J-07

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- Ya no quiero estar aquí, es aburrido- dijo la pequeña castaña con un tierno puchero al peli rosa que la miraba con cariño.

- Ya hablamos de eso, no puedes salir con este clima, te enfermaras... - contestó el siendo lo más sensible posible.

- Me pondré suéter... - contestó la niña con notoria tristeza. -Quiero jugar con los demás- dijo mientras su visión se dirigía a través de la ventana donde pequeñas nubes surcada el cielo.
- Cuando todo ésto termine te llevare conmigo, tengo una amiga que refunfuña mucho pero que estoy seguro que te curará, después iremos al parque, a la playa o a donde tu quieras - dijo el con un suave todo de voz que cualquier persona que la escuchará sería capaz de tranquilizarse por más molesto que estuviera.

- Me lo prometes?- preguntó ella abrazando su peluche mientras lo miraba con súplica.

- Te lo prometo, palabra de un dragón- contestó con una pequeña sonrisa, que al sentir ser rodeado por los pequeños brazos de Sylvi, la sonrisa incrementó tanto que un sonrojo apareció en sus mejillas y de igual manera la abrazo, se levantó de golpe de la cama con ella en brazos y comenzó a dar vueltas provocando carcajadas salieran de ambos. - Ven vamos a desayunar- dijo al detenerse, se encaminó a la puerta dando una ultima vuelta pero al ver quien se encontraba ahí se detuvo.

Durante todo ese tiempo la maga de agua había sido testigo de las acciones de su compañero, por un instante se imaginó que él era Gray y la pequeña Sylvi la hija de ambos, esperaba y deseaba que al igual que el cazador de dragones a su Gray-sama le gustaran los niños e imaginó como seria su vida cuando tuviera su propia familia con el.

- Te ocurre algo Juvia?- fue la pregunta que la sacó de sus pensamientos provocando un pequeño susto en la maga, que al ver al mago tan cerca de ella con la niña en brazos se sonrojo por los pensamientos que en esos momentos tenia.

- No se preocupe Natsu-san, Juvia se encuentra bien- contestó rápidamente ella mirando a la castaña que la observaba mientras se alejaba un poco.

- O déjame presentarte ella es Sylvi, Sylvi ella es Juvia una amiga del gremio- dijo Natsu al ver que la maga de agua miraba a la niña que en ésos momentos tenia en brazos. 

-Ella también usa magia?- pregunto la castaña mirando a la maga con curiosidad.

- Si ella es una maga- contestó él.

- Me enseñas?- pregunto emocionada mostrandole una sonrisa a ella.

- No primero hay que ir a comer algo- intervino Natsu provocando que la sonrisa de la niña desapareciera.

- No se preocupe Natsu-san, será después de comer que le parece?-

-Esta bien... Pero solo si se come todo - la actitud madura y paternal que en ésos momentos Natsu demostraba tener sorprendieron mucho a la maga de agua, nunca hubiera pensado que el gran Salamander conocido por ser muy impulsivo, no saber contenerse y ser el más destructivo de todos ellos en esos momentos demostraba tener tanta delicadeza con la pequeña niña. Natsu tomo la mano de la maga y antes de que se diera cuenta ya habían recorrido el pasillo y bajado las escaleras, al entrar al comedor todos los niños comían tranquilamente mientras saboreaban la comida que en sus platos tenían.

- Natsu-san por favor tome asiento en un momento le sirvo, usted también Juvia-san - los mencionaron hicieron caso no sin antes Natsu dejar a Sylvi en una silla a su lado izquierdo y  Juvia tomó asiento en la una de las últimas vacías al lado derecho del mago.

La comida paso sin ningún incidente al terminar los niños se organizaron para que mientras unos lavaban los platos otros recogían la mesa preparándose para su lección de lectura y escritura como todos los días lo hacían, todo bajo la atenta mirada de la encargada del lugar Chirs, por un momento el recuerdo de vivir lo mismo en el orfanato donde creció inundó la cabeza de Juvia atormentando la por un momento al recordar la soledad de aquel entonces pero al ver que salía Natsu de la cocina y del edificio lo siguió con intención de alcanzarlo.

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