Ella simplemente llegó para volverme loco. Con su tonto cabello y actitud condescendiente vino para hacerme caer.
Más que héroe parece una villana metiendose en la mente de la gente y jugando ahí arriba.
Convirtiéndose en un capricho. Un maldito c...
— ¡Yo estoy en la oficina de Endeavor! El me da miedo, pero puedo estar cerca de Todoroki-sempai - escuché como decía la chica a mi lado.
Me molestaba no poder estar en el lugar que quería y sin darme cuenta incineré el lápiz que había en mi mano, Justo así quería hacerle a la tonta águila que tenía como jefe por ahora.
Al momento de la salida me quede en la puerta esperando a Shouto-sempai, era mi día libre así que el me acompañaría a casa ya que solo vivíamos a dos casas de distancia. Sentí que mi cuello se puso frío lo que me indicó que mi sempai estaba detrás de mi.
— Deja de congelarme el cuello - le dije descongelándolo al encender mi cabello.
— Es manía.
Caminamos juntos, el me lanzaba algo de hielo y yo de vez en cuando le lanzaba tierra como era costumbre en nosotros. cuando en mi cabeza se encendió una luz.
— ¡Tengo una pregunta! - dije cambiando mi semblante, Shouto me miró extrañado pues por lo general yo no era tan enérgica. — ¿Que pasa con Hawks y tu hermana? - sonrió y yo apreté mis dientes.
— ¿Aún no mencionas su nombre?
— Odio a esa chica. La. Odio. - Shouto empezó a reír como en pocas ocasiones lo hacía, su cara de ángel era aún más hermosa cuando el sonreía. Rodé los ojos solo al pensar en su dulce hermana peliblanca con mechas rojas.
— Supéralo.
— Ella debe hacerlo primero. Ahora responde mi pregunta.
— No lo sé. ¿Acaso el héroe número dos es tu nuevo capricho?
— Yo no tengo caprichos, y menos la gallina esa.
— No soy una gallina - dijo Hawks aterrizando de la nada. Sentí que mi cabello se encendía con la simple presencia de este chico frente a mi.
— Adiós.
Luego de eso me metí a mi casa, mi tía no estaba así que me dispuse a hacerle la cena a aquella mujer que cuando probaba el alcohol se volvía loca. Luego de la muerte de mis padres ella empezó a beber y se convertía en otra que se desquitaba conmigo, claro que al estar sobria volvía a ser la mejor tía del mundo.
Mi padre poseía un kosei que le permitía crear armas hechas de fuego y de tierra, mientras mi madre tenía un Quirk de agua y viento que le permitía controlar las temperaturas. Juntos eran los héroes elementales y fallecieron de la forma más gloriosa en la que un héroe puede hacerlo: luchando con un villano.
Yo heredé ambos Kosei de los cuales no controlo muy bien la parte de viento a diferencia de la de fuego que es la que domino hasta con ojos cerrados. Puedo combinarlas y eso si es divertido aunque toma mucha de mi energía.
Mi tía llegó, me abrazó y acaricio mi cabello mientras pedía disculpas y me decía que me amaba, lo sabía. Ella me amaba pero el alcohol no le hacía bien.
Nos sentamos a comer en silencio como regularmente pasaba y entonces inevitablemente pensé en Hawks cuando vi el pollo en el plato de mi tia ¿que hacía Hawks por aquí? ¿Acaso iba a la casa Todoroki?
— ¿Que pasa pequeña? Tu cabello está encendido - dijo mi tía haciéndome volver a la realidad.
— Nada - Comí más rápido llenando mi boca a lo que ella rió. Su cabello azul se volvió blanco y luego se alzó.
— Eres como tú madre, no sabes mentir. ¿Quien es tu nuevo capricho?
— ¿Por qué lo llamas capricho?
— Así lo llamaba tu madre. Cuando quería algo decía "mira hermana, es mi nuevo capricho, lo voy a tener" siempre tenia lo que quería, cuando lo tenía se aburría... Justo como te pasa a ti. - su cabello volvió a alzarse.
— No tengo ningún capricho nuevo. - llené mi boca de arroz otra vez.
— No es nuevo, tienes la misma mirada hace más de un año.
Sentí el calor en mi rostro y me coloqué las manos en el dejando salir un poco de agua de ellas para que mi tía volviera a reírse. Salí corriendo a mi habitación. Era molesto como todo el mundo mágicamente asumía que Hawks era un capricho para mi.
Salí por la ventana usando mi Kosei de viento, de forma lenta me coloqué en el techo que poco a poco se oscurecía. Las estrellas me gustaban al igual que La Paz que siempre había en mi techo.
Paz que se acabó cuando alguien aterrizó a mi lado.
— Hola fosforito.
— Piolin - murmuré y lo miré borrar su sonrisa.
— Eres cada vez peor poniendo apodos - me encogí de hombros - ¿que haces?
— Veo las estrellas.
— Aún no hay estrellas.
— Ya cállate y vuelve con Fuyumi.
Mordí mi labio ante eso, era incómodo el simple hecho de pensar el la todoroki mujer. Hawks carcajeo y empezó a hacerme cosquillas con sus plumas.
— Quizás porque es aquí que quiero estar.
Noté que sonreía y no pude evitar hacerlo también luego de desviar la mirada, se quedó ahí de pie y al cansarse se sentó a mi lado. La brisa fría empezó a hacerse presente y sentí que una de sus alas me acogía. Eso me sonrojó.
— No es necesario que me abrigues. Soy un fosforito ¿recuerdas?
— Lo sé, eres cálida... me gustan las personas cálidas.
Mi rostro se sintió caliente y me quedé viendo sus ojos dorados, su sonrisa brillaba aún más que sus ojos, me miraba fijamente y por fin yo noté que tenía un pequeño capricho con ese héroe. Ese héroe que yo empezaba a detestar.
Solo hay una forma de olvidar un capricho: tenerlo para aburrirte y luego desecharlo.
Coloqué mi mano en su rostro, y el la suya encima de la mía. Se que Hawks lee mis intenciones.
— ¿Te da miedo besarme?
Fruncí el ceño y tomé su rostro para acortar la distancia entre nuestros labios en un fugaz beso.
