Capítulo 51

321 34 12
                                    

Voló tan veloz que ni su delgada silueta se distinguió. Llegó asustado a donde vio que la bengala se había extinguido. Por dentro estaba preocupado por no haber puesto la suficiente atención. Ni siquiera pudo asegurar que esa señal fuese la primera. Jon rezaba turbado para que las cosas no hubieran empeorado. Cavilaba culposo en la idea de saberse encargado de una sola tarea; una que no era ni complicada ni desgastante, sólo debía estar al tanto de la señal, del llamado de Timothy, de su demanda de auxilio; y que por cuestiones, que propiamente estaban fuera de permisiones y eran impertinentes, ahora no sabía el destino o el revés de aquel que lo había ayudado tanto, y que quizá, estaba padeciendo mientras su propio egoísmo lo incitó a tener intimidad con Damian. La sola idea ya lo estaba carcomiendo. La estúpida falla ya lo estaba orillando al arrepentimiento.
Apenas arribó y Jonathan comenzó a barrer la zona en todas direcciones. La obscuridad dentro de las instalaciones le dificultaba una búsqueda precisa. No encontró exactamente una respuesta por dónde iniciar el recorrido. Entonces, nervioso por no haber llegado a tiempo, no se le ocurrió nada más factible que afinar su oído. Sin embargo, un ajetreo de diferentes voces y gritos fue lo que llegó a su atolondrado entendimiento. Su temple fue golpeado con aquel escándalo. No supo cómo reaccionar, no supo dónde mirar primero, no supo qué dirección seguir en prioridad.
-¿Dónde... dónde estás, Tim? -Se inquirió palideciendo por la falta de una respuesta inmediata-.
Apretó sus ojos esforzándose arduamente para evitar distracciones. Se concentró en atender algo coherente entre tanto ruido. Incluso detuvo su respiración. Su aflicción denotaba su desesperación y estuvo a punto de simplemente bajar y arremeter contra todo y todos ahí presentes, sin embargo, entre las diversas voces y los diferentes alaridos, sus agudos oídos atendieron un tenue llamado.
-Jason... -Tim musitó de último antes de casi perder el conocimiento-.
-¡Es Tim! -Expresó Jon aliviado, sin dudas, esperanzado y temeroso al mismo tiempo, casi rogando que no hubiese sido una mala broma de su imaginación-. ¡TIM! -Gritó en un básico intento-. ¡TIIIIIIIIIIIM! -Volvió a levantar su voz reiterando su exasperación-. ¡Por favor, responde! -Imploró agitando sus inhalaciones-. ¡Por favor! ¡TIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIM! -Insistió-. ¡TIM, AQUÍ ESTOY! ¡¿DÓNDE ESTÁS?! -Preguntó sin reflexionar-. ¡TIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIM! ¡Por favor, respóndeme!
-¿Jo-Jon? -Se inquirió Tim a sí mismo usando su último aliento para levantar la vista hacia el cielo-. Jo-Jon... -Murmuró dilucidando una figura oculta en la obscuridad del cielo-. Eres tú...
-¡TIIIIIIIIIIIIIM! -Llamó suplicante-.
-Aquí... Aquí... -Jon escuchó entre los murmullos-. ¡¿Tim?!
-¡AQUÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ! -Finalmente respondió el malherido muchacho, perdiendo el sentido exhalando los residuos de sus pulmones-.
-¡TIIIIIIIIIIM! -Anunció eufórico descendiendo hacia al lugar donde oyó aquella débil voz-.
En menos de un parpadeo se encontró entre aquellos guardias enajenados. Miró en toda la periferia tardando algunas milésimas de segundo en localizar al solicitante de su ayuda. La violencia con la que Tim era tratado lo sobrecogió de momento causándole una perturbadora molestia bastante arrebatada. Dejó de reflexionar en un sentido propio. No visualizó nada más en su comprensión que liberar a Timothy de aquella golpiza.
Sólo el polvo se vio en el sitio que sus pies abandonaron al lanzarse al rescate. Se movió tan rápido que solamente diminutas estelas de viento removían los cabellos de aquellos soldados que caían inminentemente ante los ataques de Jon. El caos surgió explosivamente al no saber de dónde venía la amenaza. Los agresores levantaron sus armas, pero no pudieron vencer las ráfagas que los sometían sin piedad.
De igual forma, los hombres que sostenían a Tim fueron derrotados sin esmeros o consideraciones, cayendo como insectos ante los pisotones. El petirrojo no debió preocuparse por también tocar el suelo, ni siquiera se dio cuenta de lo que pasaba en realidad; Jon le sujetó el brazo pasándolo por su cuello, sosteniéndole la cintura, llamándole suavemente para ingenuamente despertarlo. No obstante, no pudo darse el tiempo suficiente como para hacerlo, pues en cuanto vio su cuerpo hecho trizas y la sangre desperdiciándose fuera del cuerpo en todas direcciones, se agitó hundiéndose en un terror profundo.
-¡Por Dios! ¡Tim, ¿qué te hicieron?! ¡Tim! ¡TIM! -Llamó distrayéndose de un nuevo contingente que arribaba apresurado para contrarrestar al reciente intruso-.
Algunas ballestas fueron activadas. En cuanto atendió el silbido, Jon viró escasamente interrumpiendo la trayectoria de aquellas flechas. Con su cuerpo cubrió aquel de Timothy, cuya firmeza lo había abandonado. Fue al acercarlo todavía más a su silueta que le descubrió las múltiples heridas y el sangrado más constante de lo que parecía.
-¡Dios, tengo que sacarte de aquí! -Expresó Jon levantando el vuelo-.
-¡Noooooo! -Gritó Timothy repentinamente, asustando a Jon, deteniéndolo al instante-. ¡Jason! -Habló jadeante, olvidando sus últimas fuerzas en otro doloroso desmayo-.
El súper niño permaneció pasmado algunos segundos. Creyó que el petirrojo había despertado, pero se afligió de verlo desplomarse nuevamente. Tristemente pensó que se trataba de un grito desesperado, reacción a alguna pesadilla.
-¿Ja-Jason? -Se preguntó a punto de llorar-. Por-por supuesto... -Agregó aceptando las consecuencias de lo que sea que hubiese pasado en aquellos terrenos antes de su llegada tardía-.
Levantó su mirada inercialmente. Viró en todas direcciones bajo la esperanza de localizar el rostro del ojiturquesa, hallando sólo caras furiosas que se aproximaban hostilmente con armas en mano. Sus labios comenzaron a temblar prohibiéndose el dudar. En esos instantes no supo qué sendero recorrer realmente, ni siquiera pudo argumentarse algunas de las opciones que se erguían frente a él.
-Jason... -Murmuró Timothy todavía sin abrir sus ojos-.
Jonathan tragó saliva mal apaciguando la culpa en su pecho que ese murmullo le sembró.
-S-sí... Jason... Vinimos por Jason. -Pronunció como si se tratara de una penitencia-.
Respiró profundo esquivando más flechas, retrocediendo a los ataques más acentuados con espadas, pateando a quienes se aproximaban amenazando su círculo vital. Sacudió su cabeza permitiéndose más altura. Las expresiones de asombro no tardaron mucho en desplegarse, o eso pareció, pues Jon no entendía ni una sola palabra.
Se decidió entonces a obedecer aquel callado mandato de Timothy.
-Jason... Jason... ¿Dónde? ¿Dónde estás? -Se preguntó acelerado mientras sus pupilas trabajaban a velocidades increíbles-.
Analizó el área hasta dónde sus habilidades le permitieron. No encontró nada más que desconocidos y un caos que lo estaba poniendo nervioso. Llamó a Tim en un mal intento para buscar un rumbo apropiado, obteniendo un silencio chocante que no hizo más que desesperarlo.
-Tim... No lo veo... -Habló asustado, recibiendo más flechas ante las miradas atónitas de los testigos, pues el muchacho insistía en su vuelo-. Tim... -Le susurró llamándolo con una sutil súplica-. Despierta... -Le pidió dirigiendo su mirada al cuerpo que sostenía-.
Casi se suelta a llorar de sólo ver los despojos que ahora Tim era en su conjunto. Apretó sus labios olvidándose momentáneamente de Jason.
-Estás muy mal... -Musitó el ojiazul menor, descubriendo la respuesta a sus hesitaciones-. Ten-tengo que llevarte con Damian... -Se dijo deformando sus labios para evitarse el colapso de su decisión-. Lo-lo... lo lamento... -Avisó abandonando lentamente aquellas murallas-. ¡De verdad lo siento! -Exclamó precipitándose velozmente al firmamento-.
El ojiverde no soltaba sus propios dedos mientras el cielo sobre su cabeza era vigilado por su preocupación. No retiraba su ansiosa mirada de la estela que Jon había dejado. Tampoco destensaba su quijada y no detenía su intranquilo corazón. Pasaba saliva preguntándose por qué tardaba tanto. Su ceño apesadumbrado reflejaba sus paranoias. Comenzó a hablar en árabe poniendo en manifiesto el miedo más profundo que sus inseguridades guardaban.
-Jon... -Murmuró pausadamente-.
-¡Damiaaaaaaaaan! -Escuchó levemente-.
El aludido encrespó sus sentidos. Proyectó sus ojos en cierta dirección. Por breves instantes no vio más que las estrellas en el paisaje. Perdió la paciencia en menos de un parpadeo. No logró localizar en un primer momento al portador de aquel llamado.
-¡Damiaaaaaaaaan! -Volvió a escuchar-.
Hasta entonces pudo verlo, bajando lentamente con Tim a cuestas. Corrió apresurado a su encuentro. Le bastaron un par de pasos para extender sus brazos y recibir el cuerpo inerte de su hermano mayor.
-¡Damian, está sangrando mucho! ¡Tim está muy mal! -Exclamó Jon aterrizando, entregando su valiosa carga-. ¡Se desmayó y no responde!
-¡¿Qué pasó?! -Inquirió el mayor tomando en brazos al tercer hijo, llevándolo a un lado de la fogata-.
-¡No sé! Había muchos soldados y lo estaban golpeando... yo... yo... no sé... ¡No sé! -Contestó Jonathan agitado, acompañando al dúo hasta donde las flamas alumbraban necesariamente el suelo-. ¡Tiene flechas enterradas por todos lados, Damian! ¡Hay mucha sangre! ¡Damian! -Exclamó posándose a un lado de las llamas-.
-Cálmate... -Habló el ojiverde acostando al muchacho-.
Pausándose al instante en que le dio paso a la luz para visualizar a Timothy, retiró las manos de encima e irguió su cabeza dándose un poco de distancia. Damian permaneció congelado ante la inminente y aterradora imagen.
-¿Qu-qué... le sucedió...? -Se inquirió advirtiendo el terrible estado, percibiendo su cuerpo paralizarse ante el destrozado retrato de su hermano-.
Así dejó pasar unas decenas de segundo. Por su cabeza nadaban explicaciones y otras montañas de teorías que pudieran explicar por qué Tim se mostraba casi muerto.
-Damian... ¡Damian! -Gritó Jonathan percatándose del letargo del ojiverde, extrayéndolo de sus cavilaciones-.
El mayor levantó la mirada atendiendo el llamado. Jon le dedicó una expresión invadida de preocupación. El puchero en sus labios le imploró a Damian que debía reaccionar, que debía hacer algo para sanar a Timothy.
