T R E I N T A y O C H O

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Abrazo mi abdomen con ambos brazos, intentando no ejercer mucha fuerza para no causar daño alguno al bebé dentro de mí, y gimo con fuerza, alertando a Jagger, quien busca, junto al resto de la manada, forma alguna de alimentarme con sangre sin que termine vomitando todo al final. Mi cuerpo está aclamando comida a gritos, y me tortura en el proceso.

— ¿Por medio de una intravenosa? Ya sabes, como en los hospitales con pacientes en coma. —Sugiero entre dientes, Kristoff niega.

—Es poco probable que funcione, y nadie sabe cómo poner una intravenosa.

—Jagger y yo sí, lo estudiamos en la universidad. —Lo miro en busca de su confirmación a mi plan, él suspira y niega. —Jagger, necesitamos comida, sangre. Urgentemente.

— ¿Y la sangre de licántropo? ¿Has intentado con ella?—Asiento hacia Scott, Judhead mira al Alpha fijamente.

— ¿Y si te alimentas de Kristoff?—Pregunta, dudoso, comparto una mirada con los ojos claros de Kristoff, quien rápidamente asiente y se arremanga una manga de la camisa que lleva.

—Esperemos que funcione. —Susurro y dejo que mis colmillos salgan, mi estómago gruñe con mayor fervor y pronto estoy clavando mis fauces en su oscura piel. Una explosión de sabor estalla en mi boca.

Succiono con avidez, realmente hambrienta, y es Jagger quien me separa segundos después cuando la piel del Alpha se torna grisácea, limpio las comisuras de mi boca con el dorso de mi mano y esperamos, Jameson me acerca un cubo de basura por si acaso.

—Va a botarlo si no lo complementas. —Levanto la mirada de golpe y miro hacia el rincón más oscuro de la habitación, donde la sombra de una figura masculina parece bailar entre las tinieblas. —Necesitas sangre de uno de los tuyos, o de los míos, puedo darte la mía.

— ¿Quién eres? Déjate ver. —Ordeno, mi manada me observa como si hubiera perdido la cabeza, cosa que estoy comenzando a creer.

—Mi nombre es Noam, he estado cuidando de ti desde tu cambio a licántropo. —Se presenta, apareciendo de la nada a escasos centímetros de mí. Inevitablemente mi apariencia cambia a la de Vadook, alertándome de una nueva especie.

— ¿Qué es lo que eres?—Regreso a mi forma humana y llevo una mano a mi abdomen ante la primera oleada de náuseas.

—Responderé tus preguntas luego de que bebas de mi sangre, lo prometo. —Me ofrece su antebrazo desnudo e intenta acercárseme, los Stone se ponen frente a mí en una barrera humana mientras gruñen en amenaza. —Solo busco ayudar, si no complementa la sangre del Alpha con la mía el bebé botará el alimento y pronto morirá.

Comparto una mirada preocupada con Jagger y boqueo en busca de aire, intentando ahuyentar las náuseas, él maldice al aire y toma con violencia a Noam, inmovilizándolo, Judhead sujeta el brazo que antes me ofrecía y clava sus fauces en la oscura piel, prueba la sangre y todos esperamos alguna reacción de su parte, asiente y me ofrece la extremidad, mi estómago ruge con mayor fuerza y pronto estoy bebiendo la dulce sangre del desconocido. Me detengo al sentirme satisfecha, cosa que la bebé corrobora haciendo un movimiento dentro de mí, y Jagger empuja a Noam lejos de mí con expresión asesina.

— ¿Y bien?—La ansiedad es palpable en la habitación, sonrío ampliamente y pateo lejos el cubo de basura, todos se relajan notablemente ante ese gesto. Tanner festeja y se tira al piso con expresión agotada. —Si todo tu embarazo transcurre así, aparentaré la edad que tiene Jagger antes de llegar siquiera a ella. —Limpia sudor invisible de su frente, le muestro el dedo medio y miro a Noam.

— ¿Cómo sabías que funcionaría?

—Te lo he dicho, no me he apartado de tu lado desde que te convertiste en licántropo, me enteré de tu embarazo antes que tú lo hicieras e investigué un poco entre nuestros mundos, hay un caso como el tuyo de siglos atrás. —Se encoje de hombros y mira la mano de Jagger, que aún lo mantiene preso contra la pared, con cierta hostilidad. — ¿Podrías soltarme, por favor? Acabo de darle mi sangre a tu chica e hija, muestra un poco de gratitud.

