Capítulo 24: Respiro

1.2K 128 14
                                    

Cuando Bianca llegó a casa, Charlie estaba en la cocina preparándose un café, acababa de llegar de la clínica, donde pasó toda la tarde acompañando a su mejor amigo.

—¿Cómo sigue Sammy? —preguntó intentando romper el hielo, desde la discusión que habían tenido ese día en la clínica, las cosas no habían mejorado demasiado.

—Bien, dicen que si sigue evolucionando tan bien como hasta ahora ya pronto lo enviarán a casa. Eso y que todos las pruebas que le están haciendo salgan bien.

—Eso es genial, no dudo en que pronto lo tendremos nuevamente todo el día en casa.

—Eso espero, ya nos abandonó por demasiado tiempo —Charlie se encogió de hombros antes de dar un sorbo a su café y volver a mirar a su madre—. A todo esto, ¿dónde estabas? Creí que pasarías la tarde en casa.

Las manos de Bianca comenzaron a sudar, sabía que a su hija no le parecería nada bien lo que hizo pero tenía que decirle la verdad porque seguramente, Nicolás iba a terminar contándoselo de todas formas.

—Fui a hablar con el abogado.

—¡¿Que hiciste qué?! —la chica casi escupió el sorbo de café que había bebido de la impresión, su madre no podía estar hablando en serio.

—Pues eso, necesitaba hablar con él.

—¿Por qué te empeñas en meterte en mi vida? ¿Por qué no puedes dejarlo estar? ¡Soy una mujer adulta!

—No pondré más trabas.

—¿Cómo pudiste hacerme... ? —se detuvo un momento al analizar lo último que su madre había dicho y la miró con los ojos desorbitados—. Espera, ¿qué?

—Eso, tienes razón, al parecer es un buen hombre y no me entrometeré más solo si me prometes que te cuidarás más que nunca.

—¿Estás hablando en serio?

—No quiero ser yo la que te quite eso que te hace sonreír últimamente. Aunque te cueste creerlo, todo lo que hago es por tu bien y no porque sea mala, cuando seas madre lo entenderás. No diré nada más, no te pediré que lo dejes de ver pero por favor, Charlotte, por favor no me mientas más. Si sales con él, dímelo, necesito saber dónde estás en caso de cualquier cosa, necesito saber que estarás bien.

—Lo prometo, lo prometo —dio pequeños saltitos en su lugar—. Dios, no puedo creerlo.

—No hagas que me arrepienta de esto.

—¿Se lo dirás a papá?

—Por ahora no, no quiero causarle más preocupaciones. Dejemos las cosas como están pero en algún momento, si lo tuyo llega a formalizarse o algo así, tendrás que hablar con él tú sola, yo solo estaré a tu lado pero no abriré mi boca.

—Gracias, mamá. De verdad esto significa mucho para mí.

Charlie rodeó la mesa de la cocina, en donde dejó la taza de café y abrazó a su madre con todas sus fuerzas. Todavía era algo que le costaba hacer de forma natural pero creía que después del esfuerzo que estaba haciendo su madre por ella, lo mínimo que podría hacer era intentarlo y tenía razón; ese abrazo lo significó todo para Bianca. Su hija estaba volviendo.

***

El miércoles en la mañana, Jeff, el jefe de Nick, apareció en su oficina y se acomodó en el asiento frente a él. Nick sabía a lo que iba, el día anterior había tenido unos problemas con un cliente y a pesar de que usó toda su fuerza de voluntad, no estaba pasando por un buen día así que fácilmente terminó diciendo cosas que no debería y no demasiado profesionales. Él no era así, nunca le había dado un arranque como ese pero realmente fue un mal día, había pasado toda la noche en vela porque Cielo no dejaba de llorar de dolor y nada de lo que hacían parecía calmarla. Gianluca los había ayudado recetándoles un medicamento para el dolor que recién había hecho efecto a eso de las cuatro de la mañana.

Love Happens (LIH #2)Where stories live. Discover now