J-11

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El sol se ocultaba entre las montañas que rodeaban el pequeño pueblo, solo anaranjados rayos de luz iluminaban las fachadas de las casas que rodeaban la ciudad pero si no fuera por ésas extrañas criaturas que se mantenían en el techo de cada una de las construcciones lograria ser un hermoso paisaje.

- Juvia, no te separes - Natsu en ningún momento desvío la mirada de las extrañas criaturas que se movían de un lado a otro en pequeños grupos, lanzó el equipaje en algún lugar legos de ahí y se preparo, ellas tenían pelaje negro como la noche, grandes dientes puntiagudos impregnados de una extraña sustancia que al caer al suelo en cada movimiento dejaba una extraña marca azul y olor repugnante a huevo podrido, pero a lo que a Juvia le parecía ser más aterrador es que parecían tener la misma altura que un hombre promedio y la gran cantidad que eran, Natsu nunca en su vida había visto nada parecido y eso que tenía el privilegio de haber viajado por casi todo el continente en la búsqueda de su padre, en ningún momento las criaturas se acercaron a ellos solo los observaban y abrían su extraña boca dejando salir un raro pero característico sonido.

- Natsu-san? - llamo Juvia un poco intranquila, observó en todas direcciones descubriendo que eran observados por una mujer a través de una ventana que claramente se encontraba asustada.

- No te alejes - contestó él llamando su atención y de forma tranquila le mostró una sonrisa. Los minutos pasaron y a cada momento el firmamento se oscurecía más y más, las lámparas del pequeño pueblo se encendieron y en cuestión de segundos fueron destrozadas por ellos, solo el tintiniante brillo de las estrellas era el único que alumbraba esa oscura moche donde la luna decidió no mostrarse.

Juvia quedo inmersa en una sofocante oscuridad y un desesperante silencio que en ocasiones era interrumpido, no era capaz de ver más haya de su nariz pero lograba escuchar como rápidas pisadas se movían de un lugar a otro, en un instante solo sintió un fuerte brazo alejarla por la cintura y en otro una cálida luz iluminando la penumbra, sin embargo esta solamente mostraba las fauses de las bestias que en solo segundos bajaron al pisó  y los rodearon. En ese instante varios gritos resonaron por toda la ciudad, como si fuera alguna tipo de señal todas y cada una de ésas criaturas se lanzaron en contra de los magos, Natsu en respuesta libero un poco de fuego de su cuerpo formando varias esferas que se lanzaron al cielo para que así ambos lograrán ver a gusto y pudieran desempeñarse mejor iniciando la pelea, él enfrentando a varios de ellos al mismo tiempo pero siendo incapaz de causar el suficiente daño para vencerlos y ella venciendo difícilmente a varios con ayuda de su elemento.

- Mandición - dijo Natsu ganando la atención de Juvia, este golpeaba a las criaturas con sus manos y pies envueltas en fuego patadas o puñetazo no servían de mucho, su rostro y la sensación que su magia normalmente mostraba no se encontraba ahí, frustración era el nombre de la emoción que él tenía y demostraba en esos momentos al dar un golpe y ver que ellos regresaban como si nada hubiera pasado, Juvia se regaño a si misma, era claro que se contenía todo lo que podía para no destruir ninguna infraestructura y así poder cobrar la recompensa completa por lo que no podía pelear a gusto, no golpeaba con todas sus fuerzas, si lo hacía el cuerpo de alguno de ellos volaría a través de la calle y seguro destruiría algún edificio.

- Natsu-san! - Grito al ver como una de ésas cosas le golpeaba con las garras y este caía en contra del suelo formando un gran cráter por el impacto aprovechando las demás se lanzaron en su contra. - Natsu-san se encuentra bien?! - Grito Juvia con la intención de ir a auxiliarlo pero como era normal las mismas bestias le impidieron el paso.

- Ardan!! - Grito Natsu en un torbellino de fuego, la presión mágica en un momento se disparó por los cielos y cada bestia que lo rodeaba cayó contra el suelo incinerado o con graves quemaduras, ahora el cuerpo completó del mago se encontraba envuelto en fuego.

- Natsu-san... - El mencionado la miro por unos segundos, asintió con la cabeza y  dando un saltó se acercó a donde ella estaba.

- Acabemos con ésto... Estoy encendido - para sorpresa de ella ambos comenzaron a recitar lo que parecía ser una danza muy bien practicada, no necesitaban decir nada los movimientos eran tan naturales que en cierto modo asustanban como si llevarán años conociéndose, sabían lo que el otro haría, cubrían sus espaldas, nunca antes ella había logrado pelear de esa manera y en un instante como empezó acabo, todo por un extraño grito, cada una de las bestias que podían moverse regresaron a las montañas extrañando a los magos.

- Que acaba de suceder Natsu-san? - Dijo Juvia aun en guardia por si era algún tipo de trampa, miró a su compañero y este esfumó las llamas que lo rodeaban.

- Ustedes deben de ser magos! - Grito alguien desconocido, en ese momento las luces de casas y negocios que hasta el momento se mantenían apagadas fueron encendidas y de las mismas numerosas personas comenzaron a salir, ella con su dulce mirada observó a la dueña de dicha voz encontrando a la misma mujer que minutos atrás los miraba desde la ventana. - Perdon por no presentarme, soy Linae la "Alcaldesa o encargada de este lugar" - se presentó, era extrañamente joven para el cargo que normalmente era para ancianos.

- Somos magos de Fairy Tail mi nombre es Juvia y el es... - Su mente se congeló por un segundo era cierto que la ciudad se encontraba alegada, muy alegada de otras pero no sabia si ellos sabían o estaban interesados por la recompensa que en ésos momentos ofrecían por su compañero, rápidamente volteó su mirada a él que se mantenía extrañamente callado atrás de ella, - Natsu-san? - Dijo ella en voz baja al ver que se compañero tenía una de sus manos en su costado a la altura de las costillas.

- Idiota - dijo él al retirarla, las luces de la ciudad que vagamente iluminaban la calle dejaron ver un rápido destello carmesí en la punta de sus dedos.

- Se encuentra bien? - Pregunto la Alcaldesa al ver que el mago no se presentaba.

- Sangre... - Dijo la maga al reconocer tal líquido. - Se han abierto sus heridas? - Pregunto la maga preocupada.

- No es nada - contestó él.

- Está claro que es lo contrario! -Grito la maga, rápidamente con la mirada buscó las maletas que su amigo había lanzado a no sabe donde.

- No entiendo que esta pasado pero esa de ahí es mi casa, pueden permanecer ahí para que descansen - ambos magos miraron al lugar a donde la mujer que dirigía el pueblo señalaba, Juvia sin dar oportunidad de responder fue por su equipaje y ayudo al mago a adentrarse al pequeño edificio de dos plantas con muchas ventanas y muy bien arreglado - Por aquí estan las habitaciones - dijo la dueña al entrar, tomo las maletas de las manos de la maga y los fue guiando, por su parte Natsu podía caminar sin ayuda pero Juvia lo mantenía bien agarrado del costado de donde salia sangre entorpeciendo su pasó - pueden usar la que gusten - al llegar a un pasillo con tres pequeñas puertas Juvia abrió la primera que vio y se adentró a ella junto al mago.

- Muchas gracias, Juvia se encargará de todo -

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