—Tiene razón, Jagger, suéltalo. —Pido, ignorando el hecho de que me ha llamado su chica, y recuesto mi espalda contra la pared. —Ahora, dime, ¿qué es lo que eres?

—Un Fallow, su rey, de hecho. —Enarco una ceja, poco impresionada.

—Ya, ¿y qué es lo que se supone que hace alguien de la realeza cuidando de mi trasero y ofreciéndome su sangre?

—Eres una Vadook que está embarazada, tienes el gen de licántropo de nacimiento, y tu familia pereció en lunas llenas. —Enumera, me incorporo un poco, alerta ante sus palabras. — Cumples con los estándares de la profecía.

— ¿Qué profecía?

—Todo a su debido tiempo, Eridan. —Hace una pequeña reverencia hacia mi persona y se desvanece en un manto de sombras, todos observamos el punto donde antes se encontraba, impresionados.

—Necesito un baño. —Digo a nadie en particular y me levanto de la cama, todos se hacen a un lado para dejarme pasar, una vez que estoy en el marco de la puerta, los observo. —No quiero, ni necesito, que estén detrás de nosotras todo el maldito tiempo, ¿bien? Así que piérdanse un rato y hagan lo que se les dé la gana.

— ¿Y si lo que me da la gana es estar detrás de ustedes todo el tiempo?—Inquiere Tanner, burlón, le doy una mirada asesina.

—Busca otra cosa, ten una vida, ¿yo qué sé?

.....

Observo hacia la pared de la habitación mientras siento las caricias que Jagger hace a mi vientre, ambos nos encontramos recostados en la cama de mi habitación, él detrás de mí, y hemos permanecido en silencio desde que se acostó tras de mí, de eso ya hace veinte minutos.

—Quiero ser un buen padre para ella, Dya. —Rompe el silencio con un suspiro, deteniendo así sus caricias, suspiro y pongo una mano sobre la suya.

—Lo serás, Jagger, Tanner tuvo una buena infancia y está bien criado, no le faltó nada, nunca. ¿Por qué tendría que ser diferente con ella?

—Porque ni siquiera pude mantener a su madre a mi lado de manera voluntaria, sino a base de amenazas contra su abuelo. —Tenso mi cuerpo y me doy la vuelta, quedando frente a frente con él, sus ojos Hazel me escrutan con atención.

—Eso es diferente, yo solo soy una chica con la que te acostaste y embarazaste, no hay ningún vínculo afectivo entre tú y yo. —Aparta la mirada de la mía ante la crudeza de mis palabras, doy un apretón a su mano. —En cambio, con ella, eres su padre, será la luz de tus ojos, y se amaran mutuamente, no tendrás que amenazarla de ningún modo para mantenerla a tu lado.

— ¿Estarás ahí para asegurarte de eso? No quiero perderla. —Vuelve a mirarme, sus ojos están ligeramente cristalizados, sonrío de lado y lo abrazo con fuerza, cuidando de no abrazar a nuestra pequeña.

—No lo harás, ambos nos aseguraremos de ello. —Prometo, deja un beso en mi coronilla y vuelve a las caricias en mi vientre, la bebé hace acto de aparición dando una patada que ambos sentimos, miramos mi piel abultada. —Pateó.

—Lo noté. —Una enorme sonrisa destruye su acostumbrada inexpresividad y pronto lo tengo sobre mí, con la cabeza a la altura de mi vientre. —Te amo, reina mía, nunca dejaré de hacerlo. —Comienza a repartir besos a lo largo de su longitud y derrama una que otra lágrima, que, para evitar su incomodidad, finjo no ver.

—Estoy segura de que ella te ama a ti, Jagger.

—Alena. —Susurra, deteniendo los cariños hacia nuestra hija, enarco una ceja, confusa. —Ese podría, uhm, ser su nombre. ¿Qué te parece?

—Alena. —Murmuro, saboreando el nombre, Eridan grita su aprobación al fondo de mi mente, sonrío y asiento. —Alena es perfecto.

 —Alena es perfecto

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Luz de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora