J-15

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Una cálida sensación los mantenía refugiados dentro de las sábanas que cubrían más que sus cuerpos, a las afueras se lograban oír las gotas de lluvia aún impactar en contra del suelo y en la pequeña tienda que los mantenía refugiados del agua y del frío viento que aún soplaba, esa rítmica y relajante melodía provocada por la combinación de ambos elementos despertó de su letargo a ambos magos que encontrándose con la azul mirada de ella y la jade de él se sintieron tan a gusto que sin pensarlo se refugiaron y acomodaron una vez más en ese tibio y reconfortante lugar.

- Buenos días Natsu-san -
- Buenos días Juvia -
Saludaron ambos con una sincera sonrisa, sin percatarse de la peculiar posición en la que ambos se mantenían, abrazados, frente a frente, tan cerca que ninguno de los dos alguna vez lo espero ni imagino, pero en vez de alejarse como lo harían normalmente, por alguna razón, él, en un movimiento "tierno y audaz" deslizó su mano libre, la izquierda, por la espalda de su compañera que sin decir nada imitando sus movimientos guió su correspondiente mano al encuentro de la cálida palma de él y ya entrelazadas las guió a su mejilla - Juvia nunca había despertado sintiéndose de esta manera - Dijo ella para sorpresa del Dragneel.

- ¿De que formá? - Cuestionó él sin apartar su mano de la suave mejilla de su compañera.

- De esta manera... tan cálida y protegida - contestó ella frotando su mejilla con la misteriosa pero reconfortante sensación que le brindaba su tacto, por unos segundos el recuerdo de despertar siempre sola inundó su mente.

- También es mi primera vez... - contestó él con una sonrisa que haría derretirse al mismo hielo, sorprendida, Juvia que no apartó su vista de los orbes verdes de su compañero sonrió - No... Me molestaría despertar de este modo a partir de ahora - continuo él provocando que ella ocultará su rostro en su firme y bien trabajado pecho mientras que esos momentos fríos y solitarios desaparecían de su mente.

- A Juvia tampoco le molestaría - contestó ella en voz baja pero lo suficientemente claro como para que él la escuchará.
Pasaron los minutos simplemente recostados en la pequeña colchoneta, en ningún momento por sus mentes transitaron extraños pensamientos sobre como se encontraban y entre la suave lluvia y viento un extraño gruñido los alarmo.

- Natsu-san... Juvia tiene hambre - Dijo ella sonrojada causando que su compañero que por un momento se tenso al imaginar las extrañas bestias, riera pero de igual forma su estómago gruñó en protesta a su falta de alimentos.

- Creó que yo igual- contestó él con una sonrisa. - Pero no podremos cocinar si la lluvia no para. - aclaro levantando su torso desviando su mirada de ella hacia la entrada que poniendo más atención se movía al mismo ritmo que el soplar del viento.

- Tiene razón... - Contestó ella imitandolo, - ¿Natsu-san no puede cocinar la comida con su magia? - Preguntó ella mirándolo expectante despues de unos segundos.

- Si pero la tienda se llenaría de humo... O podría quemarse y eso sería malo-  contestó él al ya haber pensado en esa opción.

- Si muy malo.- Confirmó ella agachando su mirada en busca de otra solución.

- No hay opción - Dijo él repentinamente, se arrodilló y sin que la maga de agua entendiera sus acciones y con un extraño sentimiento de soledad comenzando a molestarla, salió de su refugio tardando unos pocos minutos en los que ella solo escuchaba extraños ruidos a las afueras, preocupada se levantó y con la intención de cerciorarse del bienestar de su compañero se acercó a la única salida que ahí había, fue en ese momento que sintió un golpe seco contra algo extremadamente duro y un leve dolor de cabeza que provocó que cayera de espaldas - Perdon Juvia ¿te encuentras bien? - Cuestionó él provocando que ella alzará su mirada con unas pequeñas lágrimas adornando sus ojos, encontrando a su compañero con una de sus manos en su cabeza y un gracioso gesto de dolor.

