Capítulo 43

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Emmet estacionó su auto, y enseguida colocó una gorra de los Marlins sobre su cabeza. Llevaba lentes de sol, pues no deseaba que lo reconocieran en las calles como el novio y guardaespaldas de Ariana Grande.

Salió del vehículo, y Liam que viajaba en el asiento copiloto, lo siguió.

Ambos hombres estaban decididos a acabar con aquel sujeto que amenazaba la vida de la mujer que más querían.

Estaban dispuestos a proteger a la castaña contra todo y contra todos.

–¿Estás listo?– le preguntó el rubio al mayor de los Butera.

–Para cuidar de mi hermanita siempre estaré listo– respondió seguro.

En acuerdo, Emmet asintió.

–Bien. Nos descansaremos hasta encontrarlo. Se acabaron los juegos–

–¿Quién es el primero en nuestra lista?–

–El primero es Nathan Sykes, pero dado que no se encuentra aquí, tendremos que dejarlo para el final. Iremos por Ricky Álvarez–

–¿Y ese quién es?– cuestionó Liam confundido.

–Trabajaba en los shows de tu hermana como bailarín, y según supe estaba enamorado de ella. El año pasado la embriagó en un bar, e intentó... llevársela a un lugar más privado–

–¡¿Qué?!– el castaño se exaltó de inmediato.

–Tranquilo. Yo lo evité, y le di su merecido, pero con eso quedó demostrado que no es más que un pervertido, y da la casualidad de que nuestro querido amigo Cobra también lo es, así que ahora mismo lo confrontaremos–

–¿Vive en este barrio?– preguntó Liam mientras lo observaba todo a su alrededor.

Era un vecindario normal, en donde abundaba el pueblo latino, especialmente los mexicanos.

–Es mexicano, y su familia vive aquí, pero no iremos a su casa. Ahora mismo lo encontraremos justo ahí– señaló entonces el gimnasio que tenían enfrente. –Según los informes que me envió Gosling, es un musculitos que se pasa las tardes enteras alardeando frente a las chicas. Será mejor que entremos ya mismo–

Liam asintió, y enseguida ambos hombres se adentraron al lugar.

Parecía una mañana normal para todas las personas que solían ejercitarse. Algunos hacían cardio, otros levantaban pesas, y unos más se dedicaban únicamente a observarse en el espejo.

Desde luego Ricky Álvarez formaba parte del tercer grupo.

Lo encontraron tomándose un montón de fotografías presumiendo sus pequeños músculos. Una ridiculez comparados con los de Emmet.

Al verlos, y notar la extraña cercanía de los dos extraños, lo primero que el bailarín hizo fue fruncir el ceño y demostrar su molestia.

–¿Podrían darme espacio? Estoy intentando terminar mi rutina– les dijo en tono grosero.

Emmet y Liam se miraron con expresiones burlonas.

–Ya, claro– habló el rubio. –Seguro estás poniéndole mucho empeño–

El sujeto se mostró entonces verdaderamente molesto, sin embargo en cuanto vio lo enorme que era él, retrocedió.

Evidentemente el rubio no tenía que esforzarse para intimidar. Su imponente altura le bastaba.

–E...escuchen, si quieren usar las mancuernas, yo puedo prestárselas– les dijo fingiendo una sonrisa.

Enseguida Emmet negó.

Corazón Rendido® (AG 3)Where stories live. Discover now