J-05

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Novedad 

-Gray donde esta Juvia?- pregunto la maga de rearme al llegar al salón del gremio y ver que solo se encontraba el mago de hielo.

-A de estar en su habitación- respondió con indiferencia el alquimista.

-No... La vi salir muy temprano en la mañana y pensé que había ido contigo a una misión o algo- explicó extrañada y preocupada.

-Pues no es así, tal vez fue a una misión sola, no a de tardar- de la misma manera dejo de hablar simplemente recargando su cabeza en una de sus manos.

Miles de gotas caían e impactaban en la fachada de la casa, en ocasiones grandes relámpagos iluminaban el firmamento sorprendiendo a más de uno de los residentes que en su mayoría eran niños, dos mujeres envolvían de nueva cuenta a un joven peli rosa en finas telas blancas para proteger las heridas que en su cuerpo se mostraban. 

-Por el momento estará bien- la mayor de todos ellos finalizó elaborando un nudo uniendo un extremo con otro de la venda dejando salir un largo suspiro de satisfacción mientras que la maga de agua la observaba detenidamente con un sin fin de preguntas, pero la principal.

- Natsu-san estará bien?- sin notarlo había dejado salir su pregunta provocando que Chirs la mirara.

- Gracias a la medicina que le brindaste no creo que tenga problemas- contestó la mujer con una fina sonrisa, -ahora solo hay que dejarlo descansar, gustas un té? - Pregunto poniéndose de pie y señalando con la mirada la puerta, por su parte Juvia dirigió su mirada rápidamente a su compañero y contestó.

- Esta bien- ambas salieron del cuarto donde el dormía, sin importar que ya la media noche había pasado y las horas de arduo trabajo, los mismos niños que la habían recibido se encontraban a las afueras de la misma habitación simplemente recargados en una de las paredes cubiertos con gruesas sábanas que impedían que se enfermaran, la mayor de ellos los miro por unos segundos y siguió su camino, aunque Juvia no pudo evitar preocuparse por ellos.

-Ellos estarán bien?- preguntó aun siguiéndole, el pasillo se encontraba limpió pero al igual que la pintura de afuera algunos de los muebles se veían desgastados pero increíblemente limpios y adornados con pequeños floreros, varias puertas adornaban de igual manera el pasillo unas entre abiertas que dejaban ver el interior de las mismas, en algunas juguetes se asomaban en otras pinturas hechas a mano y otras simplemente cerradas.

-No te preocupes, Natsu-san instaló un buen aislante- sin detener su paso y con una sonrisa formada en su rostro siguió, tras dar un par de pasos más ambas se detuvieron enfrente de una gran puerta que se encontraba situada a la derecha y unas escaleras a la izquierda.

- té verde esta bien?- preguntó la encargada mientras que lentamente abría la puerta dejando ver una inmensa mesa con un gran número de sillas de diversos tamaños que la rodeaban, y en uno de los rincones una pequeña cocina. - Siéntate por favor en un momento te sirvo. - tras unos largos minutos sin otro ruido que no sea el impacto de las gotas de lluvia en las ventanas, la mujer sirvió dos tazas y coloco una enfrente de Juvia.

-Gracias- dijo la maga, con una sonrisa mientras que la mujer mayor se sentaba a un lado de ella.

-Me podrías repetir tu nombre?- dijo ella al sentarse.

-Juvia Lockser- contestó la maga haciendo una pequeña reverencia.

-Perteneces al gremio de nombre Fairy Tail, eres compañera de Natsu-san? O es tu novio?- pregunto la anciana por curiosidad.

- No! Juvia ya tiene novio!- dijo algo impresionada y sonrojada, - Juvia solo es conocida de Natsu-san, raras veces trabajan juntos- explicó regulando más su voz ya que no quería despertar a los niños que dormían.

-Entonces si su relación no es tan estrecha por que quieres ayudarlo?- preguntó  la mujer mientras daba un pequeño sorbo a su bebida caliente.

-Juvia solo quiere saber por qué Natsu-san hace lo que hace, Juvia sabe que que el no es capaz de dañar a alguien sin alguna razón y menos en el estado en el que esta y si es posible Juvia quiere ayudar- explicó inmediatamente mientras que con sus manos tocaba la tasa con el caliente líquido.

-Te diré algo, si esa es tu razón estas perdiendo el tiempo, yo no te puedo decir nada pues no se si eres de confiar, solo te pido algo, si quieres entregarlo espera a que el se encuentre bien para que pueda defenderse, y si eres de confiar Natsu-san te dirá lo que quieres saber directamente- la mujer observó directamente a la maga de agua que se sorprendió por la extraña respuesta que había recibido, Juvia logró ver un extraño brilló en sus ojos y solo asintió cómo respuesta, -esta bien por hoy te mostraré una habitación para que puedas dormir tranquilamente- la mujer se puso de pie y comenzó a caminar siendo seguida por la maga subió a la segunda planta donde había más habitaciones, llego a una de las tantas habitaciones que de encontraban desocupadas y abrió la puerta mostrando una habitación idéntica a la que el mago de fuego usaba.

-Muchas gracias- dijo la maga.

- Que pases buenas noches y descansa- sorprendida por la respuesta cortes y la pequeña sonrisa que la mayor le mostró al retirarse la maga tomó su maleta y después de escuchar que la puerta se cerraba la dejo encima de la cama, lentamente cambio sus ropas y se dispuso a dormir con todas sus preguntas en mente, por experiencia sabia que era ese lugar en donde ella se encontraba, en su niñez había vivido lo mismo que los niños que ahí habitaban, un orfanato, con los recuerdo azotando su mente lentamente y cayó dormida.

Por la mañana el sol apenas asomaba su rayos y fuertes golpes se escuchaban desde las afueras de la puerta principal de la residencia en donde dormían, al escuchar que desde el pequeño vestíbulo algunos niños gritaban y lloraban, Juvia despertó de golpe cambio rápidamente sus vestimentas, salio de la habitación, bajo por las escaleras y fue al origen del llanto encontrando por un lado a un grupo conformado de 5 hombres de traje negro y un pequeño hombre que parecía resguardado por los demás, y por el otro a Chirs que intentaba tranquilizar a los niños que en ese momento lloraban.

- Calla de una vez al niño si no quieres que le volvamos a dar otra lección - dicho éso otro grupo de niños comenzará llorar de igual forma.

-Inténtalo y te volveré cenizas-

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