Capítulo 28: Cambio radical

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Nick detuvo el auto en frente de la casa de Charlie, sin importarle demasiado si alguien lo veía. Según Charlie, su padre a esa hora estaría en el trabajo y su madre ya estaba enterada de toda la salida así que eso no suponía un problema.

En un principio, se quedaron inmóviles con las manos todavía entrelazadas, como si ninguno de los dos quisiera poner fin a esa aventura pero finalmente, fue Charlie quien rompió el hechizo y apartó la mano.

—¿Irás a ver a Cielo, verdad? —preguntó la chica y se puso un mechón suelto detrás de la oreja—. Para lo del corte de pelo.

—Sí.

Nick soltó un largo suspiro, habría deseado olvidarlo pero ese momento había estado en su mente durante todo el tiempo. Una pequeña sonrisa se asomó en su rostro al ver que ella también lo recordaba.

—Bueno... les deseo mucha suerte. Estoy segura que quedará preciosa.

—Gracias.

—Adiós.

—Te llamaré pronto, lo he pasado muy bien.

—Yo también, gracias por todo.

Charlie se bajó del auto y caminó rápidamente hasta la casa, la última conversación había sido extraña, como si todavía fueran dos desconocidos y no supieran ningún secreto del otro, como si no hubiesen compartido nunca lágrimas ni dolor. Nick se sentía como un adolescente y se golpeó la cabeza con las manos, ya no estaba en edad para comportarse de esa forma. Esperó a que Charlie entrara a la casa y condujo hasta su departamento para darse una ducha y comer algo antes de ir a la casa de sus hijos.

Charlie, por su parte, se encontró con que su madre la estaba esperando en la puerta y después de un consentimiento, su madre la rodeó con sus brazos mientras le decía lo preocupada que había estado por ella y que no veía la hora de que volviera a casa.

—Solo fue una noche, mamá —intentó hacer un esfuerzo para no sonar exasperada—. Y estoy bien.

—¿No te ha hecho nada?

—No sé qué imagen tienes de él pero es una buena persona y no, no me ha hecho nada.

—¿No intentó entrar a tu habitación por la noche?

—No, mamá. Ni siquiera tuve que pedirle lo de las habitaciones separadas, él lo hizo. ¿Puedes confiar un poco en él? Si hubiese querido hacerme algo, hace mucho que lo habría hecho.

—No quiero sonar pesada pero entiéndeme, por favor. Pasaste la noche en otra ciudad, con un hombre mayor, no puedo evitar pensar...

—Mamá, con Nick nos tomamos la mano, eso es el único contacto que hemos tenido. Y esa vez que estábamos borrachos me dio un beso en la mejilla...

—¿Cuando estaban borrachos?

Mierda. Charlie había olvidado que en ese momento todavía no prometía que no le mentiría y nunca le había dicho a madre la verdad sobre eso.

—Mmm... sí. ¿Recuerdas la noche que estaba muy borracha? ¿Cuando salí con Maddie y su novio? —su madre asintió y entrecerró los ojos con sospecha—. Bueno, la verdad es que fuimos a un bar a celebrar el cumpleaños de Nick, habían varios amigos de él y lo pasamos muy bien.

—No puedo creerlo.

—Pero ese no es el punto, mamá. Lo importante es que ni siquiera hemos compartido un abrazo, puedes estar tranquila.

—Soy tu madre, es inevitable que me preocupe por ti.

—Ya lo sé —se acercó para darle un abrazo rápido—. ¿Puedo subir a mi habitación ahora?

Love Happens (LIH #2)Where stories live. Discover now