Capítulo 68

360 34 22
                                    

"Damiaaaaaaaaan..." Escuchaba en la profundidad del eco. "Damiaaaaaaaaan..." Volvía a oír. "Damiaaaaaaaaan..." Aquella voz se repetía una y otra vez. La escuchaba tan lejos, pero tan tangible al mismo tiempo. Era como si aquella presencia estuviera junto a él, pero algo en el ambiente le impedía la cercanía. La incertidumbre estaba acabando con él. Se sentía perdido. Aquella voz no hacía más que recordarle lo solo que se hallaba en aquel obscuro lugar.

Ahí, en medio de esa habitación sin luz, se encontraba flotando, como si estuviera rodeado por toneladas de agua, pero sin un as encendido que le diera un rumbo que seguir. No sabía cuánto tiempo había transcurrido, ni siquiera se sabía vivo o consciente, sólo flotaba dejándose llevar por aquellas cuerdas sin hilos y sin sujeción directa; era como volar, pero de una forma más pesada.

No pensaba en nada, tampoco estaba seguro de saber que pudiera reflexionar sobre algo. Tampoco el tiempo que había transcurrido era de su importancia. La eternidad se sentía momentánea y los santiamenes se percibían sin un final. Damian sólo dedicaba su ser a existir y nada más relevante.

O eso fue hasta atender aquella voz que hacía retumbar su pecho y luego todo el lugar por completo. Sólo hasta entonces, comenzó a cuestionarse sin palabras, pero sí con sensaciones.

"Damian. Damian. Damian. Damian." Oía dentro y fuera de su cuerpo, como si al ser pronunciadas esas sílabas, el eco de su sonido durara para siempre y le regresara su existencia física y la incorpórea.

No fue capaz de contar las veces que la escuchó, pero podía jurar que aquel llamado se intensificó justo al final de su interminable viaje. No tenía idea alguna de cómo explicarlo o cómo identificarlo, sólo sabía que en algún punto de su sueño, esa voz vibró tanto, con tal fuerza, que terminó provocándole un temor inconsciente; uno que le susurraba que si no perseguía ese llamado, jamás volvería a escucharlo.

Fue entonces que Damian se agitó de aquel descanso infinito que no deseaba abandonar, pero aquel sentimiento atemorizante de pérdida fue más poderoso que él.

Abrió los ojos entonces, extrayéndose de aquella obscuridad que lo resguardaba incluso de sí mismo. Despertó finalmente, pero sólo para perseguir aquel llamado que de verdad temía ya no volver a escuchar.

"Damian..." Se repetía en su cabeza consiente. "Damian..." Recordaba una y otra vez. "Damian..." Remembraba para que su pecho no perdiera aquella extraña calidez que el sueño le regaló. "Damian... Damian... Damian..." Seguía oyendo en sus memorias. "Damian..."

-Damian... -Una repentina voz lo extrajo de sus cavilaciones-. Oye... -Le insistió aquel visitante que lo obligó a regresar a la realidad-.

-Hola... -Saludó Damian abandonando la vista nocturna de su ventanal-.

-¿No me oías? ¿En qué pensabas? –Demandó Timothy con una sonrisa en su cara, llegando a un lado del menor-. ¿O acaso viste algo interesante allá afuera? –Completó estirando el cuello para mirar a través del vidrio que Damian no dejaba de tocar con sus manos extendidas-.

-N-no... Yo... Perdón, es que no te oí entrar. Disculpa. –Dijo el más joven virando para quedar frente a Timothy-.

-Sí, eso es evidente. –Confesó irónico-. Como sea... Dice Alfred que bajes a cenar. Y que no admitirá otra negativa, porque ya se cansó de verte saltar las comidas.

-Pero...

-Nada. Ven a comer, porque no estoy dispuesto a seguir escondiéndome de un Alfred molesto. –Anunció colocándose tras Damian y empujándolo suavemente para llevarlo a la puerta de la habitación-.

Por Favor, ¡No! Me Olvides [DamiJon]Where stories live. Discover now