-¿Es-es-es... estás bien? -Le demandó el ojiverde tartamudeando, esforzándose por cambiar sus pensamientos y retomar su concentración-.
-Sí. -Jonathan respondió hipnotizado por aquel ambiente sofocante-.
Su compañero asintió bajando su vista, encuadrando el escenario frente a él. Respiró profundo atorando el sobrecogimiento que aquel cuerpo maltratado le provocaba. Se sacudió mentalmente y suspiró de forma violenta.
-El sangrado... ¡debemos detener el sangrado! -Señaló Damian reincorporándose a su deber-. Ayúdame a quitarle esto. -Pidió señalando la armadura-.
Jon obedeció inmediatamente. Se acercó arrodillándose para empezar a despojarlo de las prendas, sin embargo, justo antes de ponerle una mano encima, Timothy despertó agitándose, gritando como si con eso disipara el dolor que sentía. Ambos cuidadores se pasmaron inauditos de lo que acontecía.
-¡Jasooooooon! -Alzó su voz ronca mientras se lanzaba sobre aquel que tuvo más cerca-.
Ninguno de los dos más jóvenes se imaginó un escenario parecido, mucho menos Jonathan, quien fue el primero sobre la vista de Timothy. El muchacho se movía todavía con las flechas encajadas en su piel. Ese detalle les causó escalofríos a los dos restantes.
Con todo su impulso, Tim apretó los puños y desplegó su ofensiva sobre el rostro de Jonathan. El chico apenas reaccionó para no golpearse tan duro al caer de espaldas. Inercialmente levantó los brazos cubriendo su cabeza. La arremetida no representaba un problema para Jonathan; no sentía las agresiones, pero sí se preocupó por el herido, quien se dejaba venir con mucha fuerza, quizá desfalleciendo con cada movimiento.
-¡Tim! -Damian gritó asustado-. ¡¿Qué demonios haces?! ¡Suéltalo!
-¡DEVUELVANME A JASON! -Ordenó Tim fuera de sí-.
-¡Tim, ya no estás allá, estás aquí con nosotros! ¡Reacciona! -Exclamó Damian apresurándose para quitar a Tim de encima, pero fue atajado por unos batarangs explosivos que Tim le proyectó sin remordimientos-.
Los estallidos asustaron a ambos menores, pero fue Jonathan quien reaccionó asustándose por lo aparatoso de la descarga. Sin mucho reflexionar, empujó al incoherente de Tim sin realmente mesurar su fuerza. Lo arrojó varios metros adelante, estrellándolo contra un árbol.
-¡No, Jonathan! -Exclamó Damian en cuanto esquivó el ataque, mirando atemorizado el evento del que Jon era responsable-.
Pero no fueron suficientes sus palabras, el daño ya estaba hecho. A Tim se le fue el aire con la sacudida. Escupió un poco de sangre en cuanto su cuerpo tocó el piso.
-¡Tim! -Damian lo llamó yendo a su encuentro-. ¡¿Qué demonios hiciste, Jon?! ¡Está herido! -Le reclamó al ojiazul-. ¡¿En qué estabas pensando?!
-¡¿Qué?! ¡¿En qué pensaba?! ¡Te atacó! ¡Sólo quería impedir que siguiera con eso! -Jon devolvió las palabras un tanto exaltado, inclusive ofendido-.
-¡Pero está herido! ¡Pudiste matarlo! -Alegó arribando junto a Timothy, siendo recibido por un puñetazo sorpresivo que lo hizo retroceder-.
-¡Devuélvanme a Jason! -Reiteró Tim poniéndose malamente de pie-.
Desplegó su arma avanzando duramente, como si fuera una especie de muerto viviente con una sola línea en la mente.
-¡Jasooooooon! -Gritó de nuevo rompiendo el silencio de la noche con su súplica ensordecedora-. ¡Devuélvanmelo! -Exigió justo antes de estremecer el ambiente con un ataque violento-.
-¡Damian! -Exclamó Jon alterado-.
-¡Ni se te ocurra! -Habló el ojiverde mostrándole una mano para que se detuviera, pues Jon se elevó en el aire listo para defender a su amigo-. Lo tengo controlado. -Anunció poniéndose en guardia.
Tim se acercaba enfurecido con la mirada perdida y sin un sentido de la realidad, sin mencionar que por donde pasaba, un rastro carmesí aparecía instigando un mal desenlace. Damian no movió uno solo de sus músculos hasta que no tuviera a su hermano a escasos centímetros de él. Fue entonces que le bastó esquivarlo y usar un dispositivo para inyectarle un sedante.
-¿Damian? -Se interrogó Jon observando el vago actuar del mayor-.
-Estoy bien... -Respondió el ojiverde mientras veía a Timothy tropezar y desvanecerse sobre el suelo-.
Jonathan aterrizó acercándose lentamente a donde Tim había caído. Por su cuenta, Damian ya estaba pateando el bo para alejarlo de las manos de su dueño. Tomó al muchacho inconsciente y lo empujó dulcemente para que su cara viera el firmamento.
-¿Qué fue eso? -Expresó Jon sentándose, respirando tan hondo como pudo-. ¿Qu-qué... qué le hiciste? -Preguntó un poco ansioso-.
-Un sedante. Creo que lo necesitaba.
-¿Un sedan...? ¿Estará bien?
-Espero que sí. Al menos dormirá un par de horas. -Contestó el ojiverde retomando su labor con las prendas-.
-Déjame ayudarte... -Se ofreció Jon realmente preocupado-.
-No. -Habló Damian sin despegar sus ojos de su trabajo-. Tim está un poco delicado. No debemos arriesgarnos a que lo lastimes más...
Esas palabras lo contuvieron en un malestar un tanto humillante. Jon permaneció boquiabierto, pasmado ante esa fría actitud. Frunció el ceño en consecuencia, sintiéndose avergonzado y desplazado.
-Ya sé que fue mi culpa... -Habló Jon ocultando su mirada-.
-¿Qué? -Expresó Damian en tanto retiraba la ropa cuidadosamente-.
-Pero no tienes que poner esto de pretexto...
-¿Qué? -Repitió Damian hundido en su tarea prioritaria-.
-Dije que ya sé que es mi culpa...
-Espero que los insumos sean suficientes. -Musitó Damian concentrado, reflejando una preocupación exacerbada, pero definitivamente ajeno a los comentarios del ojiazul-.
Jonathan arrugó más su frente. Apretó sus labios impidiéndose una mala actitud, pero esa indiferencia terminó por hastiarlo.
-¡Estoy harto! -Pronunció Jonathan sin disimular lo contrariado que aquella situación lo tenía-.
-¿Qué? ¿De qué hablas? -Damian preguntó, pero realmente no estaba poniendo atención a la charla-.
Consagró toda su mente en cortar las flechas y quitar la ropa estorbosa. Tragaba saliva y se secaba el sudor evitando el nudo en su garganta, pero nada le daba un alivio certero que lo inspirara a conservar la calma más allá de la negación que sentía. Por unos instantes creyó que todo iría a su favor, pero esa inmunda situación no dejaba de empeorar. Obtenían algunos puntos con las pequeñas batallas que libraban y ganaban, pero las circunstancias se volteaban para regresarles el golpe diez veces más potente. Paulatinamente, Damian sentía que el tiempo antes de una derrota palpable y definitiva se acortaba y que algo de horribles magnitudes estaba esperando por ellos.
Mantenía ese pesimismo disfrazado de realismo mientras sus manos no se detenían. Estaba tardando más de la cuenta en despojar a su hermano de la ropa, pero las flechas de verdad le estaban causando algunos problemas. Sin olvidar la insistente sangre que nublaba toda visibilidad.
-Jon, ve a buscar agua... -Pidió Damian evadiendo el comentario recién del menor-.
Jonathan se mordió los labios desviando su mirada acuosa. Quiso añadir otro anuncio a su malestar, pero en el instante en el que apoyó su mano para ponerse de pie, Timothy abrió los ojos levantándose aterradoramente como un cadáver en una plancha. Empujó a Damian con un puñetazo en pleno rostro y se arrojó robóticamente sobre Jonathan.
-¡Denme a Jason! -Exigió Tim dejando caer su cuerpo sobre aquel del más joven, ignorando por completo la figura de su hermano, quien se sentaba con cierto aturdimiento en su equilibrio-.
-¡Tim! -Damian expresó en cuanto vio su actuar, pero de nada sirvió su exclamación demasiado remisa-.
Las manos sucias y heridas de Timothy rodearon el cuello de Superboy. Incluso con los residuos en su mano de una punta de flecha, Timothy no menguó su arremetida.
-¡Tim! -Exclamó Damian angustiado pensando en una solución o en una explicación a aquel comportamiento-.
Jonathan estuvo a punto de tomar aquellas manos que lo estrujaban, pero la tórrida voz de Damian lo detuvo secamente.
-¡No lo toques o lo empeorarás todo! -Ordenó el ojiverde impetuoso, inclusive exasperado-. ¡No quiero más complicaciones! ¡Tim no está razonando, así que no le hagas nada! -Soltó actuando inmediatamente, posándose a un lado del tercer petirrojo, recargando el dispositivo anteriormente usado e inyectando una segunda dosis-.
Tim no se dio cuenta del pinchazo en el brazo. De un momento a otro, comenzó a tambalearse, a tartamudear, a cerrar sus ojos, cediendo a un total de sensaciones que lo hicieron soltar su agarre y desvanecerse sin finezas sobre Jonathan, quien devino una estatua, quieta y silente. Apartó todo contacto de Timothy, no se movió hasta que Damian no le hubiese quitado al convaleciente de encima.
Por tercera vez en la noche, Damian acomodaba a su hermano para revisarlo. El estómago empezó a demostrarle lo incómodo que se encontraba con la situación, por lo que se tocó las entrañas respirando profundo. La sangre no dejó de fluir fuera del cuerpo de Timothy, asunto que de verdad lo estaba haciendo perder el control.
-Por-por... por favor, ve por el agua... -Musitó Damian escasamente-.
Jon se sentó escuchándolo, pero por alguna extraña razón quiso negarse a su mandato. Deseó abofetearse a sí mismo para hacer que su cuerpo lo obedeciera, sin embargo, la sensación enfermiza que estaba apoderándose de él lo instigaba a rebelarse. Ni siquiera fue capaz de concluir por qué se moría de miedo.
"¿Está enfadado?" Reflexionó Jonathan a punto de llorar. "¡Por supuesto que lo está! ¡Por mi culpa Tim se encuentra en ese estado! ¡Por mis bobas exigencias es que terminé alejándolo nuevamente! ¡Por mi culpa está mintiéndome otra vez! Realmente no me quiere con él..." Se dijo temblando para sus interiores. "No quiere. Lo molesto... lo molesto y me quiere lejos. Lo eché a perder otra vez.... Otra vez..." Finiquitó aflojando sus hombros, bajando su rostro, atiesando su quijada.
Al no sentir la presencia de Jon moverse, Damian dirigió su rostro protocolariamente hacia él. Lo miró pasmado y si no lo conociera bien, diría que estaba un poco asustado.
-¿Jon...? -Lo llamó dándose una pausa en su exploración-. ¿Estás bien? -Le preguntó como por cortesía, pues devolvió su atención a las heridas de Timothy-.
-Dami... Yo... -Estuvo a punto de hablar sobre su sentir, pero incluso él sabía que no era el momento-. ¿No... no dijiste que dormiría un par de horas? -Expresó Jonathan cambiando el rumbo de su conversación-. Porque no parece que esté muy dormido... -Añadió sonriendo forzadamente-.
-Quizá se deba al exceso de adrenalina en su sistema... El sedante tardará en hacer efecto, pero se dormirá...
-Ya veo... ¿Y él...?
-El agua, Jonathan. -Repitió Damian interrumpiendo-. No te tardes... -Añadió quitando la chamarra que Timothy portaba-.
Jonathan balbuceó algunas sílabas, pero nada entendible al final. Damian empezó a sacar todo lo que necesitaba de la chamarra y de su propio cinturón. El menor se levantó bajo un semblante intimidado.
-No te enfades con él, no parecía muy consciente de sus actos... -Habló Damian sin preocuparse por levantar la vista-.
-¿Qué? -Exclamó Jon creyendo que había imaginado el comentario-.
-Ha perdido mucha sangre; es muy probable que ya esté delirando. Pienso que él aún cree que está defendiéndose de los soldados. No lo culpes; estoy seguro que no quiso atacarte exclusivamente a ti.
Pero Jon no fue permisivo con el comentario. Frunció el ceño dándole la espalda. "¿Exclusivamente a mí? ¿Entonces da por hecho que Tim me culpará...? ¡Por supuesto! ¡Ya no hay más qué decir! ¡Incluso Damian me culpa!" Determinó suspirando la vergüenza que sentía. "¡Sólo le causo problemas!" Se dijo frotándose la cara.
-¿Necesitas agua? -Inquirió obligatoriamente, fingiendo serenidad ante su inconsolable conclusión-. Voy por ella, no me tardo. -Dijo deseando alejarse lo más pronto posible, pero desafortunadamente, no tuvo tiempo de alejarse de no ser porque escuchó a Damian gruñir-.
Viró instintivamente, encontrándose con Timothy despierto nuevamente, golpeando a Damian sin control o alguna mesura, quebrando el ambiente con su exigencia, demandando ver a Jason.
-¡Damian! -Exclamó Jonathan asustado, dudando en moverse o volver-.
Pero esa expresión no hizo otra cosa que descubrir su posición, llamando la atención de Timothy, quien se puso de pie tan rápido que a Jon no le dio tiempo de defenderse de otros batarangs explosivos que la tercer avecilla le lanzó furiosamente. Las explosiones no lo lastimaron ciertamente, sin embargo, lo distrajeron de una nueva arremetida, pues Tim se proyectó de nueva cuenta encima derribando al segundo hijo de Clark. En cuanto lo tuvo bajo de sí, desató una serie de puñetazos mientras alzaba el nombre de Jason en sus labios.
-¡Tim, basta! -Ordenó Damian levantándose, apresurándose a controlar la situación, a impedir que aquella mala jugada del destino resultara en algo peor. No obstante, aquella decisión que Jon tomó en sus manos tergiversó el final de aquella noche tan confusa.
-¡DIJE QUE YA ESTOY HARTOOOOOOOO! -Anunció el más joven en el instante de liberar un cabezazo a su atacante-.
-¡Jon, NO! -Pero fue muy tarde la advertencia de Damian-.
Timothy se desplomó en ese mismo instante. Jonathan lo empujó haciéndolo a un lado, despegando sus pies del suelo y limpiando las diminutas lágrimas de sus ojos enrojecidos.
-¡YA SÉ QUE ES MI CULPA, PERO NO TIENEN QUE ESTAR RESTREGÁNDOLO EN MI CARA! ¡COMETÍ UN ERROR Y LO SIENTO! ¡LO SIENTO! -Gritó mientras ganaba altura-.
-¡Jonathan, tranquilo! -Demandó Damian llegando junto a Timothy-.
-¡No me hables! -Le respondió al ojiverde-. ¡No necesito de tu desprecio! ¡Yo te quiero y te quiero mucho, pero no voy a permitir que me hagas sentir así! ¡Nunca quise que esto pasara, así que deja de hacerme sentir de este modo! -Replicó mientras comenzaba a abandonar el campamento-.
