Parte 27: El aviso

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- No lo puedo creer.

Luan estaba en la parte trasera del coche. Su mirada terminó de pasearse por el sobre y miró con sorpresa a Lori.

- Sabía que Lincoln estaba triste y que no quería decirte nada... Pero llegar a este punto...

- ¿Cómo puede pensar en eso? -exclamó Lori- ¡Me lastimará mucho más si se suicida!

- Sí, entiendo eso, pero... Ha de estar pensando en él mismo también. No puede soportar que no lo ames...

- ¡Pero sí lo amo!

- Es que él no lo sabe... Tenemos que encontrarlo.

- Dijo que iba a terminar asuntos pendientes con otras personas. ¿Con quién querría hablar?

- Su familia... Pero no quiere hablar con nosotros. Tal vez sus amigos...

- ¡Eso es! Hablaremos con sus amigos y veremos si tienen algo que decir. Que yo sepa, no tiene a nadie más cercano que ellos.

En la siguiente hora lograron contactar con Casey y con Sameer, quienes estaban juntos, pero ninguno dio muchos detalles. Solo hablaron con Lincoln sobre lo buenos amigos que eran, y que el albino no olvidaría sus días juntos. También comentaron lo triste y depresivo que se veía cuando éste se despidió de ellos de la nada, sin mencionar que se fue antes de que pudieran detenerlo.

- Hablen con Ronnie, tal vez ella sepa algo más. Solo esperamos... que lo puedan encontrar -dijo Sameer.

Sin perder el tiempo se despidieron y llamaron a Ronnie Anne. Al principio no respondió, pero a la segunda llamada, la latina tomó su celular.

- ¿Diga?

- ¡Ronnie!

- Wow, ¿Lori? Espera, esto es sobre Lincoln, ¿no?

- Sí. Sal de tu casa rápido, ya estamos aquí.

- En eso estoy.

En menos de un minuto, Ronnie salía corriendo de su casa, y se metió de prisa en el coche.

- Bueno, suponemos que Lincoln te llamó o habló contigo -empezó Luan.

- Sí. Me empezó diciendo sobre lo buena amiga que fui, que me extrañaría, y que lamentaba tener que irse. ¿Cómo rayos llegó a eso?

Luan le dio el sobre y Ronnie lo tomó. Ésta lo leyó y quedó pasmada.

- ¿Qué es esto de que te ama?

- Mira Ronnie, lo que ha pasado entre nosotros no importa ahora. Lo único que importa ahora es que Lincoln se enamoró de mi, pero por culpa de lo tonta que fui y que no me di cuenta, ahora quiere suicidarse por todas las cosas que se tuvo que guardar. ¡No me importa lo que creas, pero necesitamos que nos ayudes a encontrarlo! No quieres que muera, ¿o sí?

Ronnie no dijo nada, pero siguió rumiando la situación mientras andaban.

Sin embargo, al ir a todos los lugares que Lincoln pudo haber ido y no encontrarlo, se preocuparon mucho más. Además, hablaron con todas las personas con las que se relacionaba, y no hubo resultado. Muchas personas dijeron que les había hablado, sólo para que el albino se fuera poco después, despidiéndose con palabras muy poco conciliadoras. A Ronnie dejó de importarle lo inadecuado de la situación y sólo le importaba una cosa: salvar a su amigo. No hubo muchas cosas que pudieran haber hecho, ya que prácticamente no tenían pistas sobre donde estaría. 

- Lori, siento que algo se nos está pasando -dijo Luan después de dos horas sin resultado- Vimos que quiere dejar todo resuelto con las personas que conociera, y ya las vimos a todas, y es imposible que volviera a Royale Woods, si no, alguien de la familia lo sabría. ¿No nos falta alguien...?

- ¡Pues tú responde, Ronnie Anne!

- ¿Qué? ¿Por qué yo? -exclamó la morena, enfadada.

- ¡Eres su mejor amiga! ¿No se te ocurre...?

- ¡Si tuviera alguna idea ya la habría dicho! No tengo idea de don...

Una canción curiosa llenó el aire. Un tono. Ronnie sacó su celular y pareció que iba a contestar, pero al ver el nombre de quien llamaba, se quedó de piedra.

