Capítulo 42

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Ariana Grande había sido el tema favorito de los medios de comunicación durante aquellos últimos meses. Meses desde luego en que no había hecho si no darles motivos para que toda su atención estuviese sobre ella.

Lo que había hecho estallarlo todo había sido cuando la noticia de su embarazo se había dado a conocer en todo el mundo. La prensa se había vuelto loca al saber que la famosa cantante había estado próxima a convertirse en madre, sin el padre de la criatura a la vista. Descubrir la identidad de ese desconocido hombre los había mantenido ocupados incluso mucho tiempo después de que el bebé hubiese nacido. Sin embargo nada de aquello se había comparado al nuevo escándalo que rodeaba a la cantautora de Dangerous Woman. Aquel rubio misterioso, alto y fornido que había acompañado a Ariana a todas partes durante la última etapa de su gira de pronto había adquirido un nuevo protagonismo dentro de la historia.

La cantante no había otorgado ni una sola declaración, pero a la perspectiva de la prensa, no habían hecho falta. Resultaba evidente para ellos y para todos que no solamente era su guardaespaldas sino también su pareja.

Ariana se había mantenido en silencio pero no había hecho nada para ocultar su amor por él.

A raíz de aquello se había desatado el rumor de que ese hombre era ni más ni menos que el progenitor de Nicholas. No les había costado mucho averiguarlo. Después de todo padre e hijo eran idénticos.

Sin embargo aquello era algo que no la preocupaba en lo más mínimo. Esas notas en las que usaban su imagen de portada hablando sobre su privacidad y la de su hijo habían dejado de molestarla. Junto a Emmet se sentía segura, y sabía que él la protegería de todos y contra todo.

Aquella mañana no podía sentirse más dichosa, más completa.

Su gira por todo el mundo había terminado. Había sido una experiencia increíble, sus fans la habían llenado de amor, y cada escenario que sus pies pisaron había sido un lleno total, y ella había sido feliz cantando, sin embargo su verdadera felicidad la tenía ahí, frente a sus ojos.

Sus dos rubios en la cocina de su nuevo hogar, una hermosa y acogedora casa que habían adquirido recientemente en Hollywood Hills.

La sonrisa de Ariana se hizo más grande mientras los miraba compartiendo el almuerzo, todavía en pijama.

Muy temprano Emmet le había dicho a Ariana que no tenía que despertar temprano y que siguiera descansando, él se encargaría de alimentar al pequeño glotón, como comúnmente lo llamaba.

El bebé se encontraba sobre su silla alta mientras su padre lo alimentaba con cucharadas de manzana triturada.

Durante aquellas últimas semanas la relación entre ambos se había hecho más y más estrecha. Los lazos de sangre aparecían ahora inquebrantables.

Nicholas sonreía ampliamente, encantado. Adoraba pasar tiempo con el hombre que le había dado la vida, adoraba tenerlo cerca, que lo mimara, que le hablara y le prestara toda su atención. Riendo le ofreció el trozo de galleta que tenía en la mano.

 Riendo le ofreció el trozo de galleta que tenía en la mano

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Corazón Rendido® (AG 3)Where stories live. Discover now