Capítulo 25

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Estar en la Finca Grande siempre le hacía bien.

Ariana se sentía contenta de estar ahí, observando el entrenamiento de los caballos que tanto le fascinaban, sin embargo mientras aquello sucedía, no pudo evitar pensar en su padre, y al hacerlo un montón de sentimientos encontrados se agolpaban en su interior.

Recordarlo y recordar lo que había hecho, ocasionaba que una tristeza muy profunda invadiera su alma.

No podía negar que la visita que le había hecho a Shailene hacía un par de meses todavía seguía afectándola en gran manera. 

¿Y es que cómo olvidarse de que el hombre que le había dado la vida era en realidad un monstruo?

Aunque aquella chica hubiese dicho que la culpa era sólo suya, Ariana no podía pasar por alto el hecho de que ella fuese menor de edad, y en cambio su padre fuera un hombre de cincuenta y siete años.

Las náuseas la llenaron, pero afortunadamente consiguió detenerlas. Cerró los ojos intentando recuperarse del percance, y sin más suspiró.

Se preguntó entonces si él se atrevería a aparecerse por ahí para la cena de Navidad.

Ariana esperaba que no. Todavía no estaba lista para verlo de nuevo.

Todavía pensaba en eso, cuando Kylie se acercó a ella.

–Vaya...– exclamó admirando los caballos que galopaban con gran energía uno tras otro. –Son hermosísimos–

–Lo son– asintió la cantante.

Entonces Kylie notó la expresión que Ariana llevaba en el rostro.

–¿Qué ocurre? ¿No me digas que estás así porque Emmet no está aquí?–

La cantante negó, aunque no pudo evitar una discreta sonrisa.

–No, no. Quiero decir, sí que lo extraño y cuento las horas para que esté aquí conmigo, pero no es eso lo que me tiene así–

–¿Entonces?–

–Es... es mi padre– confesó, y su voz sonó desanimada.

Kylie soltó un suspiro. Como su amiga y asistente era su deber hacer algo por ella.

–Ve por tu bolso. Iremos de compras–

Ariana frunció el ceño.

–¿De compras?–

–¿Que no te gusta ir de compras o qué? Todas las celebridades adoran ir de compras–

Ariana sonrió.

–Claro que me gusta ir de compras. Es mi deporte favorito, pero no entiendo por qué deseas hacerlo ahora–

–Pronto será Navidad y quizá hagan falta algunos regalos–

–He traído los suficientes para todos, te recuerdo que casi me traigo la tienda completa– Ariana jamás había sido modesta en los obsequios que daba a sus seres queridos.

–Claro, claro que lo recuerdo– asintió Kylie. –Pero dime, cariño, ¿qué has comprado para tu hombre?–

–Una loción Gucci, un reloj Nautica, y una caja de los chocolates europeos más rico de todo el planeta tierra–

–Sí, bueno, suena fascinante, ¿pero no piensas darle algo más?–

–¿Algo cómo qué?– preguntó Ariana sin comprender.

–Ari, nena... Tu cuerpo– le dijo mientras hacía un gracioso movimiento de manos sobre el suyo.

–Kylie, eso se lo doy todas las noches sin necesidad de que sea Navidad– contestó con obviedad.

Corazón Rendido® (AG 3)Where stories live. Discover now