- ¿Quién es? -preguntó Luan.

La morena no respondió. 

- ¿Quién es?  -repitió.

Silencio.

- Dame eso -se impacientó Luan. Tomó el celular y vio el nombre. También se quedó de piedra.

- ¡Ya digan quién es! -gritó Lori cada vez más desesperada, conduciendo por un lejano centro comercial, buscando cualquier indicio de su hermano.

- Lori -susurró Luan al ver que Ronnie no contestaba- Es... Es Nikki.

Lori dio un frenazo, completamente sorprendida.

...

Nikki se encontraba en una apacible habitación blanca, con ningún producto peligroso a su lado. Llevaba meses comiendo mucho mejor, y las mujeres que la cuidaban eran muy amables. Hacía años que no se sentía tan a gusto, y sentía que su vida se arreglaba con cada felicitación que recibía por su buen comportamiento. Las psicólogas se encontraban sorprendidas, ya que por su exuberante crisis creían que tardaría años en recuperarse. Pero ahí estaba, en menos de un año su comportamiento dio un giro descomunal. Era cierto que aún tenía ciertos traumas, pero si no fuera porque Nikki no tenía nadie con quien quedarse, casi la habrían dejado irse. 

Todo parecía ir bien, y no es que todo se desmoronara por otras cosas, pero sí que recibió una inesperada y ligeramente perturbante visita...

- ¿Ronnie? ¿Ronnie...? Ronnie, si estás ahí contesta, por favor.

- Este... ¿Nikki? ¿Eres Nikki en verdad?

La rubia miró su celular con extrañeza. Era una voz de chica, pero no era la de su anterior amiga.

- ¿Quién eres?

- Ronnie está a mi lado, no te preocupes. Soy Luan Loud, la hermana mayor de Lincoln. La comediante.

- Ah, sí, te recuerdo. Bueno como sea, iré directa al grano. Lincoln estuvo aquí.

Nikki oyó un grito de sorpresa al otro lado de la línea.

- ¿Dónde está? ¿Cómo está? ¿Se veía bien?

- Mira, te explico y luego me preguntas, ¿de acuerdo?

- Está bien.

- Yo estaba teniendo un día como cualquier otro: Teniendo terapia y cuidado intensivo, aunque todo mejoraba. Me reformo para volver a convivir con la comunidad, y debo decir que me está yendo muy bien. Este lugar permite visitas cada día con la intención de ver como familiares y seres queridos son cuidados, para ver como les va. Yo nunca recibí ninguna visita, y nunca esperé que alguien viniera. Pero hace una hora alguien vino a verme, y yo extrañada fui a ver quien era. Cual fue mi sorpresa al ver a Lincoln parado frente a mi. No me dejó hablar, pero me dijo que esperaba que mi recuperación fuera exitosa, me deseó la mejor de las suertes por el resto de mis días, y que no importaba lo que hubiera ocurrido entre nosotros, él me perdonó. Debo decir que me sentí aliviada de que dijera eso, pero me desanimé al oírlo decir que se iba a una montaña. Nadie va a ese lugar porque es peligroso: sus acantilados son bastante altos, y garantizan una muerte segura. ¿Me podrían explicar por qué rayos quiere ir a ese lugar?

Al oír todo eso, Lori volvió a arrancar, evitando por milagro golpear a dos coches.

- Mira, no hay mucho tiempo para explicar, te contamos luego. ¿No puedes salir de ese lugar?

- Si voy por ahí diciendo que quiero ir a la Cumbre del Destino, jamás me dejarán salir. Necesito permiso para salir, y siempre me acompaña alguien. ¿Por qué crees que las estoy llamando?

- Está bien, está bien. Solo mándanos la dirección.

Al recibir una notificación, Luan le pasó inmediatamente el celular a Lori. Ésta no perdió el tiempo y se alejó por las calles.

Y mientras todo eso pasaba, Lincoln observaba desde abajo con miedo, nerviosismo, emoción y alivio, a la Cumbre del Destino.

Lo que nos unió al finalOnde histórias criam vida. Descubra agora