Parte 28: La llegada

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Nikki nunca había pensado que las cosas llegarían a ese punto, pero tuvo que reaccionar rápido para que nada se saliera de control, ya que seguramente ella era la última persona a la cual Lincoln iba a ver. Mientras les decía a su ex-amiga y a las hermanas de Lincoln, sintió remordimiento por no lograr disculparse. 

Recibió el perdón de Lincoln, pero ella necesitaba pedirle perdón a las otras también. Sin embargo, tuvo que dejarlo en segundo plano ya que la vida del albino estaba en peligro. Aún así, no podía irse sin decir nada. Como tuvo que colgar para mandar la ubicación, ya no articuló palabra. Sin embargo, como último mensaje antes de que salieran volando, envió un "Lo siento. Por todo".

Ronnie entendió los sentimientos de su ex-amiga... No, si todo salía bien, Nikki aún era su amiga en definitiva... al menos las ayudó a encontrarlo. Hablarían con ella después.

Llevaban perdidas horas preciosas, y ya habían visto que cada segundo cuenta. Apretaron el paso, intentando reducir la distancia que las separaba del albino. Quedaban unos quince o diez minutos para llegar, cuando a Luan se le ocurrió algo.

- Chicas... ¿Qué vamos a hacer cuando lo veamos? ¿Y qué tal si no podemos persuadirlo de que vuelva? -preguntó Luan, con el miedo presente en su voz.

Lori intentaba no pensar en ese asunto por el momento, ya que su principal prioridad era encontrar a Lincoln. Sin embargo, una auténtica desesperación llenó su corazón al pensar que tal vez no pudiera ver a Lincoln de nuevo, y no sólo eso. Tal vez llegarían demasiado tarde...

- No -pensó- No voy a permitir que te quites la vida... o al menos... espero poder despedirme bien.

El coche nunca había corrido en una carrera tan rápida ni en una tan importante. El coche aplastó el asfalto, derrapó en las calles y destrozó el pasto, en un último intento de evitar que no solo una, sino varias vidas quedaran destrozadas. 

- Bueno Luan, lo único que se me ocurre es que tendremos que hablar con él. Y si no podemos convencerlo de que venga con nosotras... No quiero ni imaginarlo.

Lo único de lo que estaba segura era que no se iba a detener hasta verlo. Minutos después, lograron identificar la Cumbre del Destino, ya que era, por mucho, la montaña más alta de las que ahí se encontraban. Y lo más escalofriante fue ver que la caída era de una altura exorbitante, culminando en unas rocas afiladas que apuntaban hacia arriba. Sin perder el tiempo, Lori pisó el acelerador a fondo.

...

Lincoln llevaba demasiado tiempo sufriendo. Decir que estaba triste era decir poco: su corazón era destrozado lentamente, ya que anhelaba un tesoro que nunca podría obtener. El dolor y la agonía lo hicieron decidirse por fin, después de semanas de indecisión, de quitarse la vida. 

No fue una decisión fácil, pero sintió que no tenía opción. Sin embargo, no iba a desaparecer de la nada, aún tenía cosas por hacer. En un momento de depresión total se dejó llevar por el impulso, y no pudo soportarlo más. Su peso había disminuido de manera alarmante, estaba pálido y decaído. No se sentía con la capacidad para despedirse de su familia, pero quería ver a sus conocidos por última vez. 

Escribió la carta, la puso en el sobre y por las siguientes horas se dedicó a despedirse. Encontró a casi todas las personas a las cuales quería y les dio su último adiós. No encontraba forma de decírselo a su familia, y de todos modos estaban muy lejos. Alguien se los explicaría algún día... o tal vez no. No le resultó sencillo decir que iba a partir pronto de ese mundo, pero sentía que todos merecían saberlo. Muchos intentaron retenerlo, pero corría antes de que lo alcanzaran, utilizando el factor sorpresa en cuanto detectaba esa intención.

Consideraba completamente necesario arreglar las cosas con Nikki, ya que sentía que era la que más necesitaba apoyo. Y en efecto, ella se veía algo aliviada cuando la perdonó, aunque luego Lincoln huyó rápidamente al ver la preocupación de ella. 

Desde hacía días que estaba pensando en la forma en la que acabaría con su vida, y sintió que caer era la forma menos original pero una de las más efectivas de hacerlo: una vez que empezabas ya no había vuelta atrás.

Se enteró de que había un lugar conocido por los múltiples suicidios que tomaban lugar en ese espacio, y encontró su salida de esa tortura. Tomando autobuses de lugar en lugar, llegó por fin a la Cumbre del Destino. Sintió miedo, pero a la vez alivio. Subió lentamente la montaña en la cual terminaría con su vida. 

Es curioso como uno comienza a apreciar los pequeños momentos de la vida justo cuando va a perderla. Sentir como tu cuerpo se coordina para dar un solo paso, lo indispensable y vital que resulta un único respiro, cada latido llevando la vida a cada minúsculo rincón de tu cuerpo y la perfecta visión que te regalan tus ojos. Uno no suele apreciar esos momentos, pero llegados a este punto, Lincoln disfrutaba cada cosa que la naturaleza le había dado. Al llegar a la cima se quedó viendo el cielo hasta que una hermosa puesta del sol se formó en el horizonte. Cada segundo fue un valioso recuerdo que atesoró en su corazón hasta que llegara el final.

Vio hacia el acantilado al que se avecinaba con rapidez. Y por fin, llegó a la cima. Un solo paso lo delimitaba entre la vida y la muerte. Nunca olvidó la vista de su hermana sobre él. Para el albino significaba la perfección hecha realidad. No podía sino hacer lo que sea por ella y por él mismo, optando por la muerte para así salvarla a ella. No dudaba que se sentiría triste por su muerte, pero pensaba que le dolería menos que si llegaba a saber lo que sentía por ella antes de lo que él quisiera.

- Lori... Todo esto lo hago para que al final... seas feliz.

En un acto de valentía, de cobardía, por no hablar de estupidez, el albino dio el paso definitivo. Pero justo cuando iba a cerrar los ojos, oyó una voz que amaba, pero que a la vez temía. 

- ¡Lincoln!

- ¿Lori...?

Lo que nos unió al finalWhere stories live. Discover now