S I E T E

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Sonrío abiertamente al observar a la perra con sus cachorros en el mismo lugar de siempre dentro del bosque, pero mi sonrisa decae al observarla desnutrida, la piel se le pega a las costillas y sus ojos lucen tristes mientras sus cachorros intentan conseguir alimento de sus ductos mamarios, sin embargo, algo me dice que no hay nada, cosa que me rompe el corazón.

—Darla, cuánto lo siento. —Susurro acercándome a ella, quien lame mi mano con debilidad, contengo las lágrimas y le tiendo los restos de mi almuerzo, los cuales son devorados en cuestión de segundos. —Aguarda aquí, voy por más. —Prometo y me levanto de un salto, doy media vuelta y corro a toda velocidad de regreso al instituto, paso volando por el pasillo, entro de golpe en la cafetería y troto hasta la fila.

—Dos emparedados de carne y una botella de leche, por favor. —Pido, apresurada, ambas cocineras me miran con confusión pero me dan mi pedido. — ¡Gracias! —Les tiro cinco dólares y corro fuera de la cafetería, alguien me sigue pero no presto mucha atención. —Listo, aquí está. —Le doy una sonrisa temblorosa a la perra y le tiendo el primer emparedado, el cual comienza a comer.

Mientras ella se alimenta, tomo a uno de sus cachorros y abro la botella de leche, acuno al pequeño entre mis brazos y comienzo a darle de a poco leche, cosa que lo anima y lo hace mover su pequeña cola, lo dejo al lado de su madre y tomo a la siguiente. Repito el proceso con los cachorros restantes.

—Vaya, y yo que creí que estabas en peligro. —Me sobresalto y me giro con rapidez, encontrando a Jagger, Darla le gruñe con agresividad, cosa que me sorprende, ella no suele ser así. —Es por mi aroma, percibe que soy un...

— ¿Hombre lobo?

—Prefiero el término licántropo, pero sí. —Asiento y vuelvo a mirar a Darla, quien terminó con el segundo emparedado y ahora le da de comer a sus cachorros, lame mi mano con ímpetu, sacándome una enorme sonrisa.

—De nada, bonita. —Acaricio su cabeza y ella cierra los ojos, disfrutando del contacto.

—Podemos llevárnoslos. —Suelta repentinamente Jagger, lo miro con rapidez, cosa que hace crujir a mi cuello, hago una mueca. —Adoptarlos.

— ¿En serio?

—Por supuesto, con tal de ver esa sonrisa de nuevo. —Se encoge de hombros, chillo, emocionada, y me lanzo a abrazarlo, cosa que lo pone tenso y rígido.

— ¿Kristoff aceptará?—Inquiero, apartándome con incomodidad.

—Nosotros nos encargaremos de él. —Tanner me guiña un ojo por encima del hombro de su hermano, sonrío de nuevo y aplaudo.

—Podemos regresar por ellos al final del instituto. —Propone Shane apareciendo junto a Tanner, asiento.

— ¿Qué se supone que hacen aquí?

—Tardaban demasiado, creímos que necesitaban refuerzos, hermano.

Le doy la espalda al trío de hermanos y vuelvo a arrodillarme al lado de Darla, le susurro una promesa de volver por los seis en unas horas y regreso al instituto con los Smeed tras de mí.

.....

—Tranquila. —Susurro a la perra mientras acaricio su cabeza y le doy una sonrisa de lado, influyéndole confianza. —Vamos a llevarlos a un lugar mejor. —Prometo, ella lame el dorso de mi mano y lo tomo como un sí. — ¿Quién la lleva a ella?

—Yo. —Se ofrece Scott y la toma con cautela y cuidado, para mi sorpresa ella no le gruñe o rechaza. —Los demás, tomen un cachorro y métanlo en su chaqueta. —Obedecemos y luego andamos en dirección al aparcamiento, donde se montan en sus motocicletas, esta vez me toca ir con Artie.

Luz de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora