Capítulo 18: Celebración

1.2K 134 9
                                    

       

Maddie no tardó más de diez minutos en convencer a Bianca de que dejara a Charlie salir con ella, le prometió que llegarían a una hora decente y que se quedaría a dormir ahí para que no se separaran en toda la noche. Además, su novio vivía cerca y las pasaría a dejar de camino. Charlie sonrío al escuchar la palabra novio salir de los labios de su amiga pero no mencionó nada, ya la molestaría con eso más tarde.

Bianca no pudo ocultar del todo lo contenta que le ponía que su hija hubiese encontrado una amiga que la ayudara a salir del agujero en el que se encontraba, ya que hubo un tiempo en el que creyó que eso no sería posible pero ahora tenía la certeza de que Charlotte había cambiado mucho y para bien durante el último mes. Cuando las chicas subieron, no pudo evitar contárselo a su esposo que se encontraba en la habitación que compartían, trabajando en su computador.

—Hace tiempo que no te veía con esa sonrisa, cariño —le dijo él amorosamente apenas entró a la habitación y cerró el portátil para ponerle toda la atención que merecía. Después de más de veinticinco años de casados, cuando Bianca hablaba, el mundo parecía dejar de girar para él y la miraba con adoración.

—¡Ay, Steph! —suspiró sonoramente la mujer y se acomodó a su lado en la cama, apoyando la cabeza en el pecho de su marido—. ¿No crees que Madelaine es un ángel?

—No creo que ninguna chica de su edad sea un ángel, la verdad, pero sí, es una buena chica.

—No puedo creerme lo bien que le ha hecho a Lottie conocerla, creí que no la volvería a oír reír nunca más, que la habíamos perdido para siempre pero ahora está volviendo a nosotros, Steph, nuestra niña está volviendo. Irá a un cumpleaños, ¿sabes lo que eso significa? Saldrá de nuevo, compartirá con más gente, se está esforzando al fin.

—Y terminará volviendo por completo a nosotros, pero hay que tener paciencia, amor mío. Será un proceso lento.

—Ya lo sé —suspiró un tanto abatida y él la rodeó con un brazo.

Se quedaron un silencio unos minutos más, en la misma posición, conteniéndose de esa manera el uno al otro y eso era lo mejor que podían hacer. Los últimos meses habían sido terribles para todos, e incluso ellos que eran un matrimonio muy bien consolidado, que nunca discutía, desde el incidente no dejaban de hacerlo. Se culpaban mutuamente hasta que comprendieron que nadie era culpable, que por más que intentaran proteger a su única hija con todas sus fuerzas, al final solo la vida se encargaba de lo que pasaba, no hubieran podido prevenirlo ni aunque hubiesen querido.

Por otro lado, Charlie y Maddie estaban en la habitación de la primera riendo por un chiste malo que había hecho la segunda, mientras buscaban en el gran armario de Charlie algo que ponerse. A pesar de que se moría de ganas de ir, Charlie estaba nerviosa y se arrepentía cada cinco minutos de ir.

—No lo sé, Mad, no sé si es correcto que vaya —dijo por quinta vez y su amiga puso los ojos en blanco.

—¿Qué importa lo correcto? Además, él solito te ha invitado.

—Porque estaba ahí y es educado. Solo estaba siendo amable.

—Sí, muy amable, eso sin mencionar que no podía quitarte la mirada de encima.

—Ahora estás diciendo estupideces.

—Solo son estupideces porque quieres que lo sean, pero estoy diciendo la verdad. Ya te he dicho que soy muy observadora y lo he visto con estos ojitos que Dios me dio, a ese hombre le gustas o en último caso le atraes, pero de que algo le provocas, algo le provocas.

Charlie enrojeció como nunca antes y decidió no decir nada más, la idea de que su abogado sintiera algo por ella le gustaba y asustaba a partes iguales. Ella nunca había sido correspondida en sus sentimientos antes y no sabía lo que era eso, no sabía lo que esperar de eso.

Love Happens (LIH #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora