Capítulo 59

354 30 3
                                    

-¡DAMIAAAAAAAAAAAAAAAAAN!!! –Oyó aquella voz inconfundible, confirmando que su pequeño amigo estaba sufriendo y llamándolo por ayuda-.

Inmediatamente después de haberlo comprendido, Damian se sintió desfallecer con todos sus sentidos alterados, apreciando su adrenalina subir y su alma abandonar su cuerpo.

-¡Jonathan! –Exclamó Damian bajando su guardia, permitiéndole a Idris atravesar sus barreras, dejándolo blandir su espada para que la hoja terminara hiriéndolo-.

Damian advirtió el ataque, pero fue demasiado tarde para defenderse. El dolor por el tajo fue inminente y ese hecho lo obligó a perder el báculo.

Fue sólo un segundo, pero eso bastó para que Damian perdiera puntos a su favor. Ahora, con el brazo herido y seriamente aturdido por ese llamado, el ojiverde se debatía en su desesperación. A su cabeza no llegó otra idea que ir donde Jon estaba. Su corazón se aceleró tanto que sintió desmayarse. El miedo lo asedió hasta hacerlo sudar. "Jon, Jon, ¡JONATHAN!" Pensó aterrorizado.

-¡Muérete! –Gritó Idris justo antes querer asestar otro ataque, uno definitivo que seguramente mataría al intruso-.

Sin embargo, el muchacho enajenado por su miedo más grande, reaccionó en el último momento, pero no para aguantar el embiste, bloquearlo o evadirlo, sino simple y llanamente, ignorarlo al compás de sus prioridades.

Irguió su cuerpo, todavía sin soltar su espada. Le valió un paso a la derecha para deshacerse del ataque e impulsarse para abandonar aquella nefasta plataforma. Sólo apoyó sus piernas lo más rápido que sus cansados músculos le permitieron. No estaba reflexionando, ni escuchando el barullo a su alrededor; sólo el eco de la voz de Jonathan permanecía intacto en su angustia. Así, goteando sangre por su brazo, se adelantó a asomarse por el borde. Con un pie sobre la orilla, llenó sus pulmones con tanto aire le fue posible y con un desquite severo en su voz, llamó a su pequeño compañero.

-¡JONATHAAAAAAAAAAAAAN! –Gritó desgañotándose-.

El malherido y asustado muchacho atendió inmediatamente el llamado. Y su única respuesta fue cerrar sus ojos con fuerza y devolver el alarido con uno más fuerte.

-¡DAMIAAAAAAAAAAAAAAAN! –Contestó muriéndose de miedo, llorando ya irremediablemente-. ¡DAAMIAAAAAAAAAAAAN! –Repitió desquebrajando el espacio a su alrededor-.

Esa respuesta fue el faro que el petirrojo necesitaba en su obscuridad. Le fue suficiente virar hacia donde la voz lo llamaba. Fue así y con toda su desesperación y terror en sus pensamientos, que visualizó no muy lejos, entre la polvareda de la arena y el caos del escenario, al pequeño y herido ser que estaba a punto de ser embestido por la espada de aquel que lo amenazaba. Evidentemente, ni todas las explicaciones del universo iban a hacerlo dilucidar la idea de ver a Jason atacando a su gran amor. Esa imagen, aunque real y tangible frente a sus ojos, no fue ni de su mínima comprensión.

Nuevamente, Damian dejó de pensar, o de sentir. Su mundo se centró en detener aquel ataque inminente. Reaccionó de la única forma que conocía. Hurgó veloz en su cinturón y de él sustrajo, quizás el último batarang que poseía. Hipnotizado por su premura, lo lanzó sin cavilar en consecuencias o en razones, solamente quería detener el brazo de Jason y darse unos segundos para llegar con Jonathan.

Dispuso de toda su fuerza y de todo su entrenamiento inconsciente para que ese solitario batarang hiciera su trabajo. En ello apostaba y colocaba toda su fe. Confió en su movimiento de forma ciega. No se inquietó por verlo dar en el blanco, pues apenas soltó el accesorio, se abalanzó hacia las escaleras.

-¡OYE, NO HUYAS MLADITO BASTARDO! –Escuchó a Idris berrear-.

Pero su mundo se achicó en su indefenso compañero, a quien se le fue el aire con ese último llamado. Ya no se atrevió a abrirlos ojos. Esperó aterrado cualquier desenlace que llegara primero. Aunque muy dentro de él y fervientemente, esperaba y rezaba que Damian llegara a salvarlo.

Por Favor, ¡No! Me Olvides [DamiJon]Where stories live. Discover now