S E S E N T A y C I N C O

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Ruedo por la colina, arañando mi rostro con la tierra y césped, y me siento con cuidado, buscando con rapidez alguna herida en el cuerpo de mi hija. Ella se limita a suspirar en el sueño que ha caído de un segundo a otro. Llevo mi mirada hacia el cielo, buscando el brillo a la luna, y la encuentro en luna nueva, sonrío.

—Gracias. —Susurro, meciendo a mi bebé en mis brazos.

— ¡Lydia!—Me levanto de donde me encuentro y pronto soy envuelta en un abrazo de oso por parte de Jagger. — ¿Dónde mierda se han metido? ¡Estaba preocupado!—Chilla mientras me sacude por los hombros, abro la boca para hablar, pero vuelve a interrumpirme, regresándome a sus brazos. —Tres horas sin saber de ustedes, fue una agonía. —Susurra y deja un beso en mi frente, pongo una mano contra su mejilla, acariciando su pómulo con suavidad.

—Estamos bien, tranquilo. —Le doy mi mejor sonrisa y miro sobre mi hombro al escuchar pisadas venir hacia nosotros. —Ahora, tenemos cosas más importantes de las que hablar.

.....

Acomodo la larga falda de mi vestido con cierto nerviosismo y me miro al espejo, mis ojos azules con tonalidades grises en ellos me regresan la mirada mientras Nyxia y Eridan me alientan mentalmente. Tocan la puerta a mi espalda y Tanner, quien trae en brazos a Alena, se asoma con una sonrisa traviesa en los labios.

— ¿Lista, Madre Destructora?

— ¿Cuántas veces tendré que repetirte que dejes de llamarme así, Tanner Thomas?—El escuchar su segundo nombre lo hace hacer una mueca de desagrado, sonrío. —Gracias por quedarte con Alena hoy, no sabemos cómo pueden terminar las cosas esta noche.

—La protegeré con mi vida. —Promete hinchando el pecho, paso por su lado y beso la cabeza de mi bebé, frunzo la nariz ante cierto olorcito proveniente de su pañal.

—Cámbiale el pañal también, seguro que eso sí te cuesta la vida. —Beso su mejilla con cariño mientras su rostro palidece notablemente y salgo, riendo entre dientes.

— ¿Nerviosa?—Jameson entrelaza su mano con la mía y da un juguetón tironcito de ella, casi tropiezo por los tacones.

—Solo vamos a enfrentarnos a cuatro poderosas especies que llevan siglos en discordia, ¿por qué tendría que estarlo?—Inquiero con notable sarcasmo, él pone los ojos en blanco y hacemos una parada en la cocina. — ¿En serio, Jameson?

— ¿Qué? Un bocadillo no va a hacerle daño a nadie. —Corre a la nevera y prácticamente su cuerpo se ve tragado por ella, pongo los ojos en blanco y me siento en la isla de cristal, los Stone aparecen por las puertas batientes un minuto después.

— ¿Es que nunca paras de comer?—Se mofa Judhead llegando al lado de Jameson, miro a Artie, quien luce unas horribles ojeras bajo los ojos.

— ¿Cómo lo llevas?

—He tenido días mejores. —Responde, sus manos se encuentran en los bolsillos de su pantalón y sus hombros están notablemente caídos. —Lo extraño, era mi hermano y su muerte...

—Ha sido vengada. —Zanja Judhead con la boca llena, le limpio un par de migajas de las comisuras de su boca. —Lydia se convirtió en la Reina del Invierno y congeló a todos, ¡unos hasta volaron en pedacitos!

—Ya, pero la culpable está entera y encarcelada en nuestro sótano. —Responde con mordacidad Artie, hago una mueca y pongo una mano sobre sus hombros.

—Después del juicio de esta noche será toda tuya, Artie, lo prometo. Y quien desee salvarla de su destino, se las verá conmigo. —Mis ojos adquieren su acostumbrado y extrañado brillo de Alpha para enfatizar mis palabras, cosa que relaja notablemente a mi hermano de manada. — ¡Mueve el culo, Jameson, o llegaremos tarde!

Luz de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora