Capítulo 28

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El calor que proyectaba el Sol se sentía como un halo de esperanza. Reconfortaba su espalda y su rostro. Asomó sus palmas para que ellas recogieran un poco de vida. Jason estiró sus músculos bostezando.

Fue como despertar en el paraíso. Los pájaros arrullaban sus oídos trinando alegremente, el agua en el río armonizaba con su salpicar y borbotar. Su estómago gruñía, lo que placer le causaba, pues se sentía vivo y con ganas de comerse al mundo.

O eso quiso pensar, ya que las escenas de la noche anterior, encarnadas en su mente, se ceñían en su maltrecho cuerpo.

Debía ir a cazar algo para que ambos pudieran recuperar algo de fuerza. Y seguramente, Tim despertaría con una jaqueca desquiciante. Y no era para menos, con toda esa cantidad de vino que fue obligado a beber.

Jason clavó sus uñas al apretar sus puños. Bajó el rostro transpirando ira y malestar. No encontró mejor manera de recuperar la calma que suspirar y girar para verlo.

Timothy aún dormía. Jason avanzó regresando a su lado. Se agachó para contemplarlo más de cerca. Rozó su mejilla luego de pensarlo centenares de segundos; no quería despertarlo, pero la tentación sobrepasaba cualquier límite que se haya impuesto solemnemente.

Sus dedos apenas sintieron su tersa piel y éste abrió los ojos exaltado. Golpeó la mano de Jason y se levantó sobresaltado. En cuanto colocó sus manos en el suelo, Tim se arrastró para alejarse. Giró sobre sí mismo e intentó huir gateando. No prestó atención a las mantas que cubrían su cuerpo desnudo.

-¡Tim! –Jason alertó con su voz preocupada-.

Quizá se percibía atrapado entre la pesadilla que anoche lo asedió. Jason se puso de pie, no quiso intervenir. No vio con buenos ojos el inquietarlo o presionarlo. El menor no abandonaba su huida.

-Tim... bebé... -Jason volvió a llamar-.

Pero no fue lo que dijo lo que detuvo a Tim, sino cómo su aliento suplicó por hacerse oír apenas más fuerte que los trinos o el agua corriendo.

El ojiazul pausó sus pasos paralizándose. Se agitó al tratar de recuperar un ritmo lento para su respiración.

-Tim...... -Por tercera vez, apeló a su adoración-.

Esa voz resonó en su cuerpo, pasmándolo, como si ese sonido lo encadenara a algo hermoso. Éste se sentó sobre sus piernas. El chico dudó. Levantó su rostro mostrando que recuperaba la noción del espacio y del tiempo. Miró a su alrededor. La luz del Sol lo cegó, el ruido del agua lo aturdió y aquel cantar entre el follaje le taladró los oídos haciéndolo ceder.

Sus movimientos delataron su encuadramiento a la realidad, mismos que le otorgaron licencia a Jason para acercarse.

-¿Tim? –Sus llamados devinieron una pregunta-.

El petirrojo carmesí bajó sus hombros y ladeó su cabeza. Lentamente, tentando terreno, asegurándose de ya no estar soñando, giró su cabeza para recalcar que había escuchado bien. Que esa voz no era otro deseo transformado en delirio.

La cabeza le iba a estallar, se esforzó de sobremanera para enfocar a través de los destellos que provenían de todas partes. Jason dio otro paso. Se detuvo a tiempo para observar esos ojos azules, más azules que el cielo reflejado en el agua y que había rogado tanto volver a admirar. Su dueño luchó para buscar y enmarcar a quien lo llamaba. Levantó su mirada, sobrecogiéndose cuando vio a Jason.

-¿Ja...son? –Timothy susurró-.

-Hola...

-Jason... ¡Jason! ¡JASON! –El chico gritó tratando de ponerse de pie-.

Por Favor, ¡No! Me Olvides [DamiJon]Where stories live. Discover now