7. Insecto con plumas rojas

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Reiko me miraba con diversión, yo no tenía valor ni para cruzar miradas con la chica de pelo bicolor que se encargaba de hacerme burlas por la marca rojiza que había en mi cuello, ella tenía claro que su estupido jefe me la había hecho.  Seguro mi rostro estaba rojo de vergüenza y furia. Golpear al héroe número dos era mi mayor deseo en aquel momento.

No soportó más y estalló en carcajadas.

— ¡No puedo creerlo! Tuve razón todo este tiempo. - exclamó sirviendo refresco en un vaso.

— No tienes razón en nada. ¡Solo es una picadura de insecto!

— Un insecto con plumas rojas. ¡Que Rico!

— Tu tienes un insecto rubio que atraviesa cosas.

Eso hizo que se atragantara con el refresco, tosía mientras yo la miraba triunfante, me sonrió y asintió con su dedo indicándole que era una buena jugada, claro que lo era.

Nos pusimos a ver películas y mi mente se iba más lejos de lo necesario, inconscientemente llevé mi mano al lugar de mi cuello en donde estaba la marca roja que el estupido héroe número dos me hizo, todos los días en los que he trabajado con el nos íbamos llevando mejor, a diferencia del principio cuando solamente el me sacaba de quicio hasta que yo le quemaba o ensuciaba lagunas plumas.

Su sonrisa estaba tatuada en mi cabeza, por alguna razón no dejaba de pensar en el y menos desde que casi tuvimos sexo en su oficina mientras Reiko no estaba, la bicolor estaba en su ultimo año y gracias a eso pasaba menos tiempo en la oficina aunque cuando se graduara tenía trabajo seguro ahí o en cualquier agencia que ella quisiera, quizás se iría con Mirio-sempai.

Tenía que controlar mi parte de viento y tenía que terminar rápido mi plan con la liga de villanos.

Divagué tanto en mis pensamientos que no noté cuando llegaron los demás y más importante, no noté cuando la película terminó. ¡Maldita sea! Siempre que el pollo loco pasaba por mi mente el tiempo se iba volando.

— Reiko, Mirio, yo me retiro. - avisé y la bicolor abrió los ojos con sorpresa y algo de súplica, iba a morir de vergüenza cuando yo saliera por la puerta.

-.-.-.-.

— Solo queremos la identidad de los pro hero. - habló Tomura, rodeado de manos.

— No tengo esos datos. - murmuré molesta, era mentira. En mi memoria estaban todos y cada una de las identidades de los héroes profesionales de Japón.

— Consíguelos. Actúas como si no conocieras las reglas del juego, pequeña Hanahi.

— Deja de llamarme así. ¡Te voy a hundir en lodo si me vuelves a llamar así!

Toga empezó a reír, siempre reía pero lo hacía más alto cuando yo reaccionaba de mala forma ante un comentario de Tomura. Dabi junto a ella solo me miraba y desde el momento en que se mencionó a Endeavor en mi primera visita el me guarda distancia, aunque algo en su mirada me recuerda a mi ídolo y no se explicar como.

— Kurogiri...

— ¿ qué pasa niña? - me respondió dejando de limpiar la barra.

— ¿Puedo confiar en Tomura?

— Si le das lo que el quiere, te dará lo que tú quieres... no lo traiciones y el no te traicionará, es simple.

Guarde silencio, miré a todos los que estaban ahí. Kurogiri limpiaba el mostrador donde todos habían comido antes de mi llegada, Toga estaba sentada en una esquina del suelo jugando con cuchillos y Twice a su lado pidiéndole matrimonio cada tanto, parecería estupido pero creo que harían una gran pareja. Dabi estaba parado viéndome, era incómodo tener su mirada penetrante.

Me acerqué a él, no sabía como hablarle ¿ahora que?

— Tus ojos me recuerdan a alguien. - susurro y el dio media sonrisa.

— Muchas personas tienen ojos azules, heroina Hanahi.

— No el color... tu mirada.

Y ahí me di cuenta de que quizás el sabía lo que yo iba a decir, de sus manos salía un poco de humo y su mirada se endureció. Mientras más tiempo lo miraba cada vez más se me parecía a Endeavor.

Reí un momento y luego asentí lentamente sin borrar la sonrisa.

— Esto es una enorme sorpresa...

Afiló su mirada y pasó de mi chocando mi hombro, su temperatura era bastante alta.

— Cuídate, heroina elemental Hanahi. - dijo sonando tranquilo pero era una amenaza, el lo sabía y yo por igual.

— Cuídate también, mi dulce héroe...

Lo último lo susurré tan bajo que solo el pudiera oírlo y claro que lo hizo, el fuego azul en sus manos me lo indicó claramente. Lo que significaba que yo estaba en lo correcto. Dabi era el hijo perdido de mi jefe, Todoroki Touya... a quien su madre siempre llamaba "mi dulce héroe" por ser su primogénito (según me había contado mi jefe)

Por mi mente pasaron las imágenes de las fotografías que me mostró la familia y las anécdotas de Touya... se me estrujó el corazón de solo recordar a Fuyumi llorar en los brazos de Natsuo por su hermano mayor, aquel que debía protegerla siempre.

Salí a la calle, mire a ambos lados pero ya había desaparecido...




N/a

Hola
Hola
Hola

Perdón por tardar tanto en actualizar pero mi imaginación en esta historia se había ido muy muy lejos y no sabía como continuar.

Quiero agradecerle a todos y todas por apoyarlo, en serio me hace feliz.

También quiero que si tienen una sugerencia que la hagan porque a veces mi mente se bloquea!

Hasta el próximo capítulo

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Maldito capricho - Hawks/ Takami KeigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora