Capítulo 43: El pasado siempre regresa

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—¿Qué haces acá, Sierra? —preguntó Nick fingiendo indiferencia mientras dejaba el cuchillo que estaba utilizando en la encimera—. Creí haberte dicho que no volvieras.

A pesar de que intentaba mostrarse relajado, por dentro estaba que se lanzaba por la ventana. Hacía meses que no veía a Sierra y ahora estaba demasiado embarazada como para seguir intentando convencerse de que era mentira. ¿Por qué justo ese día? Había pasado un momento perfecto Hace unas horas y ahora todo estaba a punto de irse al demonio.

—¿Qué? —preguntó Sierra riendo mientras lanzaba una mirada despectiva hacia la chica que tenía a un lado—. ¿Ahora buscas tus conquistas en los colegios? Has caído bastante bajo.

—Charlie, ¿por qué no me esperas en la habitación?

—¿Por qué? —los ojos de Sierra estaban llenos malicia—. ¿Tienes miedo de lo que pueda decir? ¿De que pueda arruinar tu nueva calentura?

—¡Ella no es ninguna calentura!

—Está bien, Nick, no pasa nada. Iré a la habitación —Charlie le sonrió sincera y se comenzó a alejar, no estaba segura de querer seguir compartiendo la misma habitación con esa mujer que no le agradaba ni un poco.

—No, espera. Esto será más divertido si te quedas —Claramente Sierra planeaba algo y todos podían notarlo. Charlie se preguntó si sería de mala educación dejarla hablando sola pero no alcanzó a responderse porque la mujer no parecía dispuesta a dejarlo pasar—. ¡Qué mal educado, Nick! No me has presentado. Mucho gusto, soy Sierra, la madre de su hijo.

—¿La madre de su hijo? ¿Esa no era Alexia?

—Oh, querida, qué poco actualizada estás. Yo hablo del hijo que estamos esperando, ¿no te lo contó?

—No, no lo hizo.

Charlie miró a Nick en busca de alguna respuesta pero él parecía estar paralizado sin saber qué hacer, su faceta de despreocupación ya había desaparecido por completo. ¿Ahora cómo iba a arreglar todo eso?

La chica salió de ahí lo más rápido que pudo, fue hasta la habitación y comenzó a buscar su ropa repartida por el suelo para poder irse de una vez por todas de ese lugar. Intentaba aguantarse las lágrimas sin ningún éxito, se sentía usada otra vez y le comenzaba a faltar la respiración.

—Lo único que falta es que me dé un maldito ataque de pánico en frente de ellos —murmuró antes de sentarse en la cama para calmar su respiración, absorta de lo que estaba pasando en la sala principal.

—¡¿Qué mierda fue eso?! —gritó Nick furioso a Sierra sin importarle que lo escucharan en todo el edificio—. ¿Qué pretendes? ¿Arruinar cada relación que tenga? Nada asegura que ese hijo sea mío y si no me das pruebas concretas no te creeré, te lo dije hace meses y desapareciste; creo que esa es una respuesta bastante clara.

—Lo exámenes de ADN son peligrosos en la etapa de gestación.

—¿Puedes probar que eso es así? Quiero que te quede claro una cosa, Sierra; si ese niño resulta ser mío, por supuesto que me haré cargo de él y nunca le faltará nada, pero no pienses que por eso tendré algo contigo, lo nuestro, que ni siquiera existió, se acabó hace meses y nunca volverá porque no te quiero y nunca lo haré. Ahora, sal de mi casa y no vuelvas hasta que estés dispuesta a realizarte ese maldito examen.

La mujer salió furiosa de ahí al no lograr su cometido y Nick se dirigió corriendo a su habitación para ver si había algo que podría arreglar. Al llegar se encontró a Charlie levantándose de la cama, ya estaba completamente vestida y no le pasaron desapercibidos los ojos enrojecidos.

Love Happens (LIH #2)Where stories live. Discover now