Love Happens (LIH #2)

Capítulo 1: Primeros encuentros

Nicolás había llegado a su oficina hacía unos diez minutos; había pasado toda la mañana en la sala de quimioterapia acompañando a su pequeña hija. Dos semanas atrás, había comenzado con las sesiones de inducción y él no se perdía ni una, siempre estaba ahí sosteniendo la mano de su pequeña y dándole la mayor fuerza posible. No se permitía demostrar debilidad ante los demás pero cuando estaba solo se derrumbaba completamente. Ese día era uno de los malos días y no aguantó la frustración, las lágrimas comenzaron a caer sin que pudiera hacer nada por evitarlo.

Un golpe a su puerta hizo que se sobresaltara y limpiara rápidamente la cara, aunque los ojos inyectados en sangre no lo ayudaban a tener una apariencia muy seria.

—Adelante —dijo desde su escritorio esforzándose en que no le temblara la voz.

—Permiso —era su jefe quien venía a presentarle una nueva propuesta de trabajo—. ¿Estás ocupado?

—¿Qué pasa, Jeff?

—¿Vienes de la clínica? —Nick solo asintió moviendo la cabeza, frente a Jeff hace tiempo que había dejado de fingir que era invencible—. ¿Cómo está Cielo?

—En lo que puede está bien, con dolor pero ella es fuerte.

—Sabes que te puedes tomar unos días si quieres, todo es muy reciente y...

—No necesito unos días, solo menos casos en los que trabajar. Dejaré la mayoría de los casos grandes, necesito preocuparme de ella.

—Llegó un nuevo caso —soltó el hombre—. un viejo amigo mío. Me pidieron recomendarles un buen abogado y pienso que nadie puede hacerlo mejor que tú.

—¿De qué se trata el caso?

—La hija. Tiene diecinueve años y desapareció por una semana, fue abusada, casi no reacciona. Habían iniciado un caso pero su anterior abogado los abandonó al ver con más detalle de qué se trataba.

—¿Seguro que no se escapó de casa con el novio y volvió arrepentida? Pasa todo el tiempo —preguntó Nick aburrido, había perdido varios casos porque las chicas terminaban confesando que se escaparon por su cuenta.

—Todo es seguro, ya le hicieron los exámenes correspondientes y todo arroja a que fue abusada. Además, es un alma en pena, si la vieras te darías cuenta enseguida,

—Es un caso muy grande y de seguro largo, Jeff. No puedo permitírmelo.

—¿Puedes al menos hablar con la familia? Evalúa el caso y luego me das una respuesta. Están en mi oficina, si quieres vas ahora.

—Está bien, pero solo iré a verlos por ti. No cambiaré de opinión.

Ambos se dirigieron hacia de oficina de Jeff donde los esperaban Charlie y sus padres. Nick entró después de su jefe y lo primero que hizo involuntariamente fue cruzar miradas con la chica. Los enrojecidos ojos azules de él atraparon los perdidos ojos color caramelo de ella. Solo bastaron cinco segundos para darse cuenta de lo destruida que estaba y que el que le hizo eso tenía que terminar tras las rejas.

—Nicolás Johnsonn —se presentó cuando se obligó a dejar de observar a la chica y tendió su mano al padre de ella.

—Stephan Banks. Ella es mi esposa, Bianca y nuestra hija, Charlotte.

—Charlie está bien —ella también le tomó la mano a Nick a modo de saludo.

Los padres de la chica la miraron anonadados, habían pasado tres meses desde que la encontraron, meses en los que no había pronunciado ninguna palabra frente a ellos luego de que la sacaran hospital. Comenzaban a creer que nunca lo volvería a hacer, pero ahora lo había hecho sin que nadie se lo pidiese al igual que darle la mano, desde que había vuelto, no soportaba que nadie la tocara.