Parte 29: La Cumbre

1K 90 24
                                    

Las tres chicas llegaron justo en el momento en que Lincoln ponía un pie fuera de la cornisa. Éste se detuvo y puso su pie en tierra firme, pero no se alejó de la orilla.

- Lincoln, por favor, tienes que escucharnos... -quiso decir Luan.

- No hay nada que hacer ahora. No tengo nada que decirles, y a decir verdad, me ofende que no hayan hecho caso de mis palabras y hayan venido de todos modos. Este es un show al que nunca las habría invitado. No pudieron hacer esa única cosa por mí...

- ¡Claro que no! -exclamó Ronnie- ¿Cómo nos puedes pedir algo así? ¡Es una locura! 

Ronnie quiso acercarse, pero Lincoln se acercó incluso más al abismo.

- Muy bien, dejemos las cosas en claro: Se acercan y me aviento, y no habrá nada de charla. No estoy jugando.

Ronnie dudó unos instantes, y rápidamente se apartó, volviendo a su sitio.

- Está bien, ahora hablemos -dijo Lincoln- Solo quiero que sepan que esto lo hago porque creo que es lo mejor...

- ¡Ésto no es para nada lo mejor! ¿Crees que huir del problema y permanecer en las sombras es la mejor opción? -dijo Lori.

- No, pero...

- Pero nada -sollozó Lori, desesperada- Nos dolería en el alma que te fueras para siempre. Nunca podré dormir en paz sabiendo que mi hermanito acabó con su propia vida para evitar sentir el sentimiento más puro de todos.

Las palabras resonaron en el silencio. Unas gotas comenzaron a caer del cielo. Llovía. Pero el albino no se inmutó por ello y negó con la cabeza.

- Lori, no debería de estar sintiendo esto -lloró Lincoln, la desesperación impregnada en su voz. Todo en su interior quería desbordarse, queriendo saltar al vacío sin retorno y desplomarse en el suelo a salvo a la vez.

- ¿Es malo sentir amor? -preguntó Luan.

- No, pero... 

- Lincoln, entiende -suplicó Lori- No estoy molesta contigo, pero por favor ven y hablemos de esto...

- Veo que no lo entiendes, Lori -dijo Lincoln, con la voz más quebrada que nunca- La verdadera razón por la cual me quiero ir es porque tú nunca podrías amarme. Me doy cuenta de que pasaría el resto de mis días queriéndote, sin importar que. Si voy a tener que sufrir de esa manera por siempre, ¿por qué no reducirlo al mínimo?

- ¡Lincoln! ¡NOOOOOOO!

Ansiando librarse de todo por fin, Lincoln dio un paso hacia atrás y se dejó caer. El albino esperaba sentir el vértigo en el estómago, y sus miembros extendiéndose esperando el impacto. Sin embargo, unos brazos lo tomaron fuertemente de un brazo antes de que empezara a caer de verdad. Al levantar la vista vio a Lori con lágrimas rodándole por su rostro, sujetándolo con fuerza.

- Lori, por favor, suéltame. Todo esto lo hago por ti...

- ¡No quiero que te vayas! No... No me dejes sola...

La rubia comenzó a resbalarse por la lluvia. Pero antes de que su caída tomara velocidad, Ronnie y Luan se adhirieron con lo que fuera al suelo, agarrándola a ella. Lori se detuvo, pero quién sabe cuanto podrían aguantar las otras dos. Lincoln no dio señales de querer subir, dejando que todo su peso le afectara a Lori para que por fin lo dejara caer.

- Ya déjame ir, Lori. Ya no tengo motivos para vivir.

- ¿No puedo ser yo ese motivo? Por favor, Lincoln, te lo suplico, vuelve con nosotras, conmigo...

- No puedo volver, Lori. Mi amor por ti es diferente al de un hermano normal. Si te amo de esta forma, terminaré destrozado. Viviré siempre con este dolor. 

- No tiene por que ser así, Lincoln. Puedo amarte de vuelta...

- Es un amor diferente, Lori. Es por eso que...