-¡¿Qué dices?! ¡¿De qué hablas, Jon?! -Inquirió mientras revisaba los signos de Tim-.
-¡Déjame en paz! -Le respondió entre aspiraciones involuntarias debido al llanto que trataba de evitar-.
Esa respuesta definitivamente captó la atención de Damian. Percibió un tono lacrimoso en la voz de Jonathan que alertó sus sentidos y encendió cierto calor doloroso en su pecho.
-¿Qué? -Inquirió Damian levantándose, alejándose un poco de Timothy, dirigiendo no sólo su vista a Jonathan, sino sus pasos y sus interrogantes-. ¿Estás bien? -Le preguntó inquisitivamente, anfitrión de un mal presentimiento-. ¿Tim te lastimó?
-¡No! ¡El único que aquí me ha lastimado, eres tú!
-No entiendo. ¿De qué hablas?
-¡Nunca entiendes! ¡Y ya estoy harto!
-¡Jon, baja y hablemos! -Pidió sucumbiendo exponencialmente a aquella preocupación que Jonathan le estaba provocando-. ¿Qué sucede? ¿Qué tienes?
-¡Sucede que voy a remediar esto!
-¡¿Qué?! ¡Escucha, tranquilicémonos, no vayas por el agua, mejor cálmate y dime lo que te pasa!
-¡No, no voy a buscar agua, voy a buscar a Jason por mi propia cuenta!
-¡¿Qué?!
-¡Lo que oíste! ¡Iré a buscarlo y lo traeré, si no, ni Tim ni tú, me perdonarán jamás este error!
-¡¿Qué?! ¡¿Qué demonios dices?! ¡Jonathan, nadie te está culpando!
-¡No me mientas! -Alegó rompiendo en llanto-.
-¡No te miento! ¡¿Es eso lo que te preocupa?! ¡Jon, por favor, baja y hablemos!
-¡NOOOO! ¡No quiero que me trates así! ¡No quiero que me odies! ¡No quise arruinarlo, no quise empeorarlo! ¡Así que voy por Jason! ¡No tardo...! -Mencionó de último, alejándose, perdiéndose en la obscuridad del cielo-.
-¡No! ¡No, no, no, no, no...! ¡Jon, vuelve! ¡Jonathan! ¡JONATHAAAAAAAAAAN! -Le gritó gastando cada gramo de aire en sus pulmones, desgarrándose la garganta en tanto pronunciaba su nombre-.
Menos fueron los segundos en que su voz se hizo sonar, que aquellos en los que Jonathan se desvaneció en el horizonte. Damian permaneció estático albergando una diminuta esperanza de verlo volver, pero bajó derrotado sus hombros al darse cuenta que Jon no volvería, no al menos en ese momento.
Su corazón se desenfrenó en cuestión de instantes. La preocupación lo invadió casi ahogándolo, casi haciéndolo desmayar. Tensó sus músculos al borde de salir corriendo tras él, pero esos mismos latidos que lo apresuraban, también lo atajaron obligándolo a voltear. La espalda encogida de Tim le rompió el semblante. Sus heridas eran serias y requerían de atención inmediata.
Pensar en ambos caminos lo asfixió. Damian apretó sus puños y atoró sus ansias en el gañote. La fastidiosa sensación en su estómago creció hasta hacerlo explotar. El muchacho bajó su mirada preparando su único desahogo. Respiró adecuando el aire necesario. Entonces, cuando estuvo obligadamente listo, liberó un gritó bestial que incitó al bosque a vibrar. Su gruñido retumbó a varios metros a la redonda, espantando a las aves aledañas y retorciendo los maderos en el fogón.

Continuará capítulo 52...

Por Favor, ¡No! Me Olvides [DamiJon]Where stories live. Discover now