Ella simplemente llegó para volverme loco. Con su tonto cabello y actitud condescendiente vino para hacerme caer.
Más que héroe parece una villana metiendose en la mente de la gente y jugando ahí arriba.
Convirtiéndose en un capricho. Un maldito c...
Hawks estaba frente a la academia en su típica pose y junto a Reiko. Algunos estudiantes se acercaban a él y le pedían autógrafos o fotos mientras yo trataba de escabullirme sin que me viera. Shōto se reía de mi olímpicamente. ¡Maldito Todoroki! Heredó el mismo raro sentido del humor de su maldito padre.
— ¡Hey, fosforito! - mi magnifico plan de escaparme de Hawks no sirvió de nada. Me acerqué a él y sin decir nada me cargó y alzó vuelo.
— ¡Bájame, ¿estás loco?! - chillé. Escuche una pequeña risa de el y me molesté, debía golpearlo pero mis manos estaban muy ocupadas aferrándose a su ropa como para cumplir mi orden.
— ¿Segura que quieres eso?
— Por favor... basta - susurré contra su pecho, estaba nerviosa al punto que ni siquiera me di cuenta que ya no estaba volando conmigo en brazos, sino que estaba encima de un edificio tranquilamente. . . . — ¿Que sucede? - levanté el rostro de mis papeles y me encontré con la mirada de mi ahora jefe, Hawks tenía media sonrisa y como siempre una paleta en sus labios, su expresión de hoy era más perezosa que la de todos los días.
— Nada.
— Hay días que estarás mal, toma esto - su sonrisa era la misma de siempre pero yo no confiaba en esa sonrisa, entre sus dedos había un papel doblado. - ¡tómalo! Y míralo cuando te molestes o te sientas mal, prometo que te hará sonreír.
Lo tomé y guardé en mi traje, seguí con los papeles que tenía en mis manos, Reiko se encargaba de algunos papeles y de la lucha pero como ella no estaba Hawks me pasó esa responsabilidad a mi y realmente me molestaba, porque el es un maldito holgazán.
Se suponía que debía entrenarme con mi "equilibrio" pero solo me ponía a caminar en orillas de edificios hasta que mi cabello se encendiera por la furia y tratara de quemar sus alas.
Guardé todo en la carpeta correspondiente y me encontré con un sonriéndote Hawks mirándome, no entiendo como el puede ser tan sonriente, jamás se quita esa sonrisa de su rostro.
Una llamada llegó y por como cambió la voz del plumero supe que había un problema, cuando colgó me hizo una seña con la mano para que lo siguiera y así lo hice, alzó vuelo y yo lo seguí un poco lejos del suelo con la parte de aire de mi Kosei.
Solo era unas cuantas calles después de la agencia, llegamos para encontrarnos con una situación de rehenes, claro que no era nada del otro mundo pues se notaba que ellos eran unos principiantes.
Estaban tan nerviosos que con mi parte de aire pude arrebatarles las armas a distancia, uno no era tan "principiante" y cuando traté de acercarme me tomó a mi.
Hawks miraba y analizaba la situación, yo buscaba desde adentro pues a pesar de que eran nuevos tenían un plan muy elaborado, demasiado. Ya no tenían armas así que dependían de su Kosei, el que sostenía mis manos poseía uno de fuego, claro que yo estaba ahí como parte del plan de Hawks.
Dos rehenes además de mi eran los que habían y logré calmarlos para así pensar mejor, no estaban en negociación y solo querían escapar pero no era opción, podían saber algo de La Liga de Villanos.
El jefe se desesperó y trató de incinerar a los rehenes, me coloque frente a ellos y recibí el ataque. No me hizo daño pues como una parte de mi Kosei era fuego aprendí a soportar altas temperaturas. Los policías y Hawks entraron y apresaron a todos.
Esta vez Hawks hizo el informe policial así que le tome una foto mientras lo hacía para enviársela a Reiko.
— No debiste arriesgarte así.
— Para proteger personas a veces hay que arriesgarse, tú te arriesgas todo el tiempo plumero.
— No tienes que ir por ahí haciendo todo lo que yo.
El como siempre estaba de un magnífico humor, ni siquiera horas atrás cuando el debía detenerse y pensar su siguiente movimiento, aquella sonrisa siempre estaba ahí y a pesar de todo no era tan molesto trabajar con el.
Camino a mi casa me acompañó solo para hacerme la vida imposible, sus malditas plumas me hacían cosquillas en el cuello, pude quemarlas y noté que esa acción no le agradó mucho.
— ¡No hagas eso!
— No molestes.
— Eres un mechero.
— Eres un pollo tonto.
— El pollo es mi favorito, ¿cual es tu favorito? - mis insultos no surtían efecto, era más insiste que miss joke con Aizawa.
— Pescado. Adiós.
Se despidió sonriente esta vez mostrando sus dientes, me dio un caramelo y se fue antes de que yo cerrara la puerta.
Mi tía estaba en la sala con una botella de vino en su mano, sus ojos negros me miraron. - ¿por qué tardaste tanto?
— Tenia una misión.
— Tu misión es llegar a la hora, solo eres una niña malcriada.
Pasé de ella que ya estaba de pie, respiré profundo y no respondí nada para que el problema con mi ebria tía no se hiciera más grande. Me tomó por el cabello y tuve que encenderlo para que me soltara, el grito por la posible quemadura retumbó en mis oídos pero igual salí corriendo a mi habitación. Cometí el error de detenerme y girar para ver si se encontraba bien y la botella me golpeó en el rostro.
Dentro de mi habitación sentí como la sangre caía por encima de mi ojo, mi sangre estaba demasiado caliente así que mientras curaba la herida en el espejo intenté regular un poco la temperatura de mi cuerpo. El nudo en mi garganta cada vez se hacía más difícil de tragar, pero no iba a llorar, ¡no podía llorar!
Recordé el papel que Hawks me había dado alegando que me haría sonreír, con algo de miedo lo abrí y solo tenía una frase escrita.
