Parte 18: Las contrincantes

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No importaba lo que tuviera que pasar, ni lo que tuvieran que enfrentar: un miembro de su familia estaba en peligro, y cuando alguien se mete con un Loud, se mete con toda la familia. Tal vez era por eso que Lori y Luan habían ido con rapidez por Ronnie Anne, y la dejaron ir con ellas a pesar de sus dudas.

- Entonces ya dinos -la incitó Luan- ¿Cómo sabes que Lincoln está en este lugar?

Ronnie Anne se mostró impaciente, guardando su celular de donde le había enviado la ubicación a Lori, quien era la que manejaba. Además, estaba harta de que sospecharan siempre de ella.

- Mira, conozco a Nikki desde hace unos cuantos años, y aunque Casey y Sameer la conocen desde antes de que yo llegara, por ser también una chica se abrió más conmigo. Y no dije que supiera donde estaba Lincoln, es solo una sospecha, aunque tiene su lógica...

- Pues comienza a explicarte, niña, no tenemos todo el día. Y a menos que sea una muy buena razón por la cual vamos a este lugar, te sacaré del coche.

- Qué agresividad... -murmuró Ronnie Anne.

- ¿Qué dijiste? -gruñó Lori.

- Nada. En fin, les cuento. Cuando ustedes aún no se mudaban para acá, mis amigos y yo nos juntábamos en todas partes. Prácticamente conocemos toda la ciudad. Sin embargo, hay un lugar que Nikki me mostró a mí y solo a mí. A la izquierda -añadió Ronnie al ver que Lori se iba a pasar.

- ¿Eh? La dirección me manda por...

- ¿Quieres llegar rápido o no? ¡Da la vuelta!

Aguantándose las ganas de romperle la cara, Lori giró el volante.

- Es un atajo, y muchos no lo toman porque creen que es un punto sin retorno, ni siquiera aparece en los mapas. Al frente, todo al frente.

Realmente parecía un callejón sin salida, pero cuando parecía que no había nada más que una pared, Ronnie señaló una casa que tenía su parte izquierda mucho más separada de la pared que las otras casas. Al pasar, se encontraron con una calle que no se veía desde el exterior. Después de varios minutos vieron como un túnel oscuro se abría ante ellas. Sin dudarlo, Lori se encaminó hacia ahí. Pasaron un minuto en completa negrura, solo iluminadas por los faros del coche. Y finalmente, vieron un punto de luz a lo lejos. Dando vueltas, el coche por fin salió. Por su nueva ubicación se dieron cuenta de que se habían ahorrado al menos treinta o cuarenta minutos de viaje.

- ¿Cómo sabes de éste túnel? -cuestionó Luan.

- A eso iba. Para llegar a este lugar, Nikki me guió por aquí, de esa forma llegaríamos más rápido a su "otra casa", una casita que compraron sus papás como lugar de vacaciones, por así decirlo. Ese lugar es muy especial para nosotras, ya que tiene bastantes cosas que nos divertían y hablábamos de lo que sentíamos, lo que nos pasaba, de lo que sea... De hecho fue ahí donde me dijo que le gustaba Lincoln. Pero es mucho más importante para Nikki porque es ahí donde se escapa si no quiere estar con sus padres. Ellos saben que no es capaz de huir de ellos, así que la dejan. Dudo que sospechen que algo ocurra en esa casa. Además, fui yo quien le advirtió a Lincoln que ella iba por él antes de que lo secuestrara, ya que la vi muy enojada justo antes de que se reuniera con él. Si lo atrapó, si piensa esconderse y nadie sabe donde están, es el único lugar que se me ocurre. ¿O tienen alguna otra idea?

Ninguna de las hermanas dijo nada, lo que para Ronnie fue respuesta suficiente. Sin embargo, aún faltaban diez minutos para que llegaran, incluso a máxima velocidad. Las tres eran plenamente conscientes de lo mucho que podían cambiar las cosas en tan solo diez minutos, aún cuando ninguna lo haya experimentado personalmente.

Y así siguieron su carrera, con el tiempo en su contra y las desgracias pisándoles los talones. No era ninguna sorpresa que corrieran como alma que llevara al diablo: una de las mejores personas que habían conocido en sus vidas estaba en peligro. Era muy difícil saber cual de las tres era la más angustiada, pero en todas se notaba la preocupación.

Y por fin, Ronnie reconoció el camino que llevaba hacia la casita. Tenía muchos buenos recuerdos de esa casa, pero si llegaban demasiado tarde, podía llenarse de malos también.

- ¡Ahí! ¡La casa solitaria! ¡Corre, corre, corre! -Ronnie señaló una casita que estaba aún a unos kilómetros de distancia.

- Agárrense chiquitas, esto se pondrá feo -murmuró Lori, pisando el pedal a fondo.

En cuestión de minutos, llegaron.

Con un frenazo, el ardiente carro se detuvo con un derrape francamente espectacular, y las tres salieron disparadas del auto, corriendo hacia la casa.

...

- Nikki, por favor detente... Ahhhhh...

La boca de Nikki era muy suave. Chupaba su miembro con destreza, mientras la rubia se aseguraba de que sus pechos rozaran su piel. Era imposible no sentir placer en un momento como ese, pero Lincoln sentía mucha más culpa que excitación. No podía sino temer el momento en que Nikki quisiera traspasar todas las barreras que habían entre ellos, pero intentaría retrasarlo lo más posible. Aunque sea se compraría unos minutos más de tiempo...

- Que aguante tienes, amor. Esto será incluso mejor de lo que jamás soñé... -Nikki arremetió con todo lo que tenía, apretando sus labios.

Lincoln no pudo aguantarlo más. Descargó todo lo que tenía y quedó exhausto.

- Ahora, para el plato principal...

Ella abrió sus piernas justo arriba del albino.

- Nikki, te lo suplico, no lo hagas...

- Ya no hay vuelta atrás... Oh, vamos, ponte duro, amor. Aún tenemos días para estar juntos, sin que nadie nos moleste...

- Are you sure about that?

Sin previo aviso, alguien arremetió contra Nikki con la intensidad de un toro enfurecido. Era Ronnie. Sin perder el tiempo, ambas gritaron y pelearon.

Cabe mencionar que una gran parte de las peleas entre mujeres no están tan regidas por el honor como en las de los hombres, lo que conlleva a que harían cualquier cosa con tal de ganar. En este caso explica los jalones de cabello, arañazos, la ocasional ayuda del mismo bate que Lincoln quería usar para escapar, de una escoba, pellizcos y para terminar, una contundente lucha de tres contra una.

Lori y Luan tuvieron su ronda de golpes y terminaron por sujetar a Nikki para que Ronnie le diera los toques finales. A ninguna le gustaba lo que estaban haciendo, pero por todo lo que había hecho Nikki, se sentían mucho menos bondadosas que de costumbre y con la justificación de hacer que Nikki nunca olvidara ese día.

Totalmente vencida, Nikki se derrumbó en una esquina del cuarto, superada ampliamente.

Luego las chicas se acercaron al albino, quien veía todo con una mirada de alivio. Rápidamente cubrieron a Lincoln con una sábana. Hicieron otro tanto con Nikki; una pequeña muestra de decencia.

- Que bien que llegaron, chicas, y ni un segundo demasiado tarde. Un poco más y...

- Ni siquiera completes la frase, Lincky -dijo Lori, abrazando a su hermano- Ya estamos aquí.

Lo que nos unió al finalWhere stories live. Discover now