Capítulo 22

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El día parecía tranquilo.

No había sucedido nada fuera de la normal durante toda aquella mañana.

Ariana se encontraba en Town Center junto a Kylie y Bridgit. Las tres chicas reían mientras charlaban animadamente y terminaban sus almuerzos en un conocido restaurante del centro comercial.

A una distancia considerable, Emmet se encontraba vigilándolas, y cumpliendo con su trabajo como guardaespaldas.

Con expresión inescrutable, el rubio permanecía de pie sin inmutarse por nada.

Después de lo ocurrido la noche pasada, ni él ni Ariana habían vuelto a mencionar nada.

Ni siquiera había vuelto a ver al hombre, y así era mejor porque Emmet no estaba seguro de si podría seguir resistiendo aquellas ganas de decirle todo lo que pensaba de él, y de su asquerosa doble moral.

Exhaló, y se dispuso a pensar en otra cosa que no fuera en el padre de Ariana.

En ese momento una pulsación en su labio lo hizo olvidarse de aquel tema, y pensar en los golpes del día anterior.

Había amanecido mejor de lo que había pensado, sin un solo dolor muscular. Sin embargo no podía decir lo mismo de la herida en su boca.

Le habían pegado duro, y además le habían dejado unos cuantos moretones visibles.

Al parecer se había pasado ya el efecto de sus pastillas analgésicas, así que debía tomar otra para evitar cualquier molestia.

Tomó el pequeño frasco que llevaba guardado en su saco, la abrió, sacó una, y pronto se la pasó tomando un sorbo de agua de su botella.

En ese momento Ariana apareció.

Emmet se alegró de que no lo hubiese visto tomándose aquel analgésico, pues de haber sido así lo habría regañado por haber sido tan terco en acompañarlas si todavía no se sentía bien del todo.

–Es hora de marcharnos– le sonrió discretamente.

A pesar de lo que había ocurrido la noche anterior, los dos habían decidido que aunque toda la familia ya se había enterado, continuarían escondiendo la relación al menos delante de los medios de comunicación. Emmet era el principal en querer evitar que la prensa se enterara, y comenzaran a hacer de dominio público cualquier cosa relacionada a él.

No le convenía en lo absoluto. Era una suerte que Ariana hubiese estado de acuerdo cuando se lo pidió.

Ella no conocía sus verdaderos motivos, sin embargo.

Además todavía no había conseguido averiguar nada sobre el ataque en el lago, y la posibilidad de que fuese Cobra quien estuviese detrás de aquello, o quizá el imbécil de Nathan. No podía dar nada por sentado.

–Las chicas y yo queremos ir al spa, pero antes pasaremos por Nonna– le informó, y el rubio asintió.

Ariana, Kylie y Bridgit continuaron charlando mientras caminaban hacia la salida del lugar, y Emmet las seguía de cerca. Cuando estuvieron cerca les pidió que lo esperaran ahí, pues iría por la camioneta.

Kylie comenzó a hablar sobre esa película de Tom Cruise que se estrenaría pronto, cuando alguien inesperado apareció.

La cara horrorizada de Ariana apareció al instante en cuanto estuvo frente a frente con Nicole Sykes que recién llegaba con un vasito de gelatto en las manos.

¿Era una maldita broma?

La mujer que había estado a punto de ser su suegra, lucía pulcra y elegante como a cada instante, con su piel más blanca que la leche reluciendo, y los pendientes brillando hasta encandilar a cualquiera que la mirara. Alta y sofisticada.

Corazón Rendido® (AG 3)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt