-Mis sentimientos siempre estarán contigo, mi corazón siempre te agradecería por ayudarme en mi peor momento. Pero es hora de que cada quien siga su destino. Te pido disculpa por pensar en ti como algo más que amigos.-
su corazón se sentía deprimido...
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Un nuevo año, un nuevo comienzo, quizás eso era lo que pensaba, aún a mis 18 años. Una nueva escuela, nuevos amigos. Un yo diferente; odiaba el echo de comenzar de nuevo aquí en la gran Seúl. Pero debo aceptarlo ¿No? Siendo un simple estudiante de secundaria, no puedo hacer más que seguir los pasos de mis padres.
Pero no fue fácil, dejé en Gwangju a los pocos amigos que por largo tiempo me costó conformar, porque para un chico poco social como yo, cosas pequeñas como esas eran un lujo, un preciado tesoro.
—Vamos cariño despierta—
Mi madre, una mujer con una suave voz, era linda su cabello era tan rojo como el mío, y sus lindos ojos negros eran como carbón que mantenía llameante su ser y su flameante cabello. Su voz se fue acercando conforme sus pasos se acercaban a mi habitación
—Hijo, despierta ya, Jackson está esperando por ti—
Suspiré profundo al escuchar ese nombre, en un intento por controlar mi enojo, cerré los ojos con fuerza y me recordé que no debía estropear un día como hoy. Pero realmente empezaba a molestarme su sola presencia.
Tomé mi sabana para cubrirme nuevamente, sabía que iba bien de tiempo, después de todo siempre me he destacado por ser puntual. Pues cuando tengo un compromiso suelo levantarme antes de que el despertador llegue a sonar, podría ser un don, si eso creo.
—Se que estás despierto— dijo mi madre desde el extremo superior de la cama, para luego empezar a halar sin delicadeza mi sabana hasta dejarme totalmente descubierto. —Ahora apresúrate a tomar una ducha—
Rodé los ojos un poco para luego sentarme en la cama pensando en lo que se aproximaba, un primer día, ¿Es posible no sentirse un poco atemorizado y ansiosos? Espero no ser solo yo, pero pensar en las primeras veces hace que me sienta nervioso, hasta el punto de sentir mis manos sudorosas.
Nervioso como el primer día de escuela, ah era tan solo un niño de 6 años, esa vez estaba nervioso pero feliz, no sabía que era el rechazo hasta esa edad, no sabía que eran las burlas, no sabía que era la inseguridad, para entonces la felicidad de las primeras veces se perdió, quedando solo el nerviosismo.
Pero existe algo peor que una primera vez escolar, cuando creces y tienes pareja existe el miedo de la primera vez, aquella que en las novelas parece ser las cosa más dulce del mundo, aquella acción que las personas hacen cuando se aman. No había pensado en eso hasta que obtuve una pareja.
—¿Que hace el aquí?— dije sintiéndome un poco molesto más de lo que ya estaba —Él terminó conmigo ¿Lo recuerdas?—
Me crucé de brazos mostrándome claramente indignado. Jackson Wang, el chico con quién he estado saliendo por al menos 3 años, aunque nunca elegí ser su pareja mis padres al enterarse que el hijo del jefe de papá traía sentimientos por mí, decidieron que debía aceptar la oportunidad y quererlo también.
