D I E C I N U E V E

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Doy un mordisco a mi manzana antes de lanzársela a mi primo, quien la atrapa al vuelo, come la mitad de ella en un solo mordisco y me la devuelve, pateo su espinilla ante su glotonería.

— ¡Era solo una probada, imbécil!—Gruño y doy otro mordisco. Para cuando llegamos al lugar donde mi padre nos ha citado la manzana se ha acabado, dejo el corazón contra el tronco de un avellano y presto atención a mi progenitor.

—Bien, chicos, he decidido juntar las dos últimas pruebas, puesto que eso lo hará más divertido. —Intercambio una mirada con mi hermano y después busco a Jameson con la mirada, frunzo el ceño al no encontrarlo por ningún lado. —Todo Alpha debe reaccionar con astucia y rapidez ante cualquier situación que ponga en riesgo la vida de algún integrante de su manada, así que en esta prueba deberán rescatar a Jameson de las garras del hielo.

Señala un punto a lo lejos, todos agudizamos nuestra vista súper desarrollada y encontramos a Jameson en medio de un océano congelado, su cuerpo se encuentra tenso y él no se molesta en levantar la mirada del enorme agujero que tiene a su lado, el cual parece haber debilitado el hielo sobre en el que se encuentra.

—Tienen menos de treinta minutos, cuando el tiempo acabe el hielo se romperá y Jameson caerá en el océano, donde sus corrientes son terriblemente fuertes y despiadadas, según lo que me han dicho.

— ¿Quiénes?—Me mofo, puesto que en el tiempo que llevamos aquí en Noruega, cinco meses a lo mucho, no hemos tenido contacto alguno con el pueblo que está cruzando el océano, Wooded Ville.

—Internet. Apresúrense, el tiempo está corriendo y Jameson me ha dicho que no es un gran nadador. —Pongo los ojos en blanco, fastidiada, eso es cierto. —Una cosa más. Tengan cuidado en donde pisan, no querrán caer en el agua con temperaturas bajo cero.

Bufo y me acerco a la orilla, sintiendo la mirada del resto sobre mí, miro el hielo y después a Jameson, suspiro y pongo el primer pie en el hielo, su pareja lo sigue y antes de que siquiera pueda impedirlo, resbalo, cayendo sobre mi espalda.

—Mierda. —Gruño mientras los demás estallan en carcajadas, les muestro el dedo medio.

Me arrastro de regreso a tierra y pongo un mechón gris tras mi oreja, observando y meditando mis alternativas, mi lado sobrenatural permanece en silencio hasta que observamos a mi hermano correr por el hielo, clavando sus garras en el hielo.

Nademos.

— ¿Acaso no escuchaste a papá? La temperatura es bajo cero, además, por muy buena que sea en natación, necesito respirar, y no llegaré hasta Jameson con el aire que tome antes de entrar en el agua.

Hay algo que ignoras, idiota. Ahora eres un ser sobrenatural, una Vadook y un licántropo, por lo tanto, con un lado puedes soportar temperaturas bajo cero, con el otro, nadarás más rápido que nunca, y con ambos, resistirás estar bajo el agua un minuto o dos antes de que mueras y revivas. No lo pienses mucho y hagámoslo. Mira, Adán ya resbaló.

Me encojo de hombros, no pierdo nada con intentarlo. Me levanto y comienzo a caminar por la orilla, buscando algún punto débil en la estructura del hielo que no se aleje tanto de la ubicación de Jameson, hasta que lo encuentro. Clavo el ligero tacón de las botas que llevo y el hielo cede, sigo rompiendo parte de él hasta que caigo en el agua, gimo ante la temperatura y rápidamente cambio, en cuento mi cabello se torna blanco el frío deja de calarme en los huesos, doy un último vistazo a mis contrincantes. Jagger se está quitando las botas y calcetines, tal parece que caminará sobre el hielo descalzo para no resbalar mucho, otra vez estamos empatados en nuestro nivel de estupidez y riesgo.

Tal para cual, deberían salir.

—Cállate. —Tomo una enorme bocanada de aire y me sumerjo, mis ojos se adaptan rápidamente a la oscuridad que hay debajo y comienzo a nadar, moviendo mis brazos y piernas a toda velocidad.

Luz de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora