J-28

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Solo sus pisadas eran capaces de escucharse a través de esas solitarias calles, en ese momento una calida brisa recorría los cielos despejando las gruesas y oscuras nubes que cubrían las sin fin de estrellas de ese oscuro firmamento, lentamente ambos magos caminaban a su destinó, una gran casa en la sima de una de las colinas que rodeaban el pequeño pueblo, un hogar que él ya podía decir que era suyo, solo y simplemente porqué una pequeña se encontraba resguardada por las paredes de ese viejo y ahora reconfortante edificio, donde ella y una docena de niños más vivía. A cada pasó que él daba un sentimiento crecía más y más en su interior, satisfacción, satisfacción que era demostrado en su calida mirada que reflejaba la blanca y deslumbrante luz de la luna y una sonrisa, pero esta era distinta para cualquier persona que la hubiera visto, su amada compañera que caminaba a su lado derecho mientras sostenía su mano era una de ellas, pues está era calida, alegré y orgullosa como poco, superando con creces las que alguna vez había dado en toda su vida.

- está feliz Natsu-san? - cuestionó Juvia mirando su rostro sin embargo ella no esperó a decir verdad una respuesta, ella simplemente caminaba dando pequeños saltos de alegría pues en cierta forma de igual manera ella ansiaba llegar y subir a la pequeña habitación de su pequeña niña, verla dormir y despertarla con una gran sorpresa, desearía al menos haberle podido comprarle algún regalo o un peluche como el que una vez vió que ella abrazaba, esa cosa blanca y peluda o un regalo especial pero por prisas y siendo sincera en ningún momento esa idea se le había ocurrido.

- Si... - contestó él deteniendo su andar mientras soltaba su mano - estoy más que feliz!! - gritó para la sorpresa de ella mientras comenzaba a brincar y soltar golpes al aire en una rápida muestra de alegría y entusiasmo provocando que ella sonriera al ver su júbilo pero repentinamente sus acciones se detuvieron desconcertandola, soltó un ligero suspiró y dirigió su mirada al cielo que en ese momento era adornado con millones de estrellas brillantes y una que otra nube, - Si... Estoy completamente feliz - confirmo más para si mismo que para ella sin voltear su mirada de ese hermoso firmamento, lentamente y bajo su zafiro mirada cerro sus ojos e inhaló una gran cantidad de aire llenándose de una gran tranquilidad que a decir verdad en semanas no había podido experimentar.

- Sabe... - dijo ella ganando la atención del mago que lentamente volteó su mirada a ella, encontrando sus zafiros ojos que reflejaban la blanca luz de la luna y las estrellas mirándolo - Juvia está muy orgullosa de usted... - comentó ella con una gran sonrisa que lo ruborizó, lentamente extendió su mano tomando delicadamente la de él y entrelazó sus dedos mientras que gentilmente comenzaba a acariciarla.

- Vamos - concluyó él no logrando soportar por más tiempo, lentamente caminaron por las calles hasta estar enfrente del un poco escondido sendero que los llevaría hasta su destino, por alguna razón la prisa que tenían en un momento se esfumó, su corazón a cada pasó que daban latía cada vez con más fuerza, sus piernas temblaban a cada pasó que daba, las pequeñas maletas que con ellos llevaban perecieron estar vacías pues estás no pesaban.

Solo después de caminar por otro rato, por fin lograron ver el inicio de ese claro, árboles de distintos tamaños rodeaban esa blanca casa que por la luz de la luna parecía brillar en esa pequeña oscuridad, una docena de ventanas reflejaban las estrellas en ellas, como si de pequeños ojos se tratase, lentamente ambos magos caminaron acercándose a ella, Juvia lograba sentir un pequeño temblor en su mano que se encontraba conectada a la de él, por lo que ligeramente volteó su mirada encontrando una dulce expresión en su rostro que ella no logró describir, al llegar el soltó su mano y entre sus cosas comenzó a buscar algo, ella sin decir nada solo lo observó detenidamente por escasos segundos hasta que pareció encontrar lo que buscaba, una pequeña llave que él deslizó por la cerradura y con un pequeño "click" la gruesa puerta de madera se abrió.

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