Nunca Me Dejes ||Libro 2|| Trilogía Nunca ✔

Capitulo 16: Lo inesperado

Megan.

Han pasados dos días desde que nos enteramos con Ethan que estamos esperando un bebe, cuando el doctor nos dijo sobre el embarazo mi confunción fue grande ya que yo me estaba cuidando con la inyección pero parece que no fue suficiente pero luego recordé que unas semanas anteriores a la noticia tuve que ir a colocármela pero se me paso por alto. Y para nuestra suerte o más bien por la puntería de Ethan ahora estamos esperando a nuestro garbancito, así lo llamamos ambos o más bien es Ethan quien lo llama así.

Luego de que el medico se despidiera de nosotros mi cabeza solo pensaba en que tenía que cuidar de un ser que está creciendo dentro de mí, que fue concebido con el mayor de los amores y que también sería un niño o niña muy feliz junto a una familia que lo querría con virtudes y defectos. Pero el silencio que Ethan me demostraba me hizo pensar lo peor que pudiera pedirme, abortar, no dejaría que eso sucediera porque mi bebe no tenía culpa alguna de lo que había sucedido pero si Ethan era capaz de pedírmelo eso sería el fin de nuestro matrimonio. Porque si él me hacía elegir, elegiría mil veces a mi bebe.

No es que no ame a Ethan pero si él me hubiera pedido semejante cosa no podría aceptar porque yo me he criado con los valores de mi familia y la iglesia, y si él me pedía eso es como ir en contra de mis valores pero por suerte nada de eso sucedió porque él me apoyo en continuar con mi embarazo. Hablamos sobre como serían las cosas de ahora en adelante, sabemos que poco a poco las cosas cambiaran pero todo será para mejor, también acordamos no decir nada del embarazo hasta pasar el primer trimestre y como aún no sabemos de cuantas semanas estoy no sabemos cuánto tiempo tendremos que ocultar este hermoso regalo de Dios.

Ethan continua con los vómitos y algunos mareos, dicen que esa es la peor parte del embarazo y por suerte no soy yo quien lo está sufriendo pero lo que si tengo es hambre y mucha, creo que si me dan una vaca entera soy capaz de devorarla yo solita. Mi querido esposo ya no quiere que hagamos el amor o por lo menos no hasta consultarlo con la ginecóloga que nos recomendó el médico que nos dio la noticia, ayer por la tarde llame a su asistente y resulta ser la misma odiosa que hace algunos días le coqueteo a Ethan con tal descaro delante mio.

Ahora mismo estamos en el consultorio de la ginecóloga para mi primer control natal, he estado mirando algunas cosas por internet para estar un poco informada de lo que me puede llegar hacer la doctora o también cosas sobre embarazos de riesgo, sé que no tendré ningún tipo de inconveniente pero jamás esta demás saber un poco de todo lo que puede pasar. Escucho como la puerta del consultorio se abre y una chica joven de que no supera los treinta ingresa en el consultorio, la observo con determinación y veo que lleva puesto un uniforme como de enfermera y por encima una bata blanca de esas que usan los médicos.

–Disculpen que lo hice esperar –dice la doctora y toma asiento delante de nosotros –pero tuve una emergencia y bueno requería de mi presencia. Díganme ¿esta es su primera vez como padres?

–Si –respondemos al unisonó Ethan y yo.

–Felicidades –musita muy amable la doctora –bueno ¿sabes de cuantas semanas te encuentras o esta es tu primera consulta?

–Primera consulta –respondo y la voz me sale quebrada.

–Bien –dice la ginecóloga y comienza a hacerme algunas preguntas de rutina para dejar un expediente con mis datos –. Bueno señora Smith, ahora ingrese en el baño que se encuentra allí y quítese la ropa porque debo hacer una exploración, además de que debemos hacer una ecografía transvaginal porque según lo que me dijo debe de tener menos de un mes de gestación.

Me paro de mi asiento y camino hasta el baño que me indico la doctora, cuando ingreso veo que hay una bata de esas azules que vez en la televisión y que dejan ver tu trasero, cuando me quito mi ropa me coloco la bata y salgo del baño. La doctora me indica que me siente sobre una camilla que tiene unos cabestrillos en la parte inferior, cuando me siento la doctora me indica me quite la parte superior de la bata y que deje al descubierto mis pechos porque tenía que examinarlos que no tuvieran nada extraño.