J-26

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Ambos magos por un momento se miraron sorprendidos, Juvia sintió el frío tacto de las llaves entré sus dedos causando que sintiera un escalofrío recorrer cada centímetro de su cuerpo y el rápido latir de su corazón contra su pecho mientras que comenzaba a imaginar diferentes escenarios dónde ella y su ahora familia vivían tranquilamente, sin preocuparse de nada, solo de comer, vivir y disfrutar de su compañía, dónde todos o al menos ellos, quienes ahora más le importaban podían estar tranquilos y felices. Por otra parte Natsu sintió un sin fin de sentimientos inundar su cuerpo, gratitud, felicidad y a decir verdad un poco de miedo, miedo de no lograr ser un gran padre, él no había tenido una como referencia, no humano al menos, tenía al su maestro Makarov pero el desde muy pequeño lo sabía, no era lo mismo, por lo que no sabia muchas cosas, que tenía que hacer?, que no tenía que hacer?, tenía miedo de equivocarse con su ahora familia, miró a su compañera estar sumida en su imaginación y sus pensamientos preguntándose que podía estar inundando su mente, sintiendo un pequeño alivio al verla a su lado y saber que al menos alguien lo apoyaba incondicionalmente y contra todo, era claramente una carga menos pará su corazón. Ambos magos solo segundos después parecieron despertar cada uno de sus pensamientos, lentamente miraron a la mujer que en esos momentos les ayudaba, Linae, que simplemente les sonreía al igual que los demás presentes, lentamente los azules ojos de Juvia comenzaron a inundarse de lágrimas tomando firmemente la mano de su slayer mientras que parecía repentinamente comenzar a entender algo.

- No es momento de llorar ni de quedarse ahí parados, tienen que regresar y poner todo en orden - Dijo Linae rompiendo el silencio que en esa habitación se había formado evitando que las palabras que en la boca de Juvia comenzaban a formarse se desvanecieran.

- Pero... No podemos... - intentó decir la maga aun con lágrimas en sus ojos pero rápidamente fue interrumpida.

- No hay vuelta atrás... Es un regalo de todos nosotros y la verdad no creo que estén en disposición de elegir... En este momento ambos necesitan un lugar tranquilo y el apoyó de todos lo que puedan... Éso es nuestro verdadero regalo -

- Pero por que nos ayudan tanto? - cuestionó Juvia mirando a los demás que solo sonrieron en respuesta.

- Ambos nos han ayudado más de lo que creés - contesto Linae mientas miraba a Natsu que de igual forma sonrió.

- Pero que fue lo que hicimos? - Pregunto ella.

- Será mejor que ya se vayan, la carreta que los llevará a la ciudad próxima los esperá - Contestó la representante señalando la puerta principal con la mirada, Natsu miró a su ahora esposa que aún lloraba y apretó dulcemente su mano que mantenía sujeta.

- Vamos, Sylvi... nuestra hija nos esperá - Dijo él llevando su mano libre al rostro de la maga limpiando delicadamente cada una de las lágrimas que por su rostro caían, Juvia sintiendo su corazón dar saltos de emoción que que no había experimentado en mucho, mucho tiempo y algo que era completamente nuevo para ella, con la sola mención de su ahora hija, emocionada, desesperada e ilusionada por el simple hecho de verla y tenerla entre sus brazos en una repentina muestra de salir de ahí siguió los pasos de Natsu que la guiaban a las afueras de su ahora casa, subieron al carruaje y segundos después Erick salió de su hogar, acomodo las pertenencias de Natsu aun lado de las de Juvia y sonrío mientras les miraba.

- Vuelvan pronto, con todos los integrantes de su nueva familia! - Grito Eva al momento de que el sencillo carruaje comenzó su movimiento, enseguida el mago cayó mareado aun costado, casi cayendo por uno de los extremos pero Juvia solamente sonrió y lo tomo acomodandolo en sus piernas, buscando que el olvidará su mareo.

- Las actas están en la mochila de Natsu! - Grito Linae ganando la atención de Juvia, que volteó su mirada a los miembros que solo los despedían con las manos mientras se alejaban, por lo que de igual forma se despidió.

- Muchas gracias a todos -  dijo ella mientras les sonreía y acariciaba la cabellera del mago que para su sorpresa se encontraba totalmente tranquilo.

- Que hacemos con ellos? - Cuestionó Erick después de unos segundos al momento de ya no lograr ver el carro por el camino que llevaba a la ciudad.

- Dejalos, solo quieren asegurarse de que llegan a la estación sin ningún problema -

Los minutos pasaron tranquilamente en medio de ese bosque con el sólo ruido de la carreta recorrer el viejo y descuidado camino, Juvia solo acariciaba el rebelde pelo de Natsu que para su sorpresa se encontraba profundamente dormido soltando uno que otro ronquido que a ella le parecían graciosos, "debe de estar muy cansado" pensó ella mirando detenidamente su rostro totalmente relajado, mientras acariciaba una de sus mejillas con su mano derecha, "dijame Natsu-san, Qué fue lo que hizo?" se preguntó ella besando tiernamente la frente de su mago para segundos después dirigir su mirada al bosque, en donde para su sorpresa logró ver un gran pelaje negro como la misma noche que los seguía mientras intentaba ocultarse entre los árboles pero al ser tan grande era casi imposible, sorprendida miró al otro extremo observando a otro de los Liray pero este no parecía importarle mucho que lo vieran ya que simplemente caminaba lentamente muy cerca de ellos, rápidamente dirigió su mirada al chófer que los llevaba pero este se mantenía tranquilo al igual que la bestia que tiraba del carro, relajada al ver que para ellos no había problema siguió acariciando el suave pelo del chico. "Ahora que Juvia recuerda" pensó ella mirando su mano izquierda.

- Que es ésto? - Cuestionó Juvia.

- Perdona, me podrías repetir lo que has dicho? - Cuestionó el chófer deteniendo el carro, para después mirar a la maga que simplemente sorprendida miraba su mano.

- En? No, nada, solo Juvia se sorprendió un poco - contesto ella sin dejar de mirar su mano, el hombre extrañado solo afirmó con la cabeza y puso en marcha el carro una vez más, mientras que ella simplemente sonrió con asombro e ilusión pues en su dedo donde había un antiguo anillo viejo ahora había uno que era totalmente  azul llegando a un negro como la misma noche o eso le parecía pues este destellaba un ligero brilló azul cada vez que un rayo de sol le daba, con curiosidad tomó la mano izquierda de su acompañante y de igual forma lo reviso encontrando un anillo exactamente igual al suyo por su puesto un poco más grande, - ahora Juvia entiende lo que dijo Linae-san... Pero Juvia no recuerda haberlo visto nunca - expreso en voz baja mientras sonreía y acariciaba el anillo que portaba, y que claramente contrastaba con su blanca piel.

- Natsu-san... Despierte, ya hemos llegado - dijo ella al mago que aún después de horas de camino seguía aun dormido en sus piernas, lentamente el mencionado comenzó a despertar sin saber en que lugar estaba ya que se encontraba por primera vez en mucho tiempo desorientado.

- Mm....?,  donde estamos? - Pregunto él dando un gran bostezo.

- Estamos a las afueras de la ciudad - Contestó ella con una dulce voz sintiendo el peso retirarse de sus piernas debido a que Natsu al escuchar en donde se encontraban de un saltó bajo del carro que para su suerte ya se encontraba detenido, él con una sonrisa estiró su cuerpo para solo segundos después mirar a su compañera sonreír y contestar con la misma mueca.

- Vamos - dijo él extendiendo su mano derecha para que ella bajará.

- Señora Dragneel, aquí están sus cosas - dijo el joven hombre que los había traído hasta ahí, Juvia tomó la mano de Natsu y al escuchar la forma en el que  la llamo, un sonrojo inundó su rostro y ella solo volteó su mirada hacía el mago que sonrío sonrojado.

- Muchas gracias - dijo Juvia mirando al joven.

- No era necesario que vinieran hasta aquí - dijo Natsu para la sorpresa de Juvia, que rápidamente volteó su mirada al mago encontrandolo acompañado de los dos Liray que los habían seguido. - Pero muchas gracias, regresaremos en unos pocos días, ¿Verdad Juvia? - sonriendo se despidió de cada uno de ellos acariciando suavemente su pelaje, dio media vuelta, camino al carruaje y tomo su mochila para acomodarla en su espalda, enseguida comenzó su caminar al pueblo que a pocos metros se encontraba, se detuvo miró a Juvia y ésta simplemente sonrió en respuesta y fue hasta donde el se encontraba.

- Por supuesto Natsu-sama -

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