Capítulo 32

1.7K 278 140
                                    

Sol cerró con ímpetu el libro que estaba leyendo y lo deslizó sobre su escritorio lejos de ella. No había caso. No podía concentrarse por más de diez minutos en aquel texto sin que la imagen de Matías volviera a ocupar su mente provocando que todo su cuerpo se estremeciera en respuesta. ¡Dios! ¿Acaso no podía dejar de pensar en él?

Desde aquella noche en el bar en la que había estado a punto de besarlo, sentía que su vida se había vuelto un completo caos. Ahora que por fin había tomado consciencia de que sus sentimientos hacia él eran mucho más profundos que una simple amistad, no podía pensar en nada más y eso era una verdadera tortura. El solo recuerdo de su rostro, de sus brillantes ojos celestes y de su hermosa sonrisa la atormentaba a toda hora impidiéndole hilar cualquier otro pensamiento que no fuese el intenso deseo de volver a estar en sus brazos.

Sin embargo, no sabía bien qué hacer con todo lo que estaba sintiendo. No se animaba a ir a verlo, siquiera a llamarlo, por miedo a que él la rechazara de nuevo. Sin duda, había una gran posibilidad de que eso pasara. Matías era un hombre simple, pero con fuertes convicciones. Le gustaban las cosas claras y no se andaba con vueltas. Por esa misma razón, la había detenido cuando se había dispuesto a besarlo tras lo sucedido con David.

Si había algo que siempre le había gustado de él era la seguridad que mostraba en sí mismo, pero ahora eso le jugaba en contra ya que no se atrevía a confesarle lo que sentía. Si él volviera a detenerla, simplemente se moriría de vergüenza —por no decir que se encerraría en su casa y no volvería a salir en su vida—. La verdad era que no podía culparlo. No había forma de que supiera en ese momento cuáles eran sus verdaderos sentimientos. Ni siquiera ella lo había sabido hasta varios días después.

Entendía también que no confiara por completo en ella. Era consciente de que en el último tiempo se había comportado de una forma muy infantil con él. Por un lado, había sido una hipócrita al celarlo porque conversaba con una chica siendo que ella aún se encontraba de novia. Por el otro, se había aprovechado de él —sí, no había otra manera de considerarlo— al besarlo de un modo muy poco inocente mientras estaba convaleciente en cama debido a una fuerte gripe. Era obvio que él no iba a ser capaz de responder como lo haría estando plenamente consciente y eso había estado mal por parte de ella.

De repente, la puerta de su habitación se abrió de par en par, sobresaltándola. Lucía acababa de entrar y parecía estar al borde de un ataque de nervios. Una alarma se encendió en su interior provocando que se pusiera de pie y avanzara hacia ella. Después de enterarse por su madre de que su hermano había pasado la noche allí por no encontrarse bien, ver a Lucía en ese estado la asustó. ¿Acaso le había pasado algo a Facundo?

—¡Sol, necesito tu ayuda! —exclamó sujetándola de los hombros.

—¿Qué pasó, Lu? ¿Mi hermano está bien?

—¿Qué? Sí, supongo. ¿Por qué me preguntás? ¿Pasa algo con Facu? —preguntó confundida y un tanto preocupada por la reacción de su prima.

—No, no, tranquila. Todo está bien —respondió, aliviada, a la vez que cerró la puerta para tener privacidad—. ¿De qué se trata? ¿Por qué estás tan...?

—¿Alterada? Sí, estoy muy nerviosa. Esta noche Dante me invitó a su departamento... o sea al de Mati en realidad... bueno vos me entendés —aclaró provocando que Sol comenzara a impacientarse—. En fin, la cuestión es que como ahora se está yendo más temprano al bar, Dante quiere que vaya y cenemos juntos. El tema es que...

Sol estaba haciendo un esfuerzo por prestarle atención. Sin embargo, le resultaba casi imposible. Una vez que la oyó decir el nombre de Matías, solo pudo pensar en él y todo lo que solía generar en ella su simple recuerdo. Se preguntó por qué ahora estaba yendo más temprano al bar, si se estaría encontrando con alguien y si se trataba de esa estúpida camarera que no había dejado de tocarlo la última noche que se habían visto.

Bloque de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora