T R E I N T A y D O S

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Sam entra en la habitación donde me encuentro perfeccionando mis movimientos de pelea cuerpo a cuerpo, ocasionando que desvíe mi atención a su persona y Daryl logre darme una buena patada en el abdomen, mandándome contra las máquinas para ejercitarse. Lanzo un lamento y me llevo una mano al abdomen, donde un terrible dolor se instala.

—No la rompas antes de tiempo. —Riñe Marcus a Daryl mientras me ayuda a levantar, y con ello me refiero a que me toma por el cuello de la blusa que me ha dado y tira de ambas, poniéndome de pie. El dolor persiste. —Necesito que vuelvas a trabajar con Sam, solo para refrescarle algunos movimientos.

— ¿Y ella?

—Subirá y bajará la soga tres veces, tiempo suficiente para que termines con él. —Palmea mi hombro y se marcha por donde vino, pongo los ojos en blanco y camino hasta el extremo de la soga, levanto la mirada y trago con fuerza ante la altura.

—Vamos, Vadook, que no tenemos todo el día. —Tomo entre mis manos la soga y comienzo a escalar por su longitud, enredando una de mis piernas como seguro por si llego a caerme, y continúo subiendo.

Para cuando llego a la mitad del camino mi cuerpo entero se encuentra empapado de sudor, mis músculos arden ante la fuerza que ejercen por mantenernos en la soga y el dolor en mi abdomen no hace más que incrementar. Quince minutos después estoy en la cima, toco la pequeña campana que hay al lado para avisarle a Daryl que he cumplido con la primera subida, y me deslizo con cuidado de regreso a la colchoneta. Bebo la mitad de mi botella de agua y vuelvo a subir tras hacer movimientos para desvanecer el cansancio en mis músculos.

Algo ocurre cuando llego a la cima por última vez, el dolor en mi abdomen se vuelve insoportable y comienzo a tener un violento ataque de tos, del cual, expulso sangre entre la saliva. Me quedo sin aire tras eso y mi cuerpo pierde fuerza, jadeo en busca de oxígeno, sintiendo mi cabeza pesar mientras mis vías respiratorias siguen obstruidas, y me desvanezco, soltándome de la soga y comenzando a caer. Me preparo para golpear contra la colchoneta, sin embargo, unos musculosos brazos logran atraparme antes de que ocurra eso, entre abro los ojos y observo a Daryl mientras me deposita con cuidado en la colchoneta, vuelvo a cerrarlos y me pongo de lado ante otro ataque de tos, donde expulso más sangre y por poco pierdo el conocimiento.

Las delicadas manos de Sam se posan sobre mi abdomen tras dejarlo al descubierto y un cosquilleo me invade, dándome a saber que está explorando mi cuerpo desde dentro, buscando la causa de mi dolor y sangrado. Lo siento tensarse y tarda un poco en responder las preguntas que Marcus y Daryl le hacen, yo sigo esperando el veredicto.

—Tiene... una hemorragia interna, Daryl rompió una de sus costillas y se perforó uno de los pulmones cuando subía y bajaba la soga, lo que no entiendo es por qué no se recupera. —Detecto una mentira en sus palabras, pero no logro discernir en qué parte de la oración. —Denme espacio, debo pasar la hemorragia a mi cuerpo.

Vuelve a presionar mi abdomen, causándome más dolor, y el dolor poco a poco va menguando mientras que el oxígeno vuelve a circular en mis pulmones, doy una profunda bocanada y abro los ojos, Marcus y Daryl me observan con atención mientras Sam hace un gesto de dolor. Segundos después está como nuevo y vuelve a explorar mi cuerpo, sus rasgos se relajan al terminar.

—Logré detener la hemorragia, estarás bien. —Aparta un mechón de mi cabello y mira a Marcus con el ceño fruncido. —Pero no más entrenamiento, o lo que sea esto. Necesita reposo y una buena comida, carbohidratos, proteínas, frutas y verduras. Y tal vez algún dulce.

—Entendido, papá oso, hablaré con la cocinera para que le den todo lo que has pedido. Sácala de aquí. —Masculla Marcus, Sam asiente, satisfecho por las palabras del Alpha, y me toma en brazos sin esfuerzo alguno, después nos lleva por el ya conocido pasillo y regresamos a nuestra prisión.

Luz de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora