

- Natsu-san?- llamo la maga al hombre que en ese momento tenia sujeto del brazo para que la mirara, por su parte los ojos jades de Natsu reflejaban sorpresa ya que siendo sincero no había puesto demasiada atención en quien se encontraba en ese momento y no la había visto.

- Juvia?, que haces aquí?- pregunto este tomando su mano con la que ella lo sostenía sobresaltándola al tener contacto con su cálida piel.

- Juvia quiere saber cuanto falta?- pregunto mirándolo con seriedad, sin haberlo notado, ella había sujetado con más fuerza la mano de su compañero. -Espere aquí- dijo ella al no obtener respuesta, soltó su mano desconcertado a su compañero, corrió rápidamente por los pasillos y subió las escaleras con la intensión de ir al cuarto en donde se hospedaba, pero su paso se vio ralentizado al dirigir su vista al pasillo, cerca de una ventana una pequeña silueta con lindo vestido azul con blanco hacia el intento de asomarse por la alta ventana de metro y medio que se encontraba enfrente de ella, al notar que no era capas de cumplir su cometido abraso con fuerza el peluche que entre sus manos portaba, Juvia en ese momento fue capaz de ver su cabello castaño atado en una trenza que caía en uno de sus hombros y piel blanca de su pequeña cara que se tornaba un poco sonrojada al presionar fuerte mente el peluche, sin duda alguna era una de las niñas más bonitas que había visto en toda su vida, pero no era momento para ello apresuró de nueva cuenta su paso, al llegar a su cuarto busco por unos segundos la maleta que llevaba el día anterior, al encontrarla la puso de Nueva cuenta en la cama y del interior saco las pocas cosas que tratando busca de la pequeña caja que había guardado, al encontrarla y tenerla entre sus manos sonrió para sí misma sintiéndose orgullosa, salió de la habitación y fe nueva cuenta encontró a la pequeña niña pero esta vez arriba de un mueble que le permitía ver a las afueras, con curiosidad siguió su camino sin separará su vista de ella, bajo las escaleras y corrió a la entrada donde su compañero de gremio casi golpeaba a uno de ellos.

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