- Si, no se preocupe y usted Natsu-san ¿se encuentra bien? -Cuestionó ella limpiando sus lágrimas, pero al ver que gruesas gotas de agua deslizarse por su cabello y frente rápidamente se enderezó, tomó su maleta y de ella saco una pequeña toalla, con la cual comenzó a secarle el mismo líquido que cubría su cabeza sorprendiendole pero que sin mostrar resistencia solo se dejó hacer, él bien sabía que eso no era necesario con su magia solo necesitaba aumentar su temperatura y estaría bien pero solo sentir a la maga acariciar su rostro y cabello rosado lograba tranquilizar su mente. - Ya esta - Dijo ella alegre causándole una sonrisa.

- Gracias - contestó y en la pequeña cama dejo caer el contenido de su mano ocupada.

- ¿Fruta?- Cuestionó ella mirando al mago que se sentaba enfrente de ella despues de cerrar la entrada.

- Si, fruta, no es mucho pero servirá como desayuno - contestó él tomando un inmenso durazno para despues ofrecerlo a Juvia mientras que el tomaba uno igual, ella lo tomó y lo observó por escasos segundos.

- Esta bien, que aproveche Natsu-san - Dijo ella volviendo su mirada una vez más al mago que extrañamente tenía las mejillas infladas y el hueso del fruto en su mano, mientras que disimuladamente y con trabajo masticaba o al menos hacia el intento, provocando que ella comenzará a reír por la extraña cara que el tenía. - No... No coma tan rápido Natsu-san - Dijo aun riéndo, él extrañado por no saber la causa de su risa trago todo el contenido de su boca y tomo otra de las frutas que ahí había pero esta vez la mordió despacio. - No creí que le gustaran las frutas o verduras - comentó ella ganando la atención del mago.

- No me agradan mucho, si te soy sincero prefiero la carne - contestó él mordiendo una vez más la fruta parecida a una manzana que tenía entre manos.

- Entonces... - Dio una pequeña mordida al durazno - ha de tener mucha hambre - continuo ella mirando al mago.

- No... Bueno si pero no es por eso - contestó él para sorpresa de la maga.

- ¿Entonces? -

- No puedo comer solo carne, si los niños se enteran, ¿Qué tipo de ejemplo les estaría dando?, si no comen adecuadamente no podrán ser grandes personas - contestó él sorprendiéndola.

- ¿Ha pensado en todo eso?-

- Si... Sé que todos creen que soy idiota pero... -

- No se preocupe... Ha decir verdad Juvia lo creyó por un tiempo pero eso era por que ella no lo conocía nunca había tenido el privilegio de hacerlo pero ahora Juvia sabe que Natsu-san es sorprendente, es cariñoso, protector y muy pero muy cálido, - expresó ella acercándose a él para tomar ambas manos que curiosamente se encontraban un poco frías sorprendiendo al mago.- ¿Qué piensa hacer con los niños? - Preguntó al estar cómodamente una vez más frente a él.

- Buscar un hogar para ellos - contestó él sin separarse.

- ¿Y con Sylvi-chan? - Cuestionó ella poniendo suma atención a los gestos que su compañeros haría.

- La llevaré conmigo...  - Contestó él con una sonrisa un poco tímida por la forma poco discreta que Juvia lo miraba.

- ¿La piensa adoptar? - Cuestionó ella de forma seria.

- Si... Chirs esta arreglando todo para que sea posible - respondió aumentando su sonrisa.

- ¡A Juvia le alegra mucho saber eso!... - Dijo o más bien grito mientras lo abrazaba recordado, la vez que escucho a la niña pedir al cielo ese deseo, lo había visto, sus ojos reflejaron un gran brilló de ilusión y esperanza tan verdaderos como la vida misma. - Juvia siempre lo apoyará y ayudará si necesita algo, no importa lo que sea, tenga por seguro que Juvia lo hará. -

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