Capítulo 22: Milagros inesperados

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Nicolás condujo a la clínica en la máxima velocidad permitida mientras Charlotte no dejaba de morderse las uñas en el asiento del copiloto, con la mirada perdida. Rachel no le había dado demasiada información porque tampoco sabía que estaba pasando, solo que la madre de Sammy la había llamado y le había pedido que fuera a la clínica y que le avisara. Charlie no quería creerlo, pero en el fondo de su corazón sentía que su amigo ya no estaba o que no faltaba mucho tiempo para que la dejara para siempre y si eso pasaba antes de que ella pudiera despedirse, no se lo perdonaría nunca; ni a ella ni a él.

Los primeros cinco minutos, Nick intentó distraerla pero se dio cuenta de que no lo estaba escuchando y desistió, iban en un silencio sepulcral que casi era doloroso y no veía la hora de ver el gran cartel que anunciaba el nombre de la clínica.

Llegaron a un semáforo y al fin visualizaron la clínica, Charlie se movió pero Nick fue más rápido y le puso seguro a todas las puerta, adivinando lo que pasaba por la mente de una chica.

—No voy a dejar que te bajes aquí, queda solo una cuadra y te puede pasar algo. No queremos que tengas un accidente justo ahora.

—Necesito ir rápido... necesito —suplicó con la voz demasiado ronca, faltaba poco para que rompiera a llorar y tuvo que callar un momento—... necesito alcanzar a despedirme de él.

—No vas a despedirte de él porque no irá a ningún lado, seguirá estando ahí.

—No puedes asegurarme eso.

—Y tú tampoco puedes asegurarte de que vaya a morir. Se pondrá bien.

—Lleva en coma demasiado tiempo, más tiempo del que sería normal. Es cuestión de tiempo para que nos digan que tiene muerte cerebral, si es que no pasó ya.

Nick supo que no llegaría a ningún lado, tenía razón, él no podía saber eso y ella no le creería tampoco hasta que viera con sus propios ojos a su amigo. Mientras estacionaba, solo rogaba que no estuviera muerto, que fuera solo un susto, no quería verla sufrir porque no sabría cómo contenerla. ¿Cómo hacerlo si no podía abrazarla con todas sus fuerzas?

Bajaron del auto y a toda velocidad se dirigieron al tercer piso, en donde estaba la unidad de cuidados intensivos. Apenas llegaron, a Charlie se le pusieron los vellos de punta, estaban las cuatro hermanas de Sammy llorando desconsoladas en la sala de espera al lado de Rachel, quien también lloraba.

—¡¿Qué?! ¡¿Qué pasó?! —preguntó desesperada y fue Rachel la que logró regular su respiración para hablar.

—N-no sabemos nada, llamaron porque había algo raro en él, en sus constantes vitales y sus padres están adentro hablando con el médico. Llevan demasiado tiempo.

Charlie abrazó a su antigua mejor amiga como si nunca se hubiesen separado y comenzaron a llorar juntas. Ellas no podían saberlo, pero ambas en su mente prometieron que si Sammy no moría, arreglarían las cosas, se dejarían de estupideces y volverían a ser amigas porque eran demasiados años para desperdiciarlos.

Nick les dio su espacio y se quedó apoyado en una pared, ni tan lejos ni tan cerca. Lo suficiente para darles su privacidad pero también para estar a su lado cuando lo necesitara. Odiaba las clínicas y hospitales, sobretodo después de lo que su hija estaba pasando pero no podía irse, no ese día, esa chica comenzaba a colarse bajo su piel y no sabía cómo evitarlo, o cómo sacarla de ahí.

Media hora más tarde, los padres de Samuel salieron del área restringida a la sala de espera, Josie, su madre llevaba los ojos más enrojecidos e hinchados que Charlie había en la vida, creía que esa imagen nunca se le iría de la mente y comenzó a temblar cuando la mujer abrió la boca.

Love Happens (LIH #2)Where stories live. Discover now