Ella simplemente llegó para volverme loco. Con su tonto cabello y actitud condescendiente vino para hacerme caer.
Más que héroe parece una villana metiendose en la mente de la gente y jugando ahí arriba.
Convirtiéndose en un capricho. Un maldito c...
Hanahi caminaba tranquila hasta la casa de los Todoroki con aquella cazuela ardiendo, pero eso no era un problema para ella aunque las personas de la calle la miraban aterrada. En la cazuela simplemente había pasta en salsa Alfredo, una comida que ella aprendió a hacer viendo un programa de cocina americana junto a Natsuo, cuando lo prepararon para la familia a ellos les fascinó así que ella no podía hacerlo y no compartirlo.
Al llegar tocó el timbre con una sonrisa, la de ojos violeta siempre se sentía bien solo al estar cerca de esa casa. Al ver que nadie abrió decidió utilizar su propia llave aunque fuese difícil.
Se quito los zapatos y después caminó a la cocina donde encontró a Fuyumi cortando unos vegetales.
- ¿Acaso no oíste la maldita puerta? - preguntó soltando la caserola.
- Supuse que no era nadie importante... y acerté.
Hanahi respiro profundo y podía sentir como exhalaba vapor caliente. Su rabia por la mujer crecía cada segundo más.
Junto todas sus fuerzas para poder calmarse antes de hablar.
- Traje esto para tu padre y Natsuo.
- Estoy preparando cena.
- No te pregunté. - el cuchillo bajó con más fuerza provocando un sonido mayor, Hanahi podía sentir como provocaba la ira de Fuyumi, eso le agradaba.
- Ellos comerán lo que prepare.
-No creo.
Hanahi se dio la vuelta para irse cuando escuchó que algo se caía. Vio la pasta que había preparado anteriormente arruinada en el suelo.
-Yo si.
Hanahi sonrió y vio fijamente a Fuyumi, se colocó de rodillas y tranquilamente recogió la pasta ardiente con sus mano, aquello no era un problema.
La albina dejó escapar media sonrisa y Hanahi le lanzó la pasta al rostro. Fuyumi en respuesta le lanzó el cuchillo pero no tuvo la suficiente fuerza.
- Me tienes cansada.
- Eres una perra.
Y como si fueran dos estupidas mujeres de novela tomaron a la otra del pelo, ahí Fuyumi llevaba la ventaja ya que Hanahi tenía el pelo más largo, pero la desventaja no la hacía soltar aquella sedosa melena albina a pesar de que las uñas de Fuyumi se encajaban en su piel.
La albina sentía que ganaba hasta que Hanahi le dio un puñetazo en el rostro para quitársela de encima, sintió el sabor metálico en su boca pero eso no la hizo soltar el cabello negro.
- Te odio. - dijo Fuyumi ahora abajo.
Al escuchar aquellas palabras La de ojos violeta sintió más rabia. Su sangre hervía en sus venas y se distrajo cuando Fuyumi encajó el cuchillo en su palma. Aprovecho eso para alejarse de la contráelo.
- ¡Eres una perra loca! Igual que tú madre.
Aquellas palabras dieron justo en su corazón.
- Me robaste todo. Todo. - Fuyumi ahora están a de rodillas mientras Haru estaba frente a ella, aún con el cuchillo que había atravesado su mano encajado en el suelo.
- Estas demente.
- A mi padre... mis hermanos... me quitaste a Keigo; el era mi mejor amigo. - Fuyumi ahora lloraba y Haru solo estaba enfocada en quitar el cuchillo de un solo tirón. Aunque en su mente estaba la idea de clavarlo en la garganta de la Todoroki no lo haría.
- No te quite nada.
- ¡Lo hiciste! Touya siempre prefería estar contigo y papá amaba entrenarte. - Fuyumi se apretaba el pecho, sus manos estaban congeladas y en el suelo se podía ver un poco de escarcha.
- que...
- Natsuo jugaba contigo y Shoto te admiraba. Es como si tu fueses la Todoroki y no yo.
- No te quite a nadie. Tu misma te distanciaste de ellos. Tu te apartaste cuando yo no quise apartarte.
- Me hablabas porque ellos te lo pedían. Te odio. Te odio.
Hanahi ignoraba todo el balbuceo de la mujer mientras quemaba su herida para que de esta forma dejara de sangrar. Fuyumi seguí profesando su odio y derramando lágrimas mientras Hanahi recordaba cuando intento incluir a Fuyumi en un juego de pelota y ella le lanzó un poco de hielo ordenándole que se largara de ahí.
A partir de ese momento empezó la guerra entre ambas mujeres, pero a pesar de los uñas y que de vez en cuando se daban un golpe jamás habían llegado al punto en el que se encontraban. Jamás habían hecho sangrar a la otra.
Y ahí estaban. Fuyumi gcon diversas cortadas en el rostro y brazos y ella con una herida de lado a lado en la mano.
-Y cuando por fin me decido por Keigo... tú te metes en su camino. De tantos tenías que enamorar al que me interesa a mi.
- ¿enamorar?
- ¿Que está pasando? - dijo Endeavor entrando a la cocina. Ninguna de los dos escuchó la puerta y eso las sorprendió.
Pero a Hanahi no le importaba nada de eso, su cabeza rondaba en la nueva información sobre el enamoramiento de Hawks.
