Capítulo 6

348 32 13
                                    

Ariana saliendo de unos de sus tantos conciertos.

Ariana llegando al gimnasio muy temprano por la mañana.

Ariana en un restaurante charlando con su amiga Bella.

Ariana yendo por su bebida de Starbucks.

Ariana saliendo de su disquera.

Ariana entrando y saliendo del edificio en el que vivía.

Furioso, Emmet arrojó el montón de fotografías sobre la mesa, y casi deseó golpear algo.

Aquellas fotos sólo demostraban una sola cosa...

El acosador estaba cerca. Muy cerca, y se estaba burlando de él, eso era seguro. De otro modo no se habría atrevido a enviarlas.

Resultaba obvio que su intención había sido desconcertarlo, y demostrarle que por más protección que tuviera la famosa cantante, él siempre estaría cerca, al acecho.

La furia dominó a Emmet de inmediato, y colocó ambas manos en la planicie intentando controlarse.

Debía proteger a Ariana costara lo que costara, porque ese era su maldito trabajo, pero lo llenaba de frustración el hecho de no saber a quién estaban enfrentándose.

Cuando Emmet continuó analizándolas, intentando encontrar algo, una pista o lo que fuera que lo acercara a la identidad de aquel maldito, su celular comenzó a sonar.

Respondió de inmediato al darse cuenta de que quien llamaba era el viejo Butera.

–¿Sí?–

–Wyatt, mi equipo de seguridad ya me ha mostrado las fotografías que enviaste por fax. ¿Cuándo las recibiste?–

La voz de Robert se escuchaba plenamente preocupada, y en el fondo Emmet se alegró de saber que sufría por algo, aunque desde luego no le alegraba ni un poco la situación. No le alegraba en absoluto saber que aquel cabrón sin rostro ni nombre, se encontraba todavía merodeando a Ariana, gozando del completo anonimato.

–Hace una hora aproximadamente– respondió.

–Bien. Sabes lo que hay que hacer. Sabes que debes protegerla hasta con tu vida–

–Lo sé muy bien, señor–

–Me tranquiliza saber que lo tienes bien en claro–

Emmet exhaló irritado simplemente porque odiaba a aquel hombre.

–La vida de mis custodiados siempre será primero–

–Grandioso. Debo volver a los asuntos de mi empresa, pero antes debo darte unas cuantas instrucciones a seguir. He llamado a Scooter para exigirle que cancele todos los compromisos de Ariana, al menos los que quedan de esta semana. Estuvo de acuerdo conmigo, entonces ahora lo siguiente está en tus manos. No la dejes salir por ningún motivo ni siquiera por un café a la esquina. Enciérrala bajo llave si es necesario. Tienes mi total permiso, con tal de que ella no ponga un pie afuera, y se exponga a ese degenerado–

–Entendido, señor– Emmet asintió y prontamente colgó la llamada.

Lo primero con lo que se encontró fue con Toulouse, el horrible perro de Ariana.

Ambos se miraron desafiantes, y entonces comenzó a gruñirle. Con el pasar de los días no habían aprendido a convivir.

Emmet lo rodeó intentando pasar lo más lejos posible de él, y luego exhaló de nuevo con irritación, detestando la idea de tener que prohibirle algo a la princesita dorada, como recién la había bautizado en secreto, y no por el hecho de tener problemas al mostrarse autoritario con ella, sino porque estaba seguro de que esa pequeña perrita no le pondría las cosas para nada fáciles.

Corazón Rendido® (AG 3)Where stories live. Discover now