Capítulo 24

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Fueron lanzados con tanta fuerza que Jon perdió la consciencia y no había nada que detuviera su caída. Ambos iban directamente contra el suelo. Y milagrosamente, el aire contra su cara, despertó a Damian, quien yacía todavía rodeado entre los brazos de Superboy. Inmediatamente, se percató de las circunstancias que los acercaban a un final horrible. No lo pensó dos veces antes de ser él quien tomara a Jon entre sus brazos y sacara su gancho del cinturón que portaba el menor. Esperó el momento justo para accionarlo y hacerlo atorar entre las ramas. La inercia y la fuerza le provocaron algunos problemas antes de detener su caída. El hecho fue tan violento que despertó a Jon. Desgraciadamente, sólo le dio tiempo de mirar a Damian soltar el agarre, pues la tensión de la cuerda y su desaparecida fuerza, lo obligaron a abandonar su gancho. Pero no debió inquietarse tanto, pues su rápido movimiento les mitigó el aterrizaje dejándolos a algunos metros del suelo.

La gravedad no les dio tregua, pero sus cuerpos golpearon la tierra decenas de veces más suave que si no hubieran atenuado el lanzamiento con la oportuna intervención de Damian.

Jon percibió los brazos del mayor a su alrededor.

-Da... Damian... -Jon llamó un poco angustiado y con mucha dificultad-.

Quiso levantarse, pero se sentía tan agotado que cerró sus ojos irresponsablemente. Se percató de cierto calor que el cuerpo de Damian desprendía. Y como si lo hubiese hecho siempre, se acorrucó recargando su cabeza en su pecho. Sin embargo, antes de entregarse de nuevo a la inconsciencia, un estruendo ensordecedor sacudió sus tímpanos. Damian empujó suavemente a Jon quitándoselo de encima. Le costó todas y cada una de sus reservas de resistencia el siquiera tratar de ponerse de pie. Jon quiso imitarlo, pero su cuerpo ya no le respondía. Damian resoplaba agotado y casi desfallecido. El estruendo se transformó en un rugido aterrador. Y al levantar la vista, ambos visualizaron al monstruoso dragón aplastando los árboles para llegar hacia donde ellos habían caído.

Jon se asustó. Una única idea abordó sus pensamientos; "huir, huir, huir, tomar a Damian y huir", pero por más que lo ordenara, sus extremidades no lo obedecían. Enfocó a Damian queriendo decirle que le diera un par de segundos, que enseguida se levantaría y ambos saldrían de ahí, pero éste no perdió el tiempo y volvió a tomar algo del cinturón que Jon llevaba. Avanzó dos o tres pasos interponiéndose entre Jon y el dragón. La bestia derribó los árboles que le estorbaban y prontamente se vio frente a sus presas. A Damian sólo le bastó un movimiento de su brazo herido para desplegar su fina katana y ponerse en guardia.

Jon giró su cabeza para intentar enfocar a Damian. Lo miró como si mirara una ilusión. En su entendimiento no cabían esas acciones. "¿Cómo iba Damian a enfrentar a esa cosa? ¿Y él solo?" Jon pensaba.

La criatura se abalanzó contra el actual Robin sin remordimientos, Damian permaneció inmóvil hasta el último momento. Jon no veía ninguna acción del mayor, se asustó al mirar cómo el dragón se acercaba y ese chico no hacía nada. Sumó cada gramo de fuerza que le quedaba y difícilmente pudo girarse para extender sus brazos y levantar su pecho del suelo, Jon no pudo con más.

-Dam... -Jon alcanzó a gritar pobremente cuando observó a la criatura arremeter contra su pequeño oponente-. ¡Damiaaaaan! –Gritó asustado-.

El dragón lo lanzó unos metros adelante. Y cuando Jon creyó que el final había llegado, remarcó que aquel monstruo se retorció fuertemente en cuanto hizo su violento movimiento. El crujido de unas ramas rompiéndose le indicó al menor que Damian intentaba levantarse después de aquel golpe. Pero aún no podía sonreír, pues el dragón todavía permanecía junto a ellos. Sin embargo, algo no andaba bien; la criatura rugía y brincaba brutalmente. Y fue entonces que Jon distinguió, entre tanto movimiento, que el dragón se contorsionaba tratando de sacarse la espada de la quijada, ya que Damian había acertado ese último embate. No obstante, el mayor debía asegurarse de alejar a aquella bestia, así que no perdió el tiempo y lanzó un batarang explosivo a su cabeza, encajándose en el ojo que Jason había herido previamente. No sólo el lanzamiento volvió a herirlo, sino que la explosión lo lesionó tan grave que, luego de rugir enardecidamente, y balancearse brutalmente por los alrededores, alzó el vuelo huyendo del lugar. La fuerza de sus alas levantó polvo y hojas. Y entre el caos, Jon buscó a Robin con su mirada, hallándolo arrumbado sobre el follaje.

Por Favor, ¡No! Me Olvides [DamiJon]Where stories live. Discover now