Capítulo 39

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Permitió que el manto de pequeños mamíferos les ocultara el camino de huida. Luego el diminuto artefacto se apagó en automático, permitiéndole a los murciélagos regresar a la seguridad de sus nidos. Timothy no desperdició ni un solo segundo. Tomó la chaqueta de Jason, su propio cinturón y al pequeño Jon que aún no despertaba, ni siquiera se movía o se quejaba.

Lo trasladó al interior del bosque acomodándolo a la sombra de un gigantesco roble. Timothy estaba trabajando horas extra, su cuerpo le pedía un descanso, pero no podía darse ese lujo. Se moría por dormir un rato, por siquiera sentarse y descansar sus ojos, sin embargo, su deber se resumía a atender al menor y planear una ofensiva, o al menos, hacer que su compañero malherido levantara sus pestañas.

En su cabeza circundaba la imagen de Jason, consagraba sus movimientos para curar a Jon, pero su mente y sus sentimientos eran ocupados por el ojiturquesa. Las ganas de llorar lo estaban ahogando, pero se hallaba tan agotado que no le quedaban fuerzas ni siquiera para eso.

Le tomó horas limpiar y curar cada una de sus heridas. Se inquietaba un poco por verlo sangrar, así como sus múltiples moretones y sus contusiones. Se preguntaba obsesivamente por qué no cerraban sus cortadas, por qué no despertaba, por qué yacía tan mal siendo que no es un humano débil, sino que su cuerpo poseía las bendiciones de la sangre kriptoniana. Ahora se veía como una persona normal, incluso más susceptible a los embates de la lucha.

La lesión en su frente, aquella que Damian señaló en un inicio, aquella que posiblemente era la causa de su amnesia, se reabrió soltando fuentes carmesíes que le estaban dando lata al mayor.

-¿Por qué no se detiene el sangrado? -Tim se inquirió volviendo a limpiar la herida-. ¿Qué demonios te está sucediendo? Eres hijo de Superman, ¿por qué rayos estás tan frágil? -Mencionó expirando molestia, exhalando fatiga y bochorno-. Esto es estúpido... Si no te recuperas, ¿cómo maldita sea vamos a rescatarlos? ¡Te necesito, Jon, Jason te necesita, Damian te necesita...!

-Dami... an... -Jon susurró apenas audiblemente-.

-¿Jon? ¡Sí, despierta! ¡Eso es, Damian te necesita! ¡Vamos, abre los ojos!

Pero era desperdiciar aliento. El muchacho no reaccionaba favorablemente. Timothy comenzaba a perder la paciencia. Mandó todo al diablo al verlo rendirse otra vez. Aventó los paños y se sentó a respirar frustradamente.

-¿Qué sucede contigo, Jon? ¿Es el aire? ¿Son los dragones? ¿El Sol? ¿Qué te tiene así? ¡¿Qué?! -Expresó recogiendo sus piernas y enterrando su cara en sus rodillas-.

"Jason..." Pensó llamándolo desde su corazón.

El recordar todo lo que habían vivido esos últimos días lo invitó malvadamente a lamentarse dolorosamente. A arrepentirse por no haberle dicho antes lo que sentía. Antes de todo ese absurdo viaje, lo miraba desde lejos, lo admiraba desplegarse entre los edificios, analizaba su sonrisa, disfrutaba su compañía, sus malos chistes, sus bruscos roces y su tierna preocupación.

Hasta ese primer beso, nunca hubiese admitido todo el cariño que le tenía. Jamás se imaginó que tendrían una relación. Para Timothy, Jason era inalcanzable, un ser libre que nunca se detendría para que él se fijara en el menor.

Al creerse fuera de su liga, simplemente dejó de lado ese sueño. Pero cuando el renegado le dio ese beso en la montaña, sus sentidos se paralizaron, no concibió vivir en la misma realidad. Percibió su propia consciencia como un engaño a sí mismo. Se preguntó profunda y seriamente si esa posibilidad existía, si se podía permitir el realizar aquel deseo. Sus sentimientos comenzaron a tomar forma, a ser más intensos, más sinceros, más concretos. Timothy empezaba a darse cuenta de lo enamorado que en realidad estaba. Lo amaba y nada en el mundo lo iba a separar de él, y menos ahora que más se necesitaban.

Por Favor, ¡No! Me Olvides [DamiJon]Where stories live. Discover now