J-29

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Una pequeña vela era la encargada de iluminar la gran oscuridad que rodeaba la habitación de esa oscura noche, está danzaba de forma majestuosa de un lado a otro al recibir una suave brisa que misteriosamente entraba y chocaba contra ella, en la misma habitación un poco alejados dos miradas reflejaban su calida luz desprendiendo destellos esmeraldas y zafiros, está dirigidas a un pequeño pergamino enrollado que enfrente de ellos se encontraba reposado en una mesa

- Que esperan? - preguntó Chirs con una pequeña sonrisa al ver a ambos magos con una expresión que no podía describir con precisión, tal vez una combinación de asombro, alegría, emoción y un poco de desconcierto - Vayan - repitió ella mientras que lentamente hacia un ademan con las manos con la intención de librarlos de sus pensamientos en los cuales parecían estar inmersos pero solo la bella mujer de pelo azul pareció responder pues está sonrió con cariño y miro a la encargada, mientras que él en ningún momento apartó la vista de ese papel, esa acta que confirmaba ante todos que la pequeña castaña que dormía plácidamente en el piso superior era suya, de su propia familia, Juvia pareció por un momento preocuparse por el mago que aún se encontraba sentado y con la pluma mágica entre sus dedos.

- Vamos Natsu-san - dijo ella tomando ambas manos del mago y de un pequeño tirón lo levantó de su asiento ganándose completamente su atención, lentamente retiró la pluma de entre sus manos y se la ofreció de regreso a Chirs con una sonrisa.

- No se preocupe Natsu-san yo cerraré y acomodaré las cosas antes de regresar a la cama - contestó ella sonriendo ante la mirada preocupada que recibió del mago que pareció regresar en si antes de ser guiado a las afueras de esa habitación por la mujer de la lluvia. Al estar completamente sola y no lograr escuchar los pasos de los magos por el corredor principal una vez más sonrió pero está era completamente diferente, era melancólica, solo segundos después lágrimas recorrieron su rostro y dejo salir un pequeño sollozo que había estado aguantando, al ver una vez más las escrituras de los terrenos que su padre le había dejado a nombre de alguien más, - Papá... No sé si te he fallado - dijo al enrrollar una vez más el pergamino y lentamente tomar la mochila del Slayer e introducirlo en su interior juntó al acta de adopción, sin más limpió las lágrimas que aún recorrían sus mejillas, tomó las cosas de Natsu y las acomodo antes de apagar la única luz que la acompañaba y salir de la habitación.

Lentamente e intentando no hacer demasiado ruido como para despertar a los niños que en las habitaciones a lo largo del pasillo se encontraban descansando, ambos salieron de la cocina y caminaron por el oscuro pasillo que solo era iluminado por la luz de la luna y las estrellas que entraba por las ventanas, pasaron una a una las gruesas y sólidas puertas de madera rumbo a las escaleras que llevaban al segundo piso, esto mientras se encontraban siendo guiados por Juvia quien parecía estar más entusiasmada por ver a su pequeña hija dormir, lentamente subieron uno a uno los escalones provocando que estos crujieran bajo su peso, al llegar a la sima observaron por un pequeño instante el corredor que era casi la copia exacta de el del piso de abajo, soltando un suspiro recorrieron el pasillo y solo se detuvieron al estar enfrente de una de las puertas, la misma de la cual Juvia había visto salir a la pequeña castaña, ella lentamente tomó el pomo de la misma, con un movimiento y un curioso ruido este les indico que la puerta ahora estaba abierta, emocionada respiró un poco más calmada intentando tranquilizar su acelerado corazón, al estar lo más preparada posible lentamente empujó la puerta consiguiendo que está con un rechinido algo tenebroso se abriera, dejando a la vista la oscura habitación que solo era iluminada por la poca luz que por la ventana entraba, pasando unos pocos segundos y al ya su vista estar acostumbrada a la poca iluminación recorrió cada rincón con su acostumbrado sentido, en las paredes logro ver lo que parecían ser incontables dibujos cuidadosamente pegados a ellas, en el suelo crayones y hojas se encontraban tirados y regados que si no tenía cuidado por dónde pisaban podría caer, en una pequeña cómoda decenas de libros de dibujó y peluches se encontraban repartidos pero siendo sincera eso no le importaba demasiado, silenciosamente entro a la habitación y camino a la gran cama que en medio de ese cuarto se encontraba y solo se detuvo al ver una pequeño bulto oculto entre las sabanas, una vez más para su sorpresa su corazón comenzó a latir como loco enviando sangre a todos los rincones de su cuerpo, cuidadosamente se sentó en un extremo del colchón y con ilusión reflejada en su mirada busco a tientas un extremo de una de las sábanas, al encontrarlo lentamente la apartó descubriendo el pequeño pero gran tesoro que ocultaba, una pequeña pero linda niña de pelo castaño y piel clara que abrazaba el mismo extraño peluche que ella le había visto portar, su pecho subía y bajaba lentamente señal de su sueño profundo, su boca se encontraba levemente abierta y de la misma una pequeña cantidad de saliva salía por uno de los extremos.

