Capítulo 2

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Volvía a casa.

Ariana se sentía muy contenta de volver.

Boca Ratón estaba tan hermosa como cada vez que ponía un pie ahí, y a pesar de que ahora gozaba de una vida glamurosa en Hollywood, ella siempre amaría el lugar en el que había nacido.

Estaba ansiosa de llegar y ver a sus hermanos, sin embargo antes de hacerlo, como ya era costumbre, debía llegar a la finca de sus abuelos para saludarlos y asegurarse de que estuvieran bien.

Ariana era otra persona cuando se encontraba en ese lugar. Era tan feliz como difícilmente conseguía serlo en Los Ángeles.

Su chofer conducía concentradamente por la carretera, mientras Ariana miraba todo el paisaje por la ventanilla de la lujosa camioneta.

A lo lejos pudo observar el letrero verde y gigantesco que le daba la bienvenida a la ciudad.

Welcome to Boca Raton, enjoy your visit!

Pero ella sonrió cuando vio a Eugene desviarse el camino para adentrarse en la Finca Grande.

La emoción la llenó de pronto, no los había visto desde hacía un mes, así que estaba ansiosa por verlos y abrazarlos. Ellos la hacían sentirse cerca de su madre, y eso para Ariana era muy reconfortante.

Exhaló, y se dejó caer en el elegante asiento de cuero, esperando a que su chofer le informara que por fin habían llegado.

Lo cual sucedió diez minutos después.

Eugene la ayudó a bajar de la camioneta, y Ariana le agradeció.

Con una gigantesca sonrisa, la famosa cantante miró la enormidad de la vivienda.

Italiana hasta los huesos, sonrió.

Era una finca hermosa, y había pertenecido a la familia Grande desde generaciones atrás cuando sus ancestros llegaron a América directo de Italia en los años de 1900.

Ariana tenía muchísimos recuerdos de su niñez, y casi todos vividos ahí.

Su madre solía llevarla a ella y a sus hermanos a pasar grandes temporadas en ese lugar, y gracias a ello, le albergaba un amor muy profundo.

De inmediato corrió y entró.

Estaba ansiosa de ver al abuelo y al abuelo que había estado enfermo en días pasados.

Fue recibida por una de las empleadas que le dio la bienvenida.

–Por favor no vayas a decirles que estoy aquí. Quiero darles una sorpresa–

Sonriendo, la empleada le asintió y enseguida volvió a la cocina.

Ariana cerró la enorme puerta tras de sí, y dejó su bolso en una de las mesillas del recibidor. Prontamente subió escaleras casi corriendo.

Estaba ansiosa por sorprender a sus abuelos y ver sus caras de alegría cuando la vieran, sin embargo en ese instante la sorpresa se la llevó ella.

No se lo había esperado. ¡Maldición! Ni siquiera lo había sospechado.

Ariana se maldijo por no haber tocado antes a la puerta, y así como había entrado, había salido de inmediato de la habitación, casi huyendo, cubriendo sus ojos con ambas manos, horrorizada e intentando borrar aquellas imágenes de su mente.

¡Cielo santo!

–¡Abuelo, Nonna! ¡Demonios!– exclamó demasiado perturbada.

–¡Abuelo, Nonna! ¡Demonios!– exclamó demasiado perturbada

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Corazón Rendido® (AG 3)Where stories live. Discover now