Ella simplemente llegó para volverme loco. Con su tonto cabello y actitud condescendiente vino para hacerme caer.
Más que héroe parece una villana metiendose en la mente de la gente y jugando ahí arriba.
Convirtiéndose en un capricho. Un maldito c...
Hawks miró mi plato y luego volvió a sonreír, sonreía hasta comiendo su molesto pollo. Cuando dijo que era su favorito no mentía, tenía una rara obsesión con él al punto de que lo almorzaba siempre. Al menos eso había estado haciendo en las dos semanas que llevo en su agencia.
Si, dos malditas semanas.
Se suponía que solo sería una, según las palabras de mi adorado -nótese el sarcasmo- jefe. Hawks debía entrenarme cosa que solo ha hecho en dos ocasiones porque el no es un vago inútil como yo pensaba, tiene bastante trabajo y sinceramente no se como se las arreglaba para ir todos los días a la agencia de Endeavor a hacerme la vida imposible y tampoco se como saca tiempo para acompañarme a almorzar. Después de todo si es un buen jefe. Aunque era un idiota.
Mi amado postre llegó y al momento sentí algo en mi cuello, gracias a mis reflejos lo atrapé y como esperaba era una pluma roja perteneciente al rubio sonriente con cara de pereza que tenía al frente, la incineré y al ver eso dejó de masticar su pollo unos segundos.
Seguíamos comiendo con calma, el primer almuerzo tranquilo que teníamos en la semanas y también el único en el que no había tratado de quemarlo o enterrarlo en lodo.
Pasar tiempo con él me había enseñado que a pesar de ser Hawks, el héroe idiota -se que no va así- era una persona genial.
Ya al terminar todos los papeles por mi cuenta pues Reiko se negaba a volver mientras nosotros discutiéramos y el se lo permitía como si nada, Hawks entró con las alas caídas al punto que arrastraban en el suelo. No me llamó por ningún molesto apodo y solo caminó a su escritorio, se sentó y apoyó su rostro de frente.
— ¿Estás bien Águila? - pregunté un poco extrañada. La regla primaria era que si el me pasaba cerca tratara de sacarme de quicio con un apodo o raro coqueteo.
— Maravilloso - susurró y por el tono de su voz deduje que sonreía.
¿Estaba cansado? Tal vez preocupado. No, no, el siempre estaba en paz y pereza todo el tiempo, no podía estar preocupado.
Le escribí a Reiko para saber que hacer ante esa situación y luego de decir unas cosas raras me indicó lo que debía hacer. Abrí el segundo cajón de su escritorio y tomé uno de los dulces que había ahí. Me paré a su lado.
— Oye Hawks... yo estoy aquí para ti. - dije con una sonrisa que el no veía.
— Lo sé fosforito, te lo agradesco - tomó la paleta que le ofrecía y su sonrisa se iluminó más. Realmente me preocupaba verlo de esa manera.
— ¿Sabes que me haría bien? - le miré- un masaje.
— Me perdiste águila.
— Soy un halcón.
No respondí y me puse a jugar en la computadora, no había encargos y de seguro el no me entrenaría en su estado depresivo, podía sentir que no se encontraba bien y por mucho que odiara admitirlo, me preocupaba.
Sentí una brisa fría en mi cuello y esa sensación la conocía, encendí un poco mi cabello negro que con las llamas se veía rojo, la risilla de Hawks hizo que despegara mis ojos de la pantalla para ponerlos en el con su sonriente cara, me molestaba otra vez con sus plumas.
— ¿Por qué Fuyumi trató de congelarte? - y al escuchar ese nombre mordió la paleta, quise tener una cámara para inmortalizar el bello poema que parecía su cara. Masticó lo que quedó en su boca con sus ojos bien abiertos. Se relamió el dulce de los labios y sentí como mi espalda se mojaba por mi pelo que ahora se convertía en agua.
—¿Perdón?
— Tus plumas están frias, el mismo frío del Kosei de la Todoroki mujer.
— Noto hostilidad en tus palabras. ¿Celosa fosforito? ¿Tienes miedo que una fría chica me aparte de tus cálidos brazos? - ahi volvió su arrogancia. ¿Yo, celosa de esa? ¡Jamás!
— ¡Deja de decirme así! Tengo un nombre, úsalo.
— Hanahi está celosa ~
Empezó a canturrear usando mi nombre de héroe, era la primera vez que no usaba un apodo para nombrarme y realmente se sentía raro que lo hiciera; me enfurecía totalmente la molesta cancioncita que seguro estaría en mi cabeza un par de días por la maldita pero pegajosa canción.
— Sigue así y te convertiré en tu platillo favorito. - sisee apretando los dientes, carcajeó.
— Fosforito querida, los celos son una enfermedad - colocó una mano en su barbilla fingiendo una pose pensativa - o eso dijo Fuyumi una vez.
Y ahí volvió a mencionar el nombre de aquella mujer, respiré profundo tratando de que mi cabello bajara la intensidad del fuego para que no se activara la alarma de incendios, pero la poca paciencia que me quedaba se fue al caño cuando volvió a mencionar su nombre.
Cree dos dagas de fuego que lance sin fijarme si realmente podía herirlo o no, de una de ella se cubrió con sus alas pero la otra le hizo una herida en el rostro.
Realmente no me prestó atención así que aproveché eso para estar cerca de él, tomé su mano derecha para ponerla tras su espalda.
— Eso duele - sonó burlón - ya veo por qué Endeavor te acepto.
— Deja de provocarme - subí mas el brazo y un quejido salió de el — me estas cansando pajarraco
Quemé un par de sus plumas.
— Deja de hacer eso, ahora tu me provocas.
Quemé un par más; lo que realmente fue mala idea, de un momento a otro el me tenía totalmente cubierta por sus plumas.
— ¿Sabes que puedo quemarlas todas de golpe?
— No lo harías.
Tenía razón. Justo ahora yo podría reducir sus malditas plumas a cenizas en segundos pero claro que no lo haría, ellas serían reemplazadas en unos días pero mientras, estaría indefenso y no iba a hacerle eso al héroe número dos.
Gruñí mientras sus dorados ojos me veían con esa chispa de diversión.
Las llené de lodo y calleron al suelo.
— ¡Que asco Hanahi!
Ahí la divertida era yo, odiaba ensuciarse y yo lo sabía bien.
— Mi horario terminó, nos vemos jefe.
N/a
Nos pusimos celosas :v
Hanahi es nuestro nombre de héroe, significa: flor de fuego
Como notaron tenemos un Kosei que no es solo fuego.
