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Lentamente dorados y cálidos rayos de luz comenzaban a iluminar los sin fin de dibujos y peluches que adornaban esa pequeña habitación, en su interior dos siluetas medianamente grandes y una pequeña se encontraban tranquilamente recostadas en la suave cama, mientras eran cubiertas por una rosada y fina sabana que resguardaba a sus ocupantes de la molesta luz. Sintiendo una molesta sensación de claustrofobia la más pequeña de ellas comenzó a moverse de un lado a otro intentando encontrar una mejor posición par poder seguir durmiendo, sin embargo ya desesperada rápidamente con sus pequeños brazos quitó la sábana que los cubría como un intentó de descubrir la fuente de la molestia solo para descubrir a un extrañó manojo de pelos de color azul que la sostenía entre sus brazos y a otro pero este castaño del lado contrario, por unos segundos un frío escalofrio recorrió su espalda, su boca se abrió tanto en un intentó de gritar solo para que de la misma no saliera palabra o sílaba alguna, asustada rápidamente brinco de la suavidad de la cama al frío suelo solo con su pequeña pijama azul cielo y el blanco y extraño peluche que le gustaba tanto entre sus manos, pero entendiendo rápidamente el porque Chirs le decía que mantuviera ordenada su habitación, cayó de cara al suelo con un estrepitoso golpe al pisar uno de los muchos crayones que había tirado.

Alarmada y desconcertada por el fuerte ruido y la repentina interrupción de su sueño Juvia abrió sus cálidos orbes de color zafiro y rápidamente escaneó cada rincón de la habitación en un intentó de localizar la causa del estruendo, solo para notar tres cosas, a su compañero peli rosa aun recostado y durmiendo plácidamente en un extremo de la cama, la sábana que los cubría en el suelo y a una adorable niña castaña tirada en el suelo con ojos llorosos mientras abrazaba fuertemente a su peluche en un intentó para no llorar. - Sylvi-chan ha ocurrido algo? - cuestionó ella preocupada mientras se ponía de pié rápidamente para acercarse a la niña, lentamente tomó su rostro y con un suave movimiento alzó su mirada encontrando un fuerte golpe en su frente que provocaba que un chichón comenzará a formarse. -¿¡Te sientes mal!?, ¿¡Tienes sueño!?, ¿¡Ganas de vomitar!? ¿¡Algún malestar!? - preguntó ella con una fuerte preocupación en su voz, repentinamente una histérica combinación de sentimientos se hizo presente sorprendiendo a la niña que solo negaba a cada una de sus preguntas mientras que no entendía que era lo que ocurría, la castaña por un momento observo a la mujer que después de inspeccionar su golpe dejo salir un suspiró de alivio y sonrió, tomó la sábana que a su lado estaba tirada y mientras hacía extraños movimientos con sus manos, para su asombró está comenzó a volverse de un tono más oscuro, tomó uno de los extremos y solo sintió el frío, húmedo y suave tacto de la sábana en contra de su frente herida mientras que Juvia le daba ligeras caricias, - No te preocupes, solo es un pequeño golpe, ¿verdad que ya no duele?- Cuestionó ella arrodillada a enfrente de la niña.

- Si... gracias - contestó ella con un ligero rubor en sus mejillas mientras que aún sostenia su peluche en contra de su pecho. - Disculpe... - dijo ella después de unos instante en silenció.

- que ocurre?, Todavía te duele? - preguntó la maga aún preocupada

- Si duele... Pero usted no era amiga de Natsu-san? -

- Si lo soy... - contestó ella con una sonrisa entendiendo a dónde quería llegar la niña.

- Y donde está?, Esta en su habitación? - preguntó más emocionada la pequeña ante la respuesta afirmativa, repentinamente una gran sonrisa apareció en su rostro que se encontraba lleno de emoción, repentinamente una idea golpeó su menté pues sabía que la mujer presente había acompañado al Slayer a una misión, eso significaba que si ella había llegado él también, en un instante el leve dolor de cabeza se esfumó y ella rápidamente se acercó a la puerta de su habitación aún descalza.

- Adónde vas? - cuestionó Juvia al mirarla.

- A buscar a Natsu-san? - contestó Sylvi con una gran sonrisa pero se detuvo al sentir el frío piso y un escalofrío recorrer su espalda, para sorpresa de Juvia la castaña regresó y se detuvo una vez más aún costado de la maga y de la cama donde se agachó y tomo un par de pequeñas sandalias muy parecidas a las que el slayer usaba, sin embargo la incertidumbre inundó su cuerpo, ¿Qué acaso no veía al mago recostado?, Se preguntó a sí misma mientras que guiaba su mirada al ahora desconocido padre que aún dormía profundamente mientras que con parte de su brazo izquierdo cubría parte de su rostro de la molesta luz que entraba, en ese instante un oscuro y azulado reflejo le dio la respuesta provocando que una pequeña sonrisa apareciera en su rostro, rápidamente se puso de pié, empujó al mago un poco haciendo el suficiente espació para que logrará sentarse y muy gentilmente lo acomodo en la misma posición en la que se encontraba inicialmente.

- Sylvi-chan~ - llamó la maga con un extrañó canturreo, la nombrada alzó su curiosa mirada encontrando que la maga le hacía señas para que se acercara, - ven un momento, tengo una sorpresa apara ti - dijo ella ganando completamente la atención de la niña que al escuchar la palabra sorpresa se puso de pié de igual forma y se acercó a ella. - Aquí está Natsu-san! - dijo ella al tener a la niña aún lado, sin embargo la niña solo miro al hombre castaño recostado y enseguida miro a Juvia.

- Él no es Natsu-san - respondió ella frunciendo las cejas en una tierna expresión molesta.

- Estás segura? - cuestionó Juvia mientras que sonreía.

- Si, Natsu-san tiene en pelo rosa - contestó la niña mientras hacía un puchero y cerraba los ojos en un intentó de parecer indignada, una cosa que había aprendido de una de sus amigas, lentamente Juvia tomó la mano del bello durmiente teniendo cuidado de no despertarlo suvemente deslizó el pequeño anillo que era la prueba de su unión y miro una vez más a la niña.

- Muy segura? - Cuestionó ella, Sylvi que ya quería salir y buscar al que quería que fuera su padre rápidamente abrió los ojos y saltó a la cama, quería que está rechinara y se balanceara de un lado a otro para despertar al hombre que dormía plácidamente, pero grande fue su sorpresa al ser atrapada por la extraña mujer en el aire evitando su objetivo, sin embargo antes de que fuera capaz de decir algo Juvia llevó uno de sus dedos a su boca en una seña de que guardará silenció, sorprendida hizo caso a lo que ella le decía y rápidamente fue abrazada, incómoda se revolvió un poco en su lugar intentando librarse del agarre de la mujer solo para que al lograrlo una extraña pero familiar cabellera le fuera mostrada, recostado ahora el mago de cabellera rosa se encontraba en vez del hombre castaño que en un principio había visto, sus ojos rápidamente se abrieron en desconcierto y en un intentó de gritar la mayor de ellas tapo gentilmente su boca con una de sus manos y se acercó a su oído, al ver qué el mago se movió de su lugar molesto por el repentino ruido.

- No despiertes a papá todavía, a tenido una semana muy pesada -

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