Capítulo 52

277 35 7
                                    

"Son muchos... No puedo contra todos..." Timothy se decía mientras descartaba sus opciones. "Me duele mucho, me duele tanto que ya no puedo pensar. ¡No! ¡No te rindas, ellos no pueden ganar! ¡No puedo dejarlos hacerme esto! ¡Debo pelear, debo resistir, debo hacerlo hasta que Jason llegue! ¡Él llegará pronto! ¡Sé que vendrá! ¡Vendrá!" Se repetía dentro de su letanía asumiendo una realidad pasada como si no conociera el desenlace.

El ardor en su cuerpo empeoró malgastando su poca cordura, empujándolo a crear nauseas en su interior, así como un repudio inconsciente hacía su persona. Lo estaban lastimando, lo estaban ultrajando de mil maneras y aunque Tim no le pusiera nombre a esas atrocidades, sabía muy bien de qué se trataba aquella tortura. Lo negaba, sí, pero esa era la única forma de resistir los embates violentos. "¡¿Por qué no llega?! ¡¿Por qué Jason tarda tanto?! ¡Jason! ¡JASOOOOOON!" Clamaba desesperado, confundido, adormilado.

Imágenes y ruidos entrecortados afloraban como relámpagos en la tormenta. Así de brutales, así de fugaces, así de veloces que apenas y podía encontrarles coherencia. "¡No me toquen! ¡Suéltenme! ¡No, no, no por favor! ¡JASOOOOOOOON! ¡Jason, ayúdame! ¡No puedo moverme, ya no puedo, no sé qué sucede pero mi cuerpo ya no obedece! ¡Jason, ven por mí! ¡Me duele!" El muchacho suplicaba para sus interiores. Su voz, hacía horas que había sido callada, así como su cuerpo que había sido sometido.

Vio decenas de rostros, escuchó decenas de voces, sintió decenas de nuevos dolores. Su maltratado ser era manipulado al antojo de aquellos que lo habían vuelto dócil con botellas y botellas de licor, sin olvidar las tremendas golpizas que lo ahogaron en lapsos de inconciencia y las cuerdas que terminaron por inmovilizarlo. Para cuando la noche cayó, una muñeca de trapo conservaba más libertad que Timothy.

El bajo vientre lo incineraba partiéndole el alma en dos, pero todo lo adjudicaba a sus pesadillas, pues lo que sea que le estuviera ocurriendo, no era real. Y esa idea la mantuvo en mente hasta que los demonios que lo atormentaban se esfumaron repentinamente. Luego, sólo la luz de la fogata se incrustó en su vista distorsionada. Oyó gritos, pero no supo realmente si eran suyos o ajenos. El escándalo a su alrededor ya no le perteneció, sólo la terrible confusión y el dolor que estaban asfixiándolo.

"¿Estoy despierto o dormido?" Se preguntaba Tim dentro de su vaga racionalidad, apenas conservando un poco de inercia para alejarse de lo que le presionaba las entrañas. Quiso huir más lejos, pero algo lo atoraba a aquel sitio. La insensibilidad en sus manos, pero la pesadez en sus muñecas le dieron indicios de lo que posiblemente le impedía correr. "Son cuerdas. Mis manos están atadas." Concluyó jalando sus extremidades agresivamente para hacerse soltar.

Al notar lo inútil de su lucha, cerró sus ojos y bajó su rostro. "Jason..." Rezó implorando una última vez, resignándose a no volverlo a ver, sintiendo en su austera y llana rendición cómo una flamita, comparada a aquella de una vela, crecía y ganaba terreno convirtiéndose en un incendio que lo empujaba a la decepción, a la aprensión y al rencor. "No vino... Jason no vino..." No va a venir... ¡Ya no quiero que venga! ¡Me va a odiar! ¡Soy un asco! ¡Así como estoy, Jason ya no me va a querer...! Él lo sabe... sabe lo que me hicieron, por eso no vino... Por eso no está aquí..." Tim se lamentaba mientras lloraba y se desquitaba con las cuerdas alrededor de sus muñecas. Luchó hasta donde su debilidad le alcanzó o hasta antes de ver la culminación que ese infierno perpetuo le estaba preparando.

Su esfuerzo era tan inservible que terminó quejándose, lanzando un gemido ahogado y doloroso; uno que llamó la atención de un demonio cazador.

"¡Tim, soy yo! ¡Tim!" Escuchó el ojiazul entre su espejismo. "¡Ya estoy aquí!" Atendió esas palabras, pero sólo lo aterrorizaron provocándole espasmos para intentar alejar a aquella presencia. "Tim... bebé... Ti-Tim..." Aquella figura le decía. "Tim, escúchame... Soy yo..." Oyó al mismo tiempo que una mano se le acercaba al rostro. "¡No me toques!" Imploró Tim queriendo huir, moviéndose torpemente hasta caer de espaldas y comenzar a arrastrarse, sin embargo, no llegó muy lejos debido a las ataduras. "T-Tim..." Escuchó nuevamente esa voz, pero ya no la distinguía muy propiamente en la realidad. "Lo-lo lamento, Tim... ¡Lo siento!" Fue lo último que escuchó antes de sentir como aquella silueta se lanzaba sobre él para abrazarlo.

Por Favor, ¡No! Me Olvides [DamiJon]Where stories live. Discover now