- Es muy hermosa, ¿Verdad Natsu-sama?- dijo Juvia al estar a su lado con una gran sonrisa, era lo más hermoso que en su vida había visto se dijo a si misma, mientras que tiernamente alzaba su mano con la intención de acariciar su suave y rosada mejilla, dulcemente y con una sonrisa divertida cerró su pequeña boca limpiando en el proceso un poco de ese líquido viscoso con la manga de su vestido. - ¿Verdad, Natsu-sama? - Preguntó ella volteando su mirada al joven mago, solo para encontrarlo parado a unos pocos pies alejado de ella, mirando detenidamente a la castaña que dormía plasida mente. -¿Natsu-sama? - cuestionó curiosa por la extraño actitud, lentamente enderezó su cuerpo y se puso de pie observando solo un misterioso reflejo en la oscura mirada de su pareja, un destello fugaz que fue provocado por la poca luz, intrigada lentamente se acercó más a él logrando que sus ojos vieran su rostro completamente, descubriendo que pequeñas lágrimas se deslizában por sus mejillas sin embargo él de igual forma sonreía, sin saber que hacer lentamente terminó de acercarse a él y tomó su mano, suavemente la acarició en un rápido intentó de reconfortarlo, pero está para su sorpresa se encontraba un poco fría y temblaba, rápidamente rodeó su cuerpo en un cálido abrazo que el no rechazó, solo sintió como su cuerpo era rodeado por sus fuertes brazos.

- He soñado con este momento desde hace mucho tiempo...- dijo él mientras que ocultaba su rostro en el cuello de ella.

- Con qué ha soñado? - Cuestionó ella aunque por alguna razón sentía que ya sabía la respuesta y solo quería escucharla de sus labios.

- Con mi propia familia - respondió el separando su agarré de ella lentamente se acercó a la pequeña niña que aún dormía y suavemente acarició su cabeza.

- Pues Juvia le confirma Natsu-sama... ahora nosotros tres somos una familia - dijo ella mientras sonreía, con cuidado y posando un dedo cerca de sus labios en señal de que guardará silenció rodeó la cama bajo la atenta mirada del slayer y suavemente se recostó a un lado de la pequeña niña causando que está se estremecierá un poco, - vamos Natsu-sama, solo no haga ruido - indico ella señalando el pequeño espació libre que aún había, entendiendo que era lo que quería de igual forma se acercó y recostó su cuerpo procurando no molestar a la menor de ellos, al hacerlo solo sintió como Sylvi se movía un poco incómoda por la repentina reducción de espació libre pero no pasó a más.

- Buenas noches Natsu-sama- dijo Juvia mientras abrazaba a su ahora hija de forma protectora.

- Buenas noches Juvia - Contestó él haciendo un gran esfuerzo para abrazar a ambas féminas causando que Juvia riera un poco pero solo segundos después solo escucho el suave respirar de la maga de agua -Duerman bien mis pequeñas adas -

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