Capítulo 53: Presentaciones incomodas

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—Señorita ya llegamos —dijo el taxista pero Charlie no lo escuchó—.¿Señorita?

Estaba demasiado paralizada mirando hacia el edificio en el que vivía Alexia Brooks que no prestó atención al taxista hasta que él levantó un poco la voz y la sacó de su trance. Movió la cabeza, intentando volver a conectarse con el mundo real y le ofreció una sonrisa de disculpa.

—Lo siento mucho —buscó en su bolso y sacó dinero para pagarle. Luego abrió la puerta y volvió a sonreír—. Quédese con el cambio. Y muchas gracias.

—Dios la bendiga.

Charlie supuso que no se había molestado por haberlo hecho perder cinco minutos mientras ella estaba en las nubes. Se quedó un momento en la acera mirando hacia el lugar sin atreverse a dar un paso hasta que algunas personas la quedaron mirando con sospecha así que se armó de valor para entrar.

—Debo estar completamente loca para entrar ahí.

No había conserje por ningún lado así que se limitó a seguir las instrucciones de Nick y subir hasta el departamento. Tocó la puerta y la recibió Adán con una sonrisa radiante, parecía haber olvidado el incidente de la mañana, lo que era maravilloso. Él único problema era que ella no podía olvidarlo y todavía se moría de vergüenza, lo que se notaba en sus mejillas sonrojadas pero no tuvo demasiado tiempo para torturarse porque Nick apareció por el pasillo con el ceño fruncido, que cambió inmediatamente al ver a la chica en la sala. La situación parecía tan irreal y sintió un poco de culpa ya que no era su casa, pero había algo claro para él y era que la felicidad de sus hijos estaba sobretodo; más tarde vería cómo explicárselo a Lexie y disculparse.

—Gracias por venir —se acercó y la abrazó antes de darle un beso en la frente. Ella solo asintió, no sabía qué más decir así que él le ofreció una mano—. ¿Qué tal si vamos a ver a la ladronzuela que tengo por hija?

Eso le sacó una sonrisa y lo siguió por el pasillo hasta la primera puerta, todo estaba en silencio y Nick le pidió que esperara un momento afuera mientras él veía primero cómo estaba así que entró y lo primero que hizo Cielo fue desviar la cabeza en un gesto de desprecio.

—¿Sigues enojada conmigo, princesa? —preguntó asomando solo la cabeza por la puerta.

—Sí.

—¿Estás segura? Porque te traje una sorpresa.

Eso llamó la atención de la niña y cuando Nick entró por completo, abrió la puerta para que Charlie también quedara a la vista. Los ojos de Cielo se iluminaron y se bajó se la cama con una energía que no le veían hacía meses para acercarse a abrazar a la chica que la recibió con los brazos abiertos y la levantó del suelo.

—¿Qué? ¿Y no hay abrazo para mí? —Nick fingió sentirse ofendido.

Cielo rió y estiró uno de sus brazos hacia su padre para que se uniera a un abrazo triple y ahí se quedaron por varios minutos hasta que la pequeña decidió que era suficiente. Puso toda su atención en su invitada.

—¿Viniste a contarme un cuento?

—Claro. ¿Cuál quieres que te cuente?

—El que quieras, ¿cuál es tu favorito?

—Déjame pensar —se llevó una mano a la barbilla, fingiendo que estaba seriamente pensado y al final, sonrió—. Oh, ya sé. Había una vez, en un pequeño pueblo...

Nick las miraba sonriendo, a la chica realmente se le daban bien los niños y no sabía si lo cuentos los iba inventando en el momento o los había escrito antes pero le parecían increíbles. Unos minutos después, decidió darles un poco de privacidad y se dirigió a la habitación de Adán para jugar una nueva partida del videojuego.

Love Happens (LIH #2)Where stories live. Discover now