J-18

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Sólo ésas cuatro palabras fueron suficientemente poderosas para causar que su corazón una vez más se detuviera, para que en su rostro aumentará el sonrojo que tenía, para intensificar la sonrisa de chica enamorada que poseía, para que ya no supiera que es lo que hacía y para olvidar por completó todo y a todos... excepto a él, rápidamente envolvió al Dragneel por el cuello con sus brazos sorprendiendole y atrayendole más a ella, y una vez más unieron sus labios volviendo la distancia que los separaba nula intensificado la muestra de cariño al pasar el tiempo. A cada segundo las caricias aumentaban, a cada caricia el deseó crecía e inundaba sus cuerpos necesitados del otro, ambos sintieron el recorrido de sus manos por todo su cuerpo procurando no dejar algún rincón sin explorar, en respuesta una vez más ambos comenzaron a frotar su cuerpo en contra del otro, por un instante Natsu perdió el equilibrio y tuvo que dar un paso hacia atrás para evitar que ambos cayeran, grande fue su sorpresa al sentir que su pierna ahora era frotaba y aprisionada entre las de ella, logrando sentir el temblor y recorrido de sus pliegues, de sus piernas, de su escultural cuerpo, del calor que entre sus brazos y sus labios al contacto inundaban sus sentidos.

- Juvia... - Dijo él en voz baja tomándola por sus suaves piernas para despues alzarla evitando que sus pies lograrán sentir el rocoso piso de esa piscina provocando que ella envolviera las mismas alrededor de su cadera y le volviere a besar, solo para sentir el rose de sus anatomias ya preparadas. Juvia por unos segundos se detuvo para mirar ésos ojos verdes y rasgados que desde hace un tiempo la miraban expectantes de cualquier acción mientras recuperaba un poco de aire, su compañero mantenía una sonrisa y un sonrojo en su rostro que para casi cualquier persona que lo conociera sería extraño pero ella quería y deseaba ver más, dio un gran suspiro y lentamente los convirtió en uno sólo deslizándose por todo su longitud, logrando escuchar los gruñidos que de él salían al sentirla envolverlo completamente, lentamente acomodo su rostro en su cuello y le provocó una gran cantidad de escalofríos que sin piedad recorrieron su espalda al sentir sus brazos una vez más rodearlo y una de sus manos acariciar su rebelde cabello rosa mientras aumentaba ésos deliciosos movimientos que provocaban una sinfonía que de sus labios salia como suspiros ahogados y que chocaban en contra de su piel.

- Natsu... - suspiro ella en su oreja al sentirlo tan adentró siendo interrumpida por la grata sensación de ser llenada, el mencionado sonrió satisfecho al escucharla decir su nombre y de un movimiento salió de esa pequeña piscina de agua caliente mientras que aun la sostenía y se mantenían conectados, lentamente incremento su calor en busca de evaporar el agua que de sus cuerpos caía pero sin darse cuenta el efecto fue más que grato para ella al sentir fluir su cálida magia a través de ella incrementando su sensibilidad por lo que una vez más profundizó uno de los tantos besos que le daba insertando su lengua muy dentro de su boca. Solo al sentir una suavidad en su espalda lentamente deshizo el agarre que en contra de su compañero tenía, resistió las ganas de gritar al sentir sus suaves y profundas embestidas llenarla pero no por brusquedad si no por lo delicado pero misteriosamente muy apasionado que resultaba ser. -Juvia... no quiere...- Dijo ella llevando sus manos a la altura de su cabeza en sus costados y entre ellas tomo los extremos de la almohada donde se encontraba recostada. Natsu se apartó un poco de ella colocando sus brazos a sus lados para no abrumarla con su peso, deleitandose por sus grandes montículos que se movían de arriba para abajo por cada movimiento que él hacia, de su firme vientre que lo mantenía gloriosamente cautivo, de su sonrojado rostro que contrastaba con su revuelto pelo azul, de sus cristalinos ojos que lo miraban deseosos de más y de sus labios que ella levemente mordía para no dejar escapar uno que otro grito de placer, levemente acarició sus caderas con sus tibias manos, la sostuvo por unos minutos en los cuales volvió sus movimientos un poco más agresivos y profundos de lo que ya eran permitiéndose disfrutar aun más de sus roses en su punto más preciado y sensible, solo se detuvo por un instante al sentirla temblar de espasmos que recorrieron todo su cuerpo, al ver y sentir su espalda arquearse en su contra mientras sonreía con una amplia sonrisa que demostraba su satisfacción,  instantes que ella no pudo dejar de temblar y de disfrutar de tan grato regalo que él le había provocado.

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