𝘔𝘪𝘨𝘢𝘫𝘢𝘴 𝘋𝘦 𝘈𝘮𝘰𝘳.

~O4~

Como alguien que sale de la nada se osa preguntarme eso, ¿Es que acaso no ven las noticias? siempre se roban a las personas quizás no hay nada bueno en mi físico pero mis órganos serian un buen partido, y estoy seguro que el mercado negro pagaría muy bien por ellos.

—Entonces ¿Te llevo o no?—

Aquella extraña persona  me sacó de mis ridículos pensamientos. Su voz que se escuchaba un poco distorsionada por el casco protector seguía  escuchándose insistente.

—Espero el autobús, muchas gracias—
Sonreí e intenté alejarme un poco y avanzar pero aquél motorizado volvió a obstruir mi camino. Sentí mi corazón sorprenderse tanto como lo estaba yo, pues unas palabras amables y una sonrisa despreocupada no fué suficiente para dejar en claro que no necesitaba su ayuda y que mucho menos subiría al juego de muerte.

—Jamás pasará por aquí— dijo mirando alrededor y yo solo pude pensar en que quizás esperaba la compañía de alguien más ¿Un segundo asesino? Si, podría ser —Por si no te has dado cuenta aquí solo vienen y van los autobuses de la secundaria y los autos privados, si quieres puedes puedo llevarte a la estación donde debes esperar.—

¡Que! He esperado por mas de 40 minutos para nada, como no se me ocurrió preguntar sobre esto, con razón era el único aqui, debí verme tan estúpido esperando algo que jamás llegaría.

—Ya sube Hoseok—

Mis vellos se erizaron ¿como sabía mi nombre y por que diablos me quiere llevar? Mi cuerpo se tensó y mi mente pensó en las maneras de escapar cuando intenten secuestrarme y asesinarme. Realmente el pánico hizo que idealizada Miles de escenarios en los cuales era torturado sin piedad. Me quedé en completo silencio paralizado por lo que podría suceder, eran pocas las veces que llamaba la atención de las personas ¿Entonces por qué este desconocido insistía tanto en ayudar?

Fué entonces cuando aquél motorizado apagó su moto y empezó a descender de ella, mi aliento abandonó mi cuerpo, y el sudor se instaló en mis manos nuevamente en el día, el hombre empezó a quitarse lentamente el casco protector, dejándome ver una frondosa cabellera rubia.

—¿Yo.. YoonGi?— mencioné al borde de las lágrimas, pues el saber que era el hizo que un poco de mi agitado corazón se calmara un poco. —¿Eres tú?—

—Claro tonto ¿Quién mas podría ser?— YoonGi se recostó a su moto, mientras mantenía el casco en su rodilla derecha a la vez que sentía su mirada llena de gracia.

—¿Que...que es tan gracioso?— bufé cruzándome de brazos, la tarde estaba un poco fría, mire mi reloj se habían hecho las 6 de la tarde, y aún seguía aquí sin saber a donde dirigirme exactamente.

—Tu— dijo mostrando una linda sonrisa que lamentablemente cubrió en cuestión de segundos con la palma de su mano —Tu eres gracioso, no soy ningún asesino serial si es lo que piensas.—