- ¡SÍ ES EL MISMO AMOR!

Un rayó cruzó el cielo, enmarcando el grito de Luan. Lincoln estaba atónito.

- ¿Qué...?

- ¡Date cuenta de una vez! ¿No ves que lo que sientes es mutuo? ¡Escucha!

- Pero...

- Es cierto -sollozó Lori. Sus brazos perdían fuerzas, pero no soltaría la mano de su hermano- Llegaste a mi corazón como nadie lo había hecho antes. Desde que éramos niños tú fuiste la única persona que me hizo sentir de esa forma. Me enamoré de ti.

- Pero...

- Ya no estoy triste. Puede que amara a alguien más por un tiempo, pero aún cuando veía a otra persona, tú me quisiste. Siempre me amaste a pesar de todo. Una vez logré volver a verte cuando parecía imposible. No quiero perderte otra vez, nunca más. Por favor, Lincoln, sube. Te amo... En serio te amo.

- Lori...

- Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo...

No fue porque lo soltara, pero la lluvia hacía que las manos de Lori resbalaran. Sin hacer ningún tipo de esfuerzo, Lincoln se mantenía inmóvil. Ambos se miraron a los ojos, descubriendo la verdad detrás de sus palabras. La súplica y el dolor se reflejaban en ambos. Las lágrimas bullían de ambos, en el clímax del momento. Y sin poder evitarlo, Lincoln cayó.

- ¡NOOOOOOOO!

- ¡LINCOLN!

La mirada del albino era suplicante y triste, pero de pronto pareció recuperar su anterior fuerza y auge, porque su mirada se volvió firme y decidida al detener con sus manos la velocidad de la caída, sosteniéndose de la roca de la montaña.

Resbaló unos metros más antes de detenerse por completo. Sus manos sangraban por la fricción sufrida, pero por el momento no le importó. La empinada cuesta le dificultaba la subida, pero no se rindió al ver la mano extendida de Lori, ansiando alcanzarlo.

Resbaló un poco más, haciendo que las chicas ahogaran unos gritos. Unos desgarradores minutos después, Lincoln tuvo al alcance a Lori. 

- ¡Vamos, sube, ya casi! -le gritó una Ronnie falta de aliento.

Cuando por fin tomó la mano de Lori, Lincoln usó sus restantes fuerzas para impulsarse hacia arriba. Luan y Ronnie jalaron como pudieron a Lori, y entre todos por fin volvieron a tierra firme. La lluvia caía en torrentes por la ladera de la montaña.

Ronnie cayó desmayada, ya que el peso de todos había sido excesivo para ella. Luan la auxilió, y la llevó al carro, dejando a ambos solos. Los hermanos se abrazaron con fuerza, llorando y susurrando sus nombres. No había felicidad comparable al sentir el calor de la persona que amas a salvo. Lori se prometió que nunca dejaría que nada le pasara a su hermano otra vez.

- Lori -susurró Lincoln, nervioso- ¿Todo lo que dijiste... era cierto?

Lori sonrió avergonzada.

- Claro que es cierto, hermanito -le sostuvo el rostro- Y si vuelves a dudarlo, espero que recuerdes esto...

Y lo besó. Después de años de deseo, pasión y amor, sus labios por fin se encontraban una vez más. Se atrajeron con fuerza, expresando todo lo que sentían. Sus lenguas pelearon dentro de sus bocas, sin importarles nada más que respirar. Minutos pasaron hasta que se dieron cuenta de que seguía lloviendo, cuando por fin se separaron.

Se miraron con ternura, anhelando estar solos. Se subieron al auto, cuya dirección era dirigida hacia una vida que con seguridad sería mejor que la anterior. Ronnie seguía inconsciente, y Luan se tambaleó hasta que se durmió. Se secaron con unas toallas y taparon a las exhaustas con sábanas. Horas después, cuando ellos también decidieron descansar, se taparon con una sábana también. Y pasaron la noche de la forma en la que harían por un largo tiempo: juntos.

Lo que nos unió al finalWhere stories